El desierto de Vesta

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Cuando casi había acabado, el espectro le aviso de que estaban llegando al Puesto de Vesta, la bahía de la Reina o simplemente Vesta, como ellos la llamaban.

Ahí es donde viven los humanos que huyeron de la Tierra, lo que casi nadie sabía es si fue antes o después de la ostia le dio la oscuridad a esta y, que prácticamente lo arrasó todo.

Ya que cada vez que alguien le pregunta al Orador de ese tema, le acaba contando el cuento de la lechera.

Esos humanos se llaman a sí mismo insomnes, son prácticamente igual que los demás humanos pero con una pequeña diferencia, de que como no toman el sol, su piel ha perdido este tono rosado y ahora se parece mas a la piel blanca de un vampiro, además de que gracias a su dieta tienen casi todos un cuerpo dadone.

El estaba seguro que la palabra colesterol no existía en su vocabulario.

A pesar de la hora que era, había ya mucho movimiento de naves de otros guardianes, así que tuvo que esperar unos eternos minutos a que hubiera sitio para "aparcar" y, en cuanto pudo hacerlo se teletransportase a Vesta.

Cuando llego lo primero que pudo ver a unos 100 metros enfrente de él , fue a ella.... a Petra Venj, para muchos una corsario venida a más, para otros una simple asesina de guardianes, para los demás la emisaria de la Reina, pero para el era su adenia, su rosa del desierto.

Llevaba puesta una armadura ligera tan ajustada, que dejaba entrever todas sus curvas, siempre tenía su melena pelirroja recogida en un moño y, ese parche que ocultaba el ojo que perdió junto en una batalla.

Aunque no sabia porque en el cinturón tenía puesta esa media "faldita" que tanto les gusta a los horteras de los titanes, además de dos enormes hombreras con el color de su reina, el morado y como no, estaba jugando con su cuchillo del que estaba seguro que, si algún día le escucha llamarla así, lo usaría para sacarme un ojo con el, para despues colocarselo en la unica zona virgen que hay en su cuerpo.

Ella estaba de espaldas con sus dos ayudantes, de repente se giró y al verle se le escapó una leve sonrisa.

Empezo a caminar hacia alli, pero cuando varios guardianes jóvenes que llegaron justo despues que el, le adelantaron corriendo.:

- " Prisas para quien la quiera" - penso.

Giro a la derecha para despistar, bajo los escalones, ando un poco hasta saludar a los discípulo de Osiris y giro a la izquierda para ver a Variks, uno de los pocos caídos que no traicionaron a la Reina, por eso ahora está al mando de Presidio de los ancianos, una zona de entrenamiento para guardianes.

En cuanto se percató de que el se acercaba, se giró para buscar algo :

-Buenos días Variks,¿ como esta mi caído preferido?. -

Dijo en cuanto llego a su lado:

- ¿ Tienes preparado mi pedido?.-

- Variks piensa que el guardián, de cuyo nombre no quiero acordarme, hace muchas preguntas y se deja otras sin hacer.-

Empezó a responderle a la vez que le acercaba un paquete:

- Buenos días guardián, Variks esta bien, aquí esta tu pedido y no a la pregunta última que ibas a hacer a Variks.-

-Ha pasado mas de un mes. -

Le dijo mientras comprobaba si estaba todo:

- Y todavía no se sabe nada. -

-Variks también lleva la cuenta, 27 días de los vuestros, sin saber nada del guardián al que tu llamas maestro, pero Variks cree que no debes perder la esperanza y también que deberías irte ya - le comento a la vez que levantaba la cabeza, como indicándole algo.

Lupus exules (cognatione, el boves, familiae)Where stories live. Discover now