(...)

Abro los ojos.

Lo primero que me llama la atención es que me siento absolutamente, positiva. Estoy en un cuarto oscuro, las siluetas de objetos son visibles alrededor de mí, pero estoy ahogándome en la soledad.

A continuación, aparece una luz, pero me parece más un centro focal. Una figura oscura se postra frente mí, y se vuelve a ver a alguien tirado en el suelo. Suéter blanco, vaqueros negros; es Harry en el suelo, con la cabeza de lado, lejos de mí.

Ahogo un jadeo en mi garganta cuando la figura se vuelve con ligereza, mirándome directamente. Reconozco el rostro al instante.

Max.

—Tu eres el asesino—digo, con mi voz fuerte y segura.

Max sonríe.

Parpadeo y de repente la figura se convierte en Ava, sus labios rojos cereza son iluminados con un mínimo de luz. Muestra la misma sonrisa que Max, su cabello rubio oscuro enmarca su rostro cubierto de maquillaje, con sombra negra aplicada a la perfección.

—Espera, ¿fuiste tu?—digo, frunciendo el ceño.

Ella levanta las cejas casi burlona y cuando vuelvo a parpadear, me parece terrible.

La figura es ahora Harry, vestido con una camisa negra remangada hasta los codos, sus labios forman una sonrisa de complicidad.

Se vuelve hacia mí por completo, con la otra versión de él todavía tendido en el suelo, y comienza a caminar hacia mí, sus ojos no son del color verde pálido habitual y agradable, sino de un color oscuro y siniestro de jade que envía escalofríos por piel.

No me alejo de él, pero choco contra una pared.

Él sigue caminando hacia mí, deteniéndose sólo cuando su rostro está a pocos centímetros del mío, con sus ojos llenos de malicia. Casi no lo reconozco, este no es el chico que amo.

Trato de hablar con él, pero tengo la boca seca y no puedo encontrar mi voz. La mano de Harry se eleva lentamente hasta tocar mi barbilla, inclinándome el rostro para mirarlo. Su sonrisa es sombría mientras su mano se extiende a través de mi garganta, me empujaba contra la pared, impidiendo al oxígeno pasar por mi tráquea. Trato de alejarlo de mí, pero no sirve de nada; su agarre es fuerte.

—Todo es posible, Jane—dice, mientras mis pulmones gritan y rezan por aire mientras aprieta con más fuerza mi garganta.

Me esfuerzo y trato de escapar, pero mis intentos son inútiles.

Cierro los ojos.

(...)

Me despierto por alguien diciendo mi nombre y abro los ojos para encontrar a Harry sentado a mi lado en la cama, con su mano en mi hombro. Por reflejo, me alejo de él, tratando de recuperar el aliento.

Harry parece desconcertado y preocupado, su mano tambalea de mi hombro hacia el colchón sin fuerzas.

—¿Jane?

Parpadeo rápidamente, mientras trato de sacar de mi cabeza la imagen de su sonrisa malévola amenazándome en mi sueño. No era real. Era un sueño. Una pesadilla.

—Estoy bien—digo—. Estoy bien.

—¿Quieres hablar?

Todavía estoy en mi cama, con las rodillas dobladas contra mi pecho. Tengo que decirle. Tengo que hablarle de mis sueños.

Comienzo con el primero y lo describo para él, vacilando al principio, y luego contándole. Me mira confundido, con el ceño fruncido.

Cuando termino de hablar, me entrega mi vaso de agua de la mesita de noche, en silencio. Tomo un sorbo y lo pongo en su lugar, en busca de Harry.

Phantom [h.s] •Completa•Where stories live. Discover now