Capítulo 25 parte 1

4K 168 18
                                    

Brooklyn POV

Ya iban dos días sin verlo y no podía negar que me sentía triste, me hacían falta que sus brazos me rodearan sin motivo aparente, verlo jugar con Kim, que sus manos siempre se dirigieran hacia mi abultado vientre, escuchar su ronca risa, simplemente extrañaba ver su cara y sentirlo cerca de mí.

Yo no sé si se deba a las hormonas pero quiero llorar todo el tiempo, a pesar de que hemos hablado por teléfono cada vez que podemos no es igual, por mientras intento concentrarme en el trabajo y en Kim. Mi padre había aprovechado que Will se había ido para venir a mi casa, decía que mi madre no sabía sobre esto porque de ser así le exigiría que se llevara a Kim a pasar unos días con ellos.

Había hablado con mi hermano y al parecer mis padres aún no le decían nada sobre mi embarazo, sé que tenía que decírselo pronto, ahora ya ni con una blusa holgada lo podría ocultar y, aunque hace tiempo que no venía a visitarnos, sentía que pronto lo haría; pero por teléfono no se dan esas noticias ¿cierto?

Estaba acostada en mi habitación, no podía dormir, mi mente se imaginaba cada babosada. Conozco a Will, sé que no me lastimaría, me ama tanto como yo a él así que de él no desconfío pero de Lissa...ahí ya es otra cosa. Cuando fuimos al aeropuerto ahí estaba la acelga, contoneo exageradamente sus caderas al acercarse a nosotros para saludar, sólo dije un escueto hola y Will nada más movió su cabeza de arriba abajo.

Las miradas de todos los hombres, solteros, casados y hasta de los pubertos, iban a parar hacia ella, empezaban de abajo hacia arriba o viceversa, mordían sus labios imaginando no sé qué cosas, sus mentes viajaban a kilómetros de distancia; en pocas palabras diré que el aeropuerto por un momento se inundó de baba.

No podía permitirme seguir pensando en ella estando en el mismo hotel que Will pero no podía hacer nada, tendría que intentar distraerme con lo que pudiera, conociéndome sabía que mi mente deformaría todo y por más que yo luchara contra esos pensamientos terminaría creyendo cosas que no.

Y qué mejor manera de distraerme que con mi mejor amiga, Tate siempre sabía cómo tranquilizar mis alocados pensamientos al menos por un tiempo. Tomé mi celular para llamarle pero en eso entró una llamada de Finn.

-Hola, Lyn- canturrea feliz.

-Hey.

-¿Cómo estás mi bello ángel caído del cielo para volverme loco?- cubrí mis ojos con el dorso de mi mano, sonreí ante sus palabras y pude sentir el calor en mis mejillas, cómo no sonrojarse cuando él decía cosas así, era muy gracioso.- ¿Sonrojada?- pregunta con diversión al ver que no contesto.

-Nop- contesto alargando la última letra.- ¿Siempre les dices cosas así a tus amigos?

-No, sólo con las que me gusta pasar tiempo, las que me caen muy bien y... ¿ya dije que con las que me gusta pasar tiempo?

Río nerviosamente.- Creo que dijiste mucho que te gusta pasar tiempo conmigo.

-Vaya, si captaste mi mensaje.

-¿Qué haces despierto tan noche?- cambio de tema antes de que esto se vuelva más incómodo.

-No podía dormir así que pensé en llamarte.

-¿Y no pensaste que pude haber estado dormida?

-Joder- me suelto riendo al imaginarlo dándose topes contra la almohada.- ¿Estabas dormida?

-No- carcajeo al oír su bufido.

-¿Entonces...

-Sólo quería que supieras que quizás pude haber estado dormida.

Hold OnOù les histoires vivent. Découvrez maintenant