You Found Me.

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No juzgues a un libro por su portada.

Primero que nada, si estás leyendo esto, muchísimas graciasss!!!

Este fanfic está basado en hechos reales (una parte, no todo).

Agradezco sus votos y sus comentarios. Espero no defraudarlos y que la historia sea de su agrado.

Por cierto, no duden en dejarme sus comentarios. Se reciben con gusto.

Advertencia.

Esta fanfic contiene lenguaje sexual explicito, si leerás es bajo tu criterio.
Trata temas delicados que requieren discreción.

Ahora si, disfruta la fanfic :)

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61 kilos. Dios.

¿Por qué tengo que ser tan gorda?

Al bajar de la bascula la cual muestra esos horribles números que han aumentado éstas semanas, me pongo un pantalón deportivo y una sudadera. Me pongo los tenis y bajo corriendo las escaleras mientras me amarro el cabello en una coleta lo suficientemente alta.

Veo a mi madre en la cocina con su delantal verde, me sonríe y sus ojos marrones me analizan de arriba hacia abajo.

- ¿A dónde vas? - pregunta. Saca unas cuantas ollas de la alacena las pone sobre la encimera. Acto seguido saca de otro cajón unas cajas de pasta.

¡Oh, Dios! Hará espagueti.

- Voy a correr al parque. Cada día estoy engordando más, mamá. - Me toco el estomago y aprieto mi piel. Mamá me mira con cara de reproche y se acerca a mi, pone sus manos en mis hombros y me mira a los ojos.

- No estás gorda, Nicole.- Me asegura. Toma mi mentón y lo examina - Estas loca hija, tal vez si has subido un poco de peso, pero es por las vacaciones y que te la pasas saliendo a comer con Niall, una vez que regreses a la preparatoria, que por cierto es en tres semanas, todo volverá a estar igual.

- Si, lo sé. - Bufo resignada. - Pero de igual manera iré a correr un rato, tengo que agarrar condición si no cuando entre, el oficial Isidro me va a matar.

Suelto una risita y mamá se ríe. Regresa a donde estaba y prende la estufa.

- No te tardes mucho, tu papá va a llegar a las 9.

Asiento aun sabiendo que ella no me ve. Tomo mis audífonos y me los coloco al salir de la casa. Me sorprendo cuando noto que la casa del frente ha sido ocupada. Hay un camión de mudanzas y varios carros.

Pongo la lista de reproducción y dejo que Adele inunde mis oídos con Rolling in the deep.

Comienzo a trotar hasta el parque, el cual queda a dos cuadras de mi casa. Vivo en una colonia de clase media. Las casas son pequeñas pero muy bonitas.
Finalmente llego al parque y comienzo a darle vueltas, siento mis piernas como gelatina a la vuelta 14 pero me obligo a seguir.
Cuando mi lista de canciones se agota, me detengo y apoyo mis manos sobre las rodillas mientras respiro dificultosamente.
36. 36 vueltas di en casi dos horas. Patética.

Regreso caminando a casa, chorreando de sudor y con la boca seca rogando por agua.
Al doblar en la esquina en dirección hacia la calle donde está mi casa, diviso a un pequeño niño de cabello castaño liso, con un balón de fútbol entre sus manos. Le hace señas a alguien dentro de la casa y supongo que son los nuevos vecinos.

De la casa, sale un chico, probablemente mayor que yo. El niño le arroja el balón y el lo patea con demasiada fuerza, que termina cayendo en las plantas favoritas de mamá en el pequeño jardín de la casa.

Corro hacia el balón tratando de proteger a las pobres plantas, pero nada puedo hacer cuando éste cae sobre ellas y las aplasta.

Mamá estará furiosa.

Tomo el balón que me llena de tierra las manos y giro para entregárselo al dueño del asesino de plantas.
Justo cuando giro, el chico se aproxima hacia mi y me sonríe. Se le marcan unos hoyuelos en las mejillas y me recuerda al hoyuelo de mi novio, Niall.

-¡Hey! Lo siento, no pretendía herir a tus plantas.

- Está bien. Ha sido un accidente.

Me mira y puedo notar sus ojos verdes. Me sorprende cuando quita el balón de mis manos.

- Soy Harry, por cierto. Nos acabamos de mudar a la casa de enfrente, así que creo que somos vecinos.

Me sonríe con confianza y lo analizo bien. Tiene el cabello corto con un corte de moda. Y que a ser verdad, no le favorece mucho. Trae puesto un pantalón negro y una camisa gris junto a unos bonitos convers negros.

- ¿Y por qué decidieron mudarse a Leeds? - le pregunto. Limpio unas cuantas gotas de sudor que bajan por mi cuello y me limpio la mano en la parte trasera de la sudadera.

- Mis padres se acaban de divorciar y mamá quería cambiar de aires, solíamos vivir en Holmes Chapel.

Asiento sin saber que decir. Un divorcio debe ser muy difícil de afrontar.

- ¿Y qué edad tienes? - me pregunta.

- 17. Pronto cumpliré años.

- Que bien. Espero que me invites pastel...

- Nicole. Me llamo Nicole.

Le sonrío y me siento como una tonta por no haberle dicho mi nombre antes .

- ¿Vas a la preparatoria? - le pregunto.

- ¿Yo? Claro que no. Me acabo de graduar el pasado julio. ¿Que hay de ti? — pregunta a continuación.

- Voy a entrar a ultimo año en unas tres semanas.

- Disfruta tu ultimo año, yo ya tengo 19 y voy a empezar la universidad.

El pequeño niño que jugaba fútbol con él se acerca y Harry lo carga sobre sus hombros.

- Este es Charlie. Tiene 5.

Agito la mano en señal de saludo y Charlie hace lo mismo.

Enseguida, el auto que pasa vendiendo pan cada tarde se acerca y Charlie le susurra algo a Harry.

- Bueno Nicole, me dio gusto conocer a mi vecina. Ahora tengo que comprarle un pan a este campeón.

Se aleja y Charlie se despide con la mano. Entro a mi casa y el olor a tomate me inunda.

Será difícil bajar de peso con esas tentaciones.

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⏰ Last updated: Aug 05, 2016 ⏰

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