--Soy tu padre

--Pero eso no quiere decir que debas dirigir mi vida- Levante un poco la voz.

--Si no fuera por mí no tendrías nada de esto - señaló la casa con la mano y luego a mi. - ¡No serias nada sin mi!

Aquellas palabras de reproche me calaron hondo. ¿Me estaba reprochando ?¿Mi propio padre me estaba echando en cara todo lo que tenía?

Me levante con brusquedad. Mi autocontrol tenía límites insospechables pero hoy no iba a ser ese día.

--¿A dónde vas?- la voz de mi padre sino dura y fría.

--A mi cuarto

--No he terminado

--Pues yo sí.

--Siéntate- me ordenó y se levanto. Señaló con la mano al sofá de nuevo y su mirada amenazante se clavo en mi.

Me volví a sentar con desgana. Pero no dije nada.

--Vas a dejar de ver a ese chico.

--Con que ahora es un chico - me burle.

--No me repliques.

--No lo hago

--¿Me has oído lo que acabo de decir?

--Si - afirme- y no pienso dejar de verlo.

--No me has entendido

Le mire confusa.

--Vas a dejar de verlo desde este mismo momento.

--No- dije simplemente mirándole a los ojos. Retándole a seguir hablando. -No puedes decirme que debo hacer a estas alturas - hable con más serenidad.

--Ya lo creo jovencita.

Me levante de nuevo y esta vez el no me dijo nada. Al llegar a la puerta del salón pose la mano sobre el pomo, pero antes de abrir la puerta me giré hacia mi padre que seguía sentado en el sofá.

--Una pregunta- trate de hablar con calma- ¿Por qué estas en contra?

--No puedo permitir que la gente del pueblo te vea andas con semejante persona- aquella ultima palabra la escupió.

--Dame una razón para ello - le rete de nuevo 

Mi padre se levanto y dio dos pasos hacia a mí.

--¿Porque?- volví a insistir

--Porque es un drogadicto, un apostador y un mierda que acabara en la cuneta tirado y muerto antes de que te des cuenta.- aquellas palabras fueron como una bofetada invisible que me hubiera dado.

El cuerpo se me tenso y apuntó estuve de hablar cuando el pomo que sujetaba se movió y la puerta corredera se abrió. Mi madre apareció detrás de ella con un rostro preocupado.

--¿Qué ocurre?- preguntó cauta.

Sin decir nada me giré hacia ella y me dirigí hacia mi cuarto. Solté las cosas en la cama y cori hacia la entrada de la casa. Abrí de forma violenta la puerta y luego la empuje para que se cerrará con fuerza.

El domingo estaba llegando a su fin. Y a pesar del cálido día que antes hacía, la lluvia fue la protagonista de aquella tarde. Los truenos acompañados por el fuerte viento rugían en el exterior. Salí corriendo por la puerta de mi casa y a priori no supe a donde ir. No pensaba huir. Por lo menos no de aquella forma que significaba abandonar todo a tu paso atrás. Solo necesitaba distanciarme de aquella casa que cada vez me resultaba más asfixiante. Necesitaba alejarme del ruido de mis pensamientos tan lejos como pudiera. Eche a correr sin rumbo fijo, mi perrita me siguió detrás a pesar de la fuerte lluvia que cada ver caía con más fuerza.

Llegue al portón de entrada. Sentía mi ropa mojada, el agua se escurría por mi pelo cayendo hacia el suelo. Después de respirar varias veces, me agarre a los barrotes y trepe por encima de la puerta. Al otro lado estaba la calle segundaria que llevaba a todas las casas del resto de los vecinos y volví a correr. Mi perrito que había pasado por debajo me seguía.

Sin rumbo fijo me encaminé hacia la calle principal pero después de que pasaran varios coches a toda velocidad decline la idea. No me daba miedo pero mi perrita se negaba dejarse coger y solo de pensar que la podían atropellar me revolvía aún más el estomago.

Gire hacia el río y me encaminé por la empinada colina hacia el rellano que me llevaba al verdoso agua que se veía a poca distancia. Conseguí agarrar a mi perrita y baje con rapidez. Luego la deje suelta de nuevo y al llegar al río me zambullí dentro del agua. Nade con una fuerza que anteriormente no conocía en mi. La rabia se apoderaba cada vez que tomaba un bocado de aire. Hasta que llegue. A aquel pilar que sujetaba, como el resto de ellos, el puente. Subí por las rocas y me acurruqué en el frío hormigón a la vez que intentaba que mi agitada respiración se relanzara.

No supe el tiempo que pasé allí pero de pronto el frío caló en mi piel y comencé a tiritar. El tren de las nueve en punto empezó a pasar por el puente y la vibración que este producía se incorporó en mi piel.

A lo lejos vi a mi perrita, que seguía mojándose, que me observaba desde la orilla.

Y a pesar de que notaba los músculos cada vez mas doloridos la fuerza que se impulsaba en mi interior era superior al resto de las emociones. Seguía con el enfado en mi cuerpo aunque el frío fuera el que ahora dominada en el.

Volví a nado esta vez esforzándome más que antes hasta llegar a la orilla. Me arrastre hacia la tierra y deje caer mi cuerpo. Mire al oscuro cielo del cual las gotas como lágrimas brotaban. Mi perrita se tumbó a mi lado y presionó su cuerpo contra el mío. Ya no tenía frío, ni pensamientos, ni ganas. Estaba vacía por dentro.

El pequeño y frágil cuerpo de Dama tirito violentamente contra el mío y me giré con rapidez para cogerla entre mis brazos.

A pesar de que aún no quería volver a casa, el hecho de ver a mi pequeña así, muerta de frío, no me dejaba muchas opciones. A paso ligero me encaminé a casa de nuevo.

A aquel lugar donde siempre había sido feliz. Donde los mejores recuerdos escriben mi historia y el cual cada vez era más sombrío y frío de lo que el recuerdo me contaba.

Pues si. Lo sé. Lo sé. Es todo tan complicado.
Gracias por esos maravillosos comentarios. Cada día me sorprendéis más con vuestra imaginación. Alguno incluso estáis acertando en ciertas cosas, aunque no diré cuáles , pues prefiero que los descubráis solos. Será más emocionante así. Y cuando llegue hasta el final podréis ver vuestros comentarios y decir "Lo sabía" jajaj.

Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo lo hago. Pues aunque no creáis también sufro. Y en algunos capítulos llorare igual que vosotros.
Mil besos a todos y hasta la semana que viene. 😘😘😘😘😘😭

Altas Revoluciones_2:Nunca sin ti (AR_2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora