Elevador.

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Chase Frederick

  —Las damas primero. —Michi pasó a mi lado y entré al elevador posicionándome a su lado. Reí al ver su expresión de confundida. Ah. Me encantaba molestarla. El elevador se desplazó y platicamos acerca de los recuerdos de este.

—¿Qué te pasa con los elevadores? 

—No sé de que hablas.

—Hazte menso.

—¿Sabes cuantas cosas pasaron en este elevador, Michi? —rodeé su panza y besé su cuello, sonreí cuando se estremeció. Al parecer las hormonas se vuelven locas en el embarazo.

—Sí, nuestra historia conforma cables y metal, muy lindo —bufó, pero recargó su cabeza en mi pecho. La verdad no sabía que tenía Michelle y su mania de recargar su cabeza o su cuerpo con el mío, pero tenía que aceptar que era algo adorable en ella. Me sentía digno para ella.

Genial, ya me estoy convirtiendo en una niña.

El elevador se detuvo. Dejé pasar primero a Michi y me preparé para otra sesión de lagrimas por parte de mi... suegra. Toqué el timbre. Pasé una brazo sobre los hombros de Michelle y ella recargó su cabeza en mi hombro. La puerta se abrió y vi a mi madre en la sala.

Esto va a ser divertido.

—¡Michi, Chase! —Nos recibió con un fuerte abrazo y nos hizo pasar. No recordaba que estos departamentos fueran tan pequeños y tan viejos...

—Hola, papá —dijimos al mismo tiempo cuando el papá de Michelle apareció en el umbral de la cocina. Me di golpes mentales cuando me lanzó de esas miradas prometedoras... de nada bueno.

—Hola, mi niña. —se acercó y beso a Michi en la frente— Chase. —Y... se alejó.

Bueno...

 —La verdad solo venimos de paso, Chase y yo vamos a buscar unas cuantas cosas para nuestro bebé y nos iremos. —Al parecer alguien quería perderse el mar que se haría el día de hoy.

—Sí, pero —Dejame adivinar, ¿ya comieron?— ¿ya comieron? ¿tomaste tus vitaminas? ¿estás tomando las sesiones terapeut...

—Mamá, por favor  —se le sobrevino la ñoñez  —; sabes que mis responsabilidad con mi bebé es al máximo, y Chase también está al pendiente de todo.   —Agregó cuando ambas señoras me miraron esperando una confirmación.  Asentí.

—Nuestros pequeños van a ser padres —dijo Margareth cuando la mamá de Michi se sentó a su lado. Ignorando el gruñido de mi querido suegro.— Y Michi... —suspiró— pareciera que fue ayer que apareciste en la puerta de nuestro departamento ofreciéndome cupcakes. —Tuve que contener la risa al recordar la cara de Michi cuando creyó haber roto el jarrón art nouveau  de Margareth.

—Sí, y pareciera que fue ayer cuando Chase apareció aquí para desayunar y declarar sus sentimientos por Michelle —sentí como mi esposa daba un paso atrás cuando los ojos de su madre se empezaron a ver vidriosos.

Hace unos días planeamos la idea de salir corriendo para la próxima sesión de lagrimas, incluso ahora el aire conspirador era palpable. Di un paso atrás junto a ella.

—Si... bueno, nos tenemos que ir. ¡Adiós! —casi pasó empujándome y salió corriendo con su enorme panza del departamento.  Salí tras de ella y me reí al ver la expresión de su rostro.

—Bueno, no estuvo nada mal —tomé su mano y apreté el botón del elevador. Entramos y entonces pasó.

El elevador se detuvo.

—Tiene que ser broma —repusimos al mismo tiempo, nos miramos y nos echamos a reír.

...

—¿Y aquí? —pasé el dorso de mi mano por mi frente, creyéndome un Hércules al subir la cunera que escogió Michelle para el bebé.

—¡No! Muy cerca de la ventana, es un bebé, Chase —me miró como aquella primera vez que le discutí que el tomate es una verdura.

—La ultima vez que lo comprobé, sí —moví el cunero más cerca del centro de la habitación. Me sobresalté cuando un pequeño puño golpeó mi espalda.  Me giré y vi a Michi con los ojos llorosos y el labio inferior de fuera, en otra situación me hubiese parecido gracioso pero no podía comportarme como un patán ahora.

—¿Michi?

—¿Estás bien con todo esto?

Qué demonios...

—Claro que sí, Michelle — la abracé y masajee su cabello —Si te soy franco y sincero, ya me hubiera largado de no ser así...

—No sé si tranquilizarme o dudar al respecto. —A pesar de que su risa se amortiguó contra i pecho, la tensión de sus hombros nos desaparecía.

—Vamos, linda... Ya sé que necesitas.

—¿La mecedora que te pedí hace una semana? —se separó y miró esperando una respuesta, Acaricié su mejilla y negué con la cabeza.

—Un helado.

—En ese caso, lo quiero triple, con extra chocolate y chispas de colores —abrazó su estomago y habló—: ¿Verdad que sí, bebé? Apoya  a mami con esto.

Okaaaaaaay.

...

—Tómame una fotografía aquí. —escuché a Michelle pedirle a la esposa de Mika. Mientras caminábamos por el helado de Michelle, Mika y Astrid iban saliendo de una exposición de fotografía. Las dos empezaron a hablar sobre el dolor de pies, las fotografías de la exposición y del pobre Mika friendo papas a las cuatro de la mañana.

—¿Y cómo van ustedes con el embarazo? —preguntó Mika, ninguno de los dos había tocado el helado desde que nuestras chicas se fueron a tomar fotos por allá.

—No me he despierto a freír papas a las cuatro de la mañana, si a eso te refieres —solté una carcajada cuando me miró feo. Muy feo. Asentí para mi mismo tranquilizarme y dejar de reírme de mi amigo— No. Pero si hay momentos en muy pesados, y a pesar de que me estoy preparando para ser padre y todo, es un poco creíble hasta este punto.

—Entiendo —suspiró, se recargó en su asiento y miró en dirección a las chicas. —¿Algún día imaginaste esto? ¿Casarnos, crear una familia y todo el asunto de aguantar una masa con patas? No le digas a Pajarito que le dije así a la bebé. —añadió en advertencia.

—No, nunca. Pero ya estamos aquí, no hay vuelta atrás, hermano.

—Vaya, esto de ser padre te hace más objetivo —jugueteó con el helado.

—Yo te recordaba más cascarrabias —devolví.

—Estás chicas están matándonos, maldición.

—Ya que nos estamos poniendo sentimentales en plan marica, cabe decir que así las amamos —Michelle y Astrid empezaron a caminar hacia nosotros mientras sonreían y miraban las fotografías.

—La pura verdad.

Capitulo dedicado a:

ReniiSolano

FanFic: Historias de Vhaldai [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora