1.

4.2K 235 32
                                    

1

"deja de verlo ... vas a tragarle con la mirada" dijo Elena, tu amiga, dándote tremendo codazo, golpeándote de vuelta a la realidad.

Tu mirada se volvió hacia tu libreta, para poder seguir escribiendo lo que se encontraba en la pizarra.

Era inevitable no poder verlo, al menos si estabas ciega. El era resplandeciente a comparación de ti.

Se sentaba tan solo unas sillas al frente, Elena tenia razón era mejor no verlo, si no quería problemas con su novia, Ana.

Habían comenzado a salir desde hace unas semanas, algo cual no tomaste muy bien, fue doloroso, pero aun así no lograbas arrancar tus sentimientos hacia el.

Si tan solo pudieses regresar el tiempo.

Solían ser amigos, mejores amigos, hasta que el tomo el puesto de la popularidad, alejándose de ti, lentamente. No eras muy conocida, no te interesaba serlo, odiabas ser el centro de atención.

Corto completa comunicación contigo, pero eso es algo que solo el y tu sabían, los demás creían que eran desconocidos, era preferible mantenerse así.

El timbre finalmente sonó, concluyendo el día escolar, con la paciencia necesaria comenzaste a colocar tus pertenencias dentro de tu bolso. Levantándola, lista para ir sobre tu hombro. Sacudiste tu falda, estabas lista para irte, hasta que Ivan, uno de sus amigos, tomó tu botella de agua.

"¡Michael! Atrápala."

Ivan tomo la botella de agua y se la tiro a Michael, así siguió hasta que termino en las manos de Mario.

Sentiste un agujero en el estómago, tus manos comenzaban a hormiguear de los nervios, no tocarías esa bebida.

Ivan era uno de tus conocidos, sabía como te sentías sobre Mario, y lo usaba en tu contra.

Actuaste como si nada hubiese pasado, simplemente te alejaste para poder salir de ese lugar.

Iván colocó su brazo sobre tus hombros, aprovechando la diferencia de altura.

"Te iras sin tu bebida? Sería un desperdicio de agua" susurró, con una sonrisa burlona.

"Supongo que tendré que hacerlo, gracias a ti" dijiste entre dientes, tratando de alejarte de el.

Volteaste a ver a Mario, quien te vio con arrogancia, haciendo que un agujero frío se formara en tu estómago.

Te sentías un tanto molesta, por lo cual empujaste a Iván a un lado para seguir tu camino, sin percatarte de quien estaba frente a ti.

Era un tanto tarde, ya te habías topado con Ana, y el café que llevaba consigo, cual cayó todo sobre su camisa, cual solía ser perfectamente blanca, solía.

Rápidamente diste dos pasos hacia atrás,  lo que menos querías era que tu camisa fuera arruinada por café. La chica dejó salir un chillido, demostrando lo molesta que se encontraba.

"Demonios! ¿Estas ciega? Fíjate por donde vas!" Hablo entre dientes la rubia.

"Perdón Ana , yo ..."

"Cielo, te encuentras bien?"

Fuiste interrumpida por una voz masculina, la cual causo que tu piel quedara erizada. Esa voz era de Mario.

"Gracias a esta!" remarcó la rubia, señalándote con gestos de disgusto "Mi camiseta a quedado totalmente arruinada!"

"Lo siento Ana, no fue mi intención, te atravesaste en mi camino" contestaste sin tono, tratando de mantener la situación calmada "pagó por tu camisa, si gustas"

"¿soy una limosnera acaso? gritó la rubia.

"verdaderamente lo siento" expresaste una vez más, tratando de verle a la cara, querías parecer sería y fuerte frente a todos.

"vete de mi vista ¡desaparece!"

Mordiste tu mejilla, sintiendo como tu rostro tomaba calor, enfurecida, y avergonzada al mismo tiempo. No tenias el coraje suficiente para comenzar una pelea, y menos con la novia de el.

Seguías tu camino, cuando el sonido de un objeto chocó contra el pavimento llamando tu atención. Te diste cuenta que era tu botella de agua cuando cruzó tus pies.

Te inclinaste para recogerla, no pudiste evitar voltear a ver a quien la había arrojado.

Una lagrima corrió por tu mejilla, sentías coraje, y una profunda tristeza. ¿quien iba a creer que terminarían así?

Un suspiro escapo tus labios al entrar a tu auto, volteaste a ver al frente, tomando el volante.

En lo profundo dolía, dolía mas de lo que debería, despues de todo lo amabas, y por mas que quisieras ignorar todos sus desprecios, no se te hacia posible, todo lo que tenia que ver con el, iba a afectarte.

Girando la llave, encendiste tu coche, llevaste la mirada hacia el radio, tal vez un poco de música te relajaría, haría que te olvidaras de como te sentías por tan solo unos minutos.


———

hmmmm hola, como podrán ver hay cambios mínimos wuuu, besitos.

365 Días Sin Ti Where stories live. Discover now