Capítulo 3

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DESCLAIMER: Los personajes y situaciones narradas en ésta historia no me pertenecen, ésto es propiedad de Fernando Gaitán y RCN, yo solo escribo para mi entretenimiento y sin fines de lucro.

Capítulo dedicado a Andrea, Sarita y Grecia, en honor a su cumpleaños y por pertenecer a la familia de BettyFans.

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Capítulo 3

Para suerte de la mujer con las gafas más grandes del planeta, el Dr. Armando le había dado el resto de la tarde libre, ¡además le había acariciado la barbilla!, dejando a su amiga extranjera bajo el acecho de Marcela y Patricia. Llevaba un par de días trabajando y se había vuelto enemiga de aquel par en menos de una semana, ¡todo un récord en la vida laboral de la castaña! En su anterior ocupación, se ganó de enemigas a la encargada de recursos humanos y a la esposa del dueño, hasta ese momento seguía buscando la razón, dudaba fervientemente que se hubiera tratado de su corta edad o la falta de experiencia.

Esmeralda se preguntaba cómo era que su jefa había conseguido semejante puesto, si en el corto tiempo que tenía con ella no estaba en la oficina, solo se le había parado un momento para recoger la cartera y ordenarle que se hiciera cargo de los puntos de venta, además de realizar unas llamadas a Palm Beach a fin de verificar algunos datos. El resto del día se llenó de papeles y la mirada inquisidora de Mariana no le estaba cayendo bien, el que leyera las cartas o una bruja como le decían algunas veces, quizá no fuera de gran ayuda, pues si algún día pensaba en leerle los naipes, podría darse cuenta que sabía más de lo que debería.

Tomó "cinco minutos de relajación" como ella le llamaba al corto tiempo donde reflexionaba sobre la vida y sus pormenores, para dejar que su mente divagara sobre lo que sucedería en lo sucesivo de la historia. Su amiga ya no tenía los horrendos braquets, por lo que se dejaría ver el principio de la nueva Betty, quizá en su casa ya le habrían cuestionado sobre aquel cambio y Nicolás probablemente la estaría mirando como bicho raro. Ahora que lo recordaba, ¿aquel chico tan simpático nunca habría pensado en ser más agradable a la vista?

Si en verdad gustaba de la Fernández, podría haber utilizado un método diferente al de aparentar ser quien no era, ese hombre era la ternura andando y se pasó la novela sin que alguna mujer se fijara en su alma, no en la chequera. Decidió olvidarse un rato de los esperpentos de sus amigos y prefirió terminar con el trabajo lo antes posible, a final de cuentas el apetito no la dejaba pensar, quizá esa era la oportunidad para que el cuartel la prospectara para formar parte del club.

Arribó a la casa de Beatriz antes de llegar donde los Mora, quiso asegurarse de que sus amigos no estuvieran a punto de hacer una bobada, aunque muriera de sueño, ella se quedaría ahí. Confiaba en que podría ahorrarle el trago amargo de la salida con Román, aquel vecino que no había dejado de molestarle desde que llegó al barrio. Si convencía a Nicolás de quedarse con ellas, los tres podrían tomar camino a un lugar por ahí para pasar el rato.

— Betty, ya estoy aquí, no es necesario que me reportes con la policía — le comentó de buena gana y una leve risa, su primera vez sola había sido todo un éxito.

— No sea boba, hablo con Román — expresó cubriendo el micrófono del teléfono —ésta noche me invito a salir un amigo de él — la castaña miraba a "vampirín" con una ceja levantada, ¿después de todo lo que le habían hecho, todavía pretendía ir?

— Don Gérmenes no creo que te vaya a dar permiso — saltó sobre la cama dejando sus cosas botadas en algún lugar del suelo y se acomodó al lado de su vecino — pero si llega a ceder, yo te acompaño, no me da confianza ese tipo — se cruzó de brazos sobre el pecho para que no hubiera manera de contradecirla.

Yo, ¿en Betty la Fea?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora