IX

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Maratón Final: 1→2
Capítulo IX: «Christopher Jauregui
[Camila POV]

Me quedé largos minutos en silencio. Incapaz de pronunciar ni una palabra. Pero de alguna manera pensé que era mejor así, mejor ahora que más adelante. Me lo dijo de una manera tan burda, tan torpe, tan estúpida y tan poco elegante.. Que se llevó así mi confianza rota, rompió mi confianza de una manera en la que nadie jamás podría reparar. Aunque sinceramente, prefería que fuera de esta forma. Ahora, ya. Lauren era la hermana mayor del monstruo que mató a mi hermana, que me llenó de culpabilidad durante un año entero. Ella, la hermosa chica de pelo negro y ojos esmeraldas que me enamoró con tan solo verla, era la hermana de Christopher Jauregui. Y dolía. Dios, dolía muchísimo.

Suspiré cerrando los ojos durante unos segundos, y cuando los volví a abrir y me fundí en lo profundo de sus ojos esmeraldas me dí cuenta que era incapaz de odiarla. Y con razón, ella no había matado mi hermana, ni siquiera era consciente del terrible acto que hizo su hermano. No la odiaba, y no tenia derecho a odiarla.

—Di algo.. Aunque sea un insulto. Por favor, Camila. —Suplicó con un vago brillo en los ojos.

—Gracias. —Fui la primera palabra que salió de mi boca, y era tan real como sincera.

—¿Gracias? —Repitieron tanto Justin como Lauren, y asentí.

—Gracias por contármelo, por confiar en mi. Tu no matastes a mi hermana, Lauren. —Dije, y vi en sus ojos un alivio tan grande que sonreí aunque no fuera el momento ni el lugar para hacerlo.

—Bien.. Después de este.. Maravilloso y encantador momento, creó que es hora de entrar aquí dentro y sacar a Chandler. —Dijo Justin cortando ese pequeño pero precioso momento entre Camila y yo, y si, a partir de ahí lo odié de nuevo.

—Está bien. Justin tiene razón. El objetivo es sacar a Chandler de ahí.

—Claro. Vamos. —Asintió Lauren y le sonreí.

Se adelantó y tocó dos veces a la puerta, explicó que de pequeña su padre la trajo una sola vez y recordaba que le había dicho que no dejaban entrar a cualquiera, esos golpes eran de los de clase alta, económicamente hablando claro está.

—Bienvenido a.. ¿Señorita Jauregui? No la esperábamos esta noche, su padre estará feliz de verla entrar en la empresa familiar. —Comentó feliz el portero y ella le dedicó una sonrisa.

—Prefiero que mi padre no sepa que estoy aquí, le gustan más las sorpresas. Ya me entiende. —Contestó y el portero abrió delicadamente la boca antes de cerrarla, sonreír y dejarnos entrar.

Una vez dentro Justin abrió los ojos como platos, y es que el lugar era muy pero que muy elegante. Y por mi desgracia, también bastante pequeño. Con lo cual seria difícil pasar desapercibidos. De igual manera, nos metimos entre la pequeña masa de ricos y Lauren se sentó en una de las mesas libres, imitándola, Justin y yo también nos sentamos. Pude leer entre sus labios que dijo: "Para no levantar sospechas." Yo simplemente asentí. Las luces se apagaron tan solos cinco segundos después y sentí su brazo coger el mío con fuerza y tirarme hasta otro lugar. Caminé a ciegas entre Lauren y Justin. Hasta que una puerta  se abrió aciegandonos a los tres, entramos y nos vimos completamente solos, lo que estaba bien.

—Chandler debe de estar junto a los otros niños de la subasta, por aquí. —Anunció y la seguimos de nuevo todo el pasillo hasta otra puerta, esta vez algo más pequeña.

Lauren la abrió tan despacio que parecía que no la estaba abriendo, mi paciencia llegaba a su limite. Una vez la puerta abierta nos encontramos con otros dos pasillos y ví como Lauren quedaba confusa, no sabía por donde ir.

—Ir hacía la izquierda, yo iré por la derecha. —Dije empezando a caminar.

—Sola no iras a ningún lado, Mila. —Intervino Justin y suspiré.

—Estoy bien, estaré bien. Tu solo sigue el camino que te indique Lauren.

—Pero..

—No hay peros que valgan Bieber.

—Está bien. —Dijo dándose por vencido.

Intercambié una pequeña mirada junto a Lauren pero ninguna dijo nada, creó que nuestras miradas hablaban por si solas. Caminé todo el pasillo hasta llegar a una puerta cerrada a llave. Rebusque en el lugar algún sitio donde podrían haber escondido las llaves pero el pasillo estaba totalmente desierto. Escuché un ruido de fondo y me escondí tras unos cartones que estaban empinados los unos sobre los otros frente a la puerta cerrada.

—Bien, ahí están los niños. Coge a los más viejos, los más jóvenes serán para más tarde. —Escuché decir antes de añadir a su frase una pequeña risa.

La mujer desapareció en pocos segundos y el tío que quedaba se acercó a la puerta, de espalda a mi, con delicadeza me acerqué a él hasta saltar sobre su cuello y ponerle la pistola sobre su cabeza, soltó de inmediato las llaves y se quedó totalmente callado. Cogí una de las varias cuerdas que colgaban de los cartones y lo até, sabía que no tardaría mucho en desatarse así que cogí rápidamente las llaves y abrí la puerta. Todos los niños salieron flechados hacía mi, obligándome a apartarme hacía un lado, una vez todo los niños fuera entré en la sala y sonreí con unas lágrimas en los ojos al ver mi hermano como uno de los últimos.

—Sabía que eras tú. Sabía que vendrías a por mi. —Dijo antes de correr hacía mis brazos, besé sus pequeños rizos aguantándome las inmensas ganas de llorar que tenía por haberlo encontrado sano y salvo.

—Nunca te dejaría, pequeños. Vámonos.

Ambos salimos disparados por el mismo camino que cogí para venir y cuando llegué al lugar exacto en el que había dejado Lauren y Justin escuché varios disparos, saqué mi pistola y miré a mi alrededor. Había una puerta de salida hacía el exterior a unos cien metros, y yo tenía las llaves del camión.

—Vale, escuchame Chandler. Vas a correr lo más rápido que pueda y te vas a subir al camión rojo con una calavera negra que esta aparcado a dos manzanas de aquí, hacía la derecha, siempre la derecha, ¿okey?

—¿Y tú?

—Tengo que ayudarlos. No tardaré te lo prometo.

—No, Camila, vámonos. Ven conmigo, por favor.

—Chandler, vete. Te quiero, ¿vale?

—También te quiero. —Dijo con unas finas lágrimas por su rostro, lo abracé por última vez y salió corriendo hacía la salida, una vez lo vi pasar la puerta salí corriendo hasta el pasillo en el que se habían escuchado los tiros.

A penas llegué vi la peor escena imaginable, Lauren estaba tumbada sobre Justin quien se desangraba cada vez más pasaban los segundos. Y Chritopher Jauregui apuntaba Lauren con una pistola de calibre 48.

—¡Camila vete, corre!

—Anda, mira, pero si llegó tu amiguita. ¿Cual es tu nombre preciosa?

—Cabello. Camila Cabello. —Dije acercando mi mano cada vez más a mi pistola.

—Te parecerá una locura, pero asesiné una cabello el año pasado, una niña pequeña. De hecho, se parece bastante a ti, la verdad. ¿Era tu hermana? Vaya lo siento, si te puede hacer sentir mejor, no dejaba de gritar tu nombre o y algo como: Kaki, kaki, ven, por favor.

—¡Cállate! —Grité levantando mi pistola hacía él.

—Ey, ey, ey. Cuidado con lo que haces. Ya he matado tu amigo, ¿también quieres que me lleve a tu amiga por delante?

—No te atrevas.

—Oh, espera.. No es tu amiga, ¿cierto? Siempre supe que te gustaban las chicas, querida hermana. Será un honor para mi mataros a las dos juntas. —Sonrió y cuando vi que apretó el gatillo, hice lo mismo.

Una milésima de segunda, y lo ví caer al suelo. Una sola bala en la cabeza hizo falta para matar a Christopher Jauregui está noche. Una fina sonrisa se apoderó de mis labios, y después.. Después todo se volvió negro.

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The Purge |||Camren|||Où les histoires vivent. Découvrez maintenant