Camino hasta él con un poco de timidez, el rubio sintió su presencia y se giró hasta ella.

- H-Hola Adrien, y-yo que-quería hablarte.

- ¿Si? –pregunto el rubio curioso a su nerviosismo-.

- E-es-esto –empezó a mover sus manos de manera nerviosa-, y-yo, tu... ¡Gustas tú me! –sacudió su cabeza avergonzada- D-digo... T-tú me gus-tas.

El rubio le presto más atención, no podía corresponderle a la pequeña azabache pero no quería ser cruel.

- Lo siento mucho Marinette, pero me gusta alguien más. –a la azabache se le empezaron a aguar un poco los ojos, Adrien se dio vuelta para ver que efectivamente su chofer ya había llegado- Espero que alguien más pueda corresponderte.

- Cla-claro –asintió repetidas veces y empezó a susurrar para ella misma- Estoy bien, estoy bien.

Al ver que el chico se marchaba olvido todo su plan y su dignidad, dejándose caer en el suelo y que los sollozos escaparan sin controlarlos.

El rubio desde la gran limosina pudo ver a su compañera en el suelo llorando. La culpa le recorrió por completo pero él amaba a su lady.

Marinette se quedó ahí por varios minutos, hasta que decidió que debía despejarse no quería que un akuma la poseyera o algo por el estilo.

Con cuidado se escondió en un salón vacío de la escuela y se transformó en Ladybug. El primer lugar que se le ocurrió fue la torre Eiffel. Con su yo-yo llego hasta la parte más alta de la torre y se dejó caer sentada, trato de no dejarse llevar por la pena pero fue inevitable, se encontraba sollozando silenciosamente.

Mientras tanto Adrien estaba en la mansión, revisaba el ladyblog cuando una llamada lo interrumpió, tomo el móvil y vio que lo llamaba Nino, rápidamente atendió.

- Hey bro, ¿Qué tal? –dijo alegre el rubio-.

- Adrien –su tono un poco serio le preocupo, Nino no solía ser serio a veces-, ¿sabes algo de Marinette?

- No, ¿Qué paso?

- Alya me llamo muy preocupada, no llego a casa y no hay rastro de ella.

El chico se sintió sumamente culpable, era todo su culpa.

- No te preocupes Nino, dile a Alya que yo la buscare.

Mintió perfectamente, un gato negro saldría en su búsqueda.

Se transformó en su alter ego y fue al lugar donde la rechazo hace unas cinco horas, efectivamente no había rastro alguno de ella. Necesitaba ayuda de su lady o si no no la encontraría nunca.

Ladybug llevaba demasiado tiempo en la torre Eiffel, no sabía exactamente cuánto pero ya había atardecido, así que le echaba un buen rato. Al no usar su lucky charm la transformación todavía tenía suficiente energía, hace rato había dejado de llorar y sus ojos estaban hinchados.

Estaba sumida en sus pensamientos pero su yoyo empezó a sonar, rápidamente lo tomo y lo abrió, vio a Chat con un semblante de preocupación que se relajó al ver a su lady, o por los primeros segundos porque al fijarse se preocupó aún más.

- M'Lady, ¿Dónde se encuentra?

- ¿Qué pasa?

- Necesito tu ayuda.

- Estoy en la torre.

Al instante se cortó la llamada. Chat no perdió el tiempo y salio corriendo a la torre. Ladybug soltó un suspiro, no tenía demasiadas energías para luchar contra un akuma.

Al cabo de unos minutos Chat ya estaba en la torre Eiffel, se sentó al lado de su lady viendo el lindo paisaje.

- ¿Y cuál es la emergencia?

Chat se giró a ella pero deseo no hacerlo, ver así a su lady lo destrozo por completo.

- Una chica llamada Marinette desapareció desde hace unas cinco horas sin rastro.

Ladybug abrió sus ojos sorprendida, ¿tanto llevaba ahí?

- Tranquilo Chat, supe que fue rechazada... Tal vez necesita despejarse, volverá sola.

Chat asintió, el caso de Marinette estaba resuelto, ahora solo importaba su lady.

- ¿Qué le paso a mi lady? Si se puede saber, claro.

- Nada, solo estoy muy triste.

- ¿Por qué?

- No es de tu incumbencia gato.

Chat soltó una risa, aunque su lady estuviera mal siempre bromeaba. Se quedaron así un buen rato hasta que Ladybug decidió romper el silencio un poco avergonzada.

- ¿Chat?

- ¿Si?

- ¿Te puedo abrazar?

Chat la miro un poco sorprendido, Ladybug bajo la cabeza un poco avergonzada.

- Claro que si m'lady.

Ladybug abrazo a Chat con mucha fuerza. Se sentía sola pero Chat estaba ahí como siempre, sus brazos eran reconfortantes, no quería salir de ahí.

Tristemente el sonido de los aretes de Ladybug hizo que se tuviera que ir. Con pesadez se separó de él sin antes abrazarlo de nuevo.

- Adiós Chat, y gracias, siempre estás ahí para mí.

- Siempre a sus servicios, M'Lady.

Ladybug soltó una risa antes de irse volando con su yoyo.

Aunque no lo quisiera admitir ese abrazo había desatado cosas que no deseaba mucho.

Chat por su lado estaba dando saltos de felicidad, esa tarde había sido maravillosa. Además tal como lo dijo Ladybug, Marinette apareció en casa.

Al otro día Marinette trato de evitar todo lo posible a Adrien. No lo odiaba, no podía. Alya la entendía, solo que esta si guardaba un poco de rencor a este.

¿Cómo no podía quererla? Era una chica maravillosa, y su amor sincero.

Lo que no sabia la morena es que el corazón no se manda.

Los días avanzaron. Ladybug y Chat Noir se volvieron más unidos. Ladybug aceptaba los coqueteos de Chat, hasta se los devolvía. Cosa que a Chat le encantaba, no sabia que había pasado pero le encantaba esto.

Ay Chat, ¿Por qué ignoraste a un corazón roto en busca de sus pedazos?


Little Marinette |MLB|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora