1: ¿En serio eres tú?

42.4K 2.7K 1.3K
                                    

 Aceptamos el amor que creemos merecer- Las ventajas de ser invisible



1

¿En serio eres tú?



No podría explicar cómo me sentí en ese momento. Fue... fue... Como si mi corazón volviese a latir después de un gran lapso sin hacerlo. Él había vuelto, pero en el momento menos indicado.

Me encontraba en mi última clase del día. Todos los alumnos se encontraban deseosos de largarse de aquel segundo calabozo llamada Universidad, a pesar de eso, el anciano de mi profesor seguía explicando el contenido de la pizarra y sus letras egipcias.

Ichiro se encontraba a unos asientos alejados de mí, pero nunca me quitó su mirada de encima. Es como si intentase devorarme con ella. Jm, qué asco. Debo ser sincero, no podía evitar devolverle la mirada con el ceño fruncido. Aprovechando que ya perdí el hilo de las clases por su juego de miradas les podré al día con mi vida.

¿Dónde debería empezar? Ahora vivo en un departamento, muy cómodo y solitario. Estudio en la universidad y tengo un trabajo de medio tiempo para mantener mis necesidades básicas como comer, pagar las cuentas, etc. Haru y Yuta siguen con sus vidas, aguantando a Miyuki y a Moka, mi hermana menor.

Ahora, lo importante y por lo que todos están aquí: ¿Alguna relación amorosa? Comprometido con Ángel, la mujer de mis sueños. Nuestra boda se realizará en un mes.

Todo era normal. Había retomado por completo la nueva rutina de mi nueva vida y listo para llevarla a otro nivel, pero adivinen qué. Ichiro había vuelto con la maldita idea de volver a reconquistarme. Sinceramente lo encuentro imposible, ya que estoy enamorado de Ángel y me casaré con ella como prueba de ese amor.

La campana dio el anuncio de que las clases habían acabado. Sin quedarme atrás tome mis cosas y me largué del salón.

¿Cuánto tiempo habrá pasado? ¿Diez años? Como pasa el tiempo, es completamente sorprendente. Al principio de su abandono duré dos o tres años evitando la idea de volver a querer a alguien de esa manera, me sentía muy deprimido para volver a repetirlo. Sufrí, lo admito; su partida me hizo mierda. Fui víctima de un humor de perros, logrando la expulsión de aquella escuela, tras eso... todo mejoró. Ángel siempre estuvo ahí, estuvo apoyándome y dándome energías para seguir adelante y olvidar ese problema con Ichiro. Al pasar el tiempo, me enamoré de ella y me declaré. Fue maravilloso saber que ella también sentía cosas por mí, y así iniciamos una nueva vida. Tres años como novios, luego empezamos a tener algo más serio. Al cumplir nuestro cuarto año de relación le pedí matrimonio.

Todo fue normal, relajante. Pero había una promesa en juego y fue cumplida: Ichiro volvió.

Muy tarde, la guerra ya había acabado.

Había dejado el edificio de la universidad atrás dirigiéndome a la casa de Ángel, como de costumbre. Principalmente era para buscar unos papeles que se me habían quedado la vez pasada. ¡Ah! Y no, aún no hemos tenido sexo, ni una clase de perversiones. No me miren con esa cara, ella es la que se niega, ¿por qué? Quiere llegar virgen al matrimonio. Una entre miles de mujeres que quiere llegar virgen al matrimonio, qué suerte la mía.

Un sentimiento –el cual ya me encontraba acostumbrado–fue trasmitido por mi cuerpo. Entre un suspiro y un bufido, me giré. Ichiro se encontraba siguiéndome. Retome mi caminata acelerando mi velocidad para perderle de vista.

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora