«CAPÍTULO QUINCE»

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—E-Eh... ¡Ya regreso!

Y salió corriendo.

—¡Mierda, mierda, mierda! ¡Soy un degenerado! ¡Un jodido degenerado!

Pasó corriendo por el cuarto de Will.

En estos momentos en donde un hombre no sabe qué hacer.

Will miró de reojo a su hermano que había pasado como un rayo por su cuarto.

"¿Qué carajos?" pensó.

Salió para ver que le ocurría, giró su cabeza y vio como tocaba la puerta del baño desesperado.

—¿Y tú que tienes? —dijo riendo

—¡Treinta y tres doce! ¡Tengo un treinta y tres doce!

Will abrió mucho los ojos.

—¿P-Pero cómo así?

—¡No preguntes y ayúdame!

—¡Yo no te puedo ayudar con eso!

—¡No seas idiota! ¡Solo necesito el baño!

—¿Qué le pasa a Bill? —preguntó Paige saliendo del cuarto.

Will la miró nervioso. Para que no sospechara le regalo una sonrisa algo estúpida.

—Eh... nada, solo... problemas.

—¿Qué problemas?

—Cuando seas hombre... lo entenderás.

Paige frunció el labio, pero después asintió sonriente.

—¡De acuerdo!

—¡Abran la puta puerta! —gritaba Bill golpeándola.

Charlie abrió la puerta del baño molesta.

—¡Puedes dejar de tocar así!

Al ver que se trataba de Charlie Bill inmediatamente se tapó aquellas partes que delataban su estado.

Charlie formó una sonrisa pícara hacia el rubio.

—¡No puede ser! ¡Tienes un treinta y tres doce!

Will la miró confundido.

—¿Cómo es que tú sabes de eso?

—Vivo con cinco hermanos ¿Qué esperabas? —El rubio infló sus mejillas—. Lo que tú necesitas ahora es... un delicioso y largo baño de agua helada. Así que metete ahí antes de que alguien más te ve...

Y antes de poder terminar su frase, Alex apareció.

—Wow...—alzó su dedo índice y se dio media vuelta—. Fingiré que no vi eso—y regresó a su habitación.

Charlie se dio un facepalm y empujo al rubio al baño antes de que alguien más lo vea.

—Nosotros te cubrimos. Tomate tu tiempo, rubio.

El rubio asintió e inmediatamente se metió al baño.

Alex cerró la puerta atrás de ella aún con los ojos realmente abiertos.

—¿Qué te sucede? —preguntó preocupado.

La castaña negó hacia todos lados para taparse los ojos.

—No querrás saber.

Respiró profundo para calmarse, una vez que lo logró se acercó a su bebé.

—Ya está dormido—Jacob miró a Alex y relamió sus labios discretamente—. Creo que deberíamos hacer lo mismo.

Alex acarició la mejilla del niño y asintió.

Drama en la IslaWhere stories live. Discover now