10. Gerard

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Cuando la alarma sonó a las nueve de la mañana, Albert no pudo evitar maldecirse a sí mismo por haber logrado dormir solo cuatro horas. Como si hubiese despertado en otro planeta con una gravedad aumentada, le resultó toda una hazaña lograr alcanzar el teléfono móvil y silenciarlo, inmerso en una pesadez que lo acompañaba más allá de lo meramente físico.

Apartándose del libro que había estado leyendo hasta que consiguió conciliar el sueño, se frotó los ojos y los abrió lentamente, protegiéndolos de los rayos de luz cegadora que la Madrid primaveral había llevado hasta su ventana. Una vez sus pupilas se acostumbraron a aquella imponente claridad, se incorporó y se quedó mirando a la nada durante unos instantes mientras todos los recuerdos de la noche anterior comenzaban a adquirir nitidez y a acentuar la apatía general que sentía desde que se había despertado.

En un esfuerzo titánico, el catalán finalmente logró arrastrarse hasta la ducha para intentar despejarse un poco, si bien sabía perfectamente que no iba a conseguir despegarse del fantasma de la discusión con Pablo en todo el día. Mientras el agua caía en cascada por su cuerpo recorriéndolo por completo y reconfortándolo ligeramente, volvió a plantearse por enésima vez si mandarle un mensaje o no. A esa hora ya debían estar en suelo checo y el otro ni siquiera se había molestado en confirmarle que había llegado bien, por lo que tenía la excusa perfecta para preguntarle, pero por otro lado no le apetecía lo más mínimo recibir una contestación desagradable que les llevase a enzarzarse en otra disputa, esta vez a distancia.

Podía entender a Pablo, por supuesto, lo que no quitaba que el hecho de que él no lograse ceder empezase a molestarle cada vez más. Albert estaba acostumbrado a vivir entre la espada y la pared cuando no tenía más remedio y lo aceptaba con resignación, pero lo que menos esperaba en el mundo era que fuese el propio vallecano quien lo pusiese en una de esas situaciones, haciéndole sentir que cada decisión que tomaba era un error que terminaría afectando a alguien a quien quisiese.

Inmerso en aquel malestar sordo que le producían todos sus pensamientos, se vistió y se arregló realizando cada movimiento como un autómata, ejecutándolo a la perfección sin ser realmente consciente de la rutina que iba siguiendo. Para terminar, se dirigió a la cocina y se tomó una bebida energética acompañada de unas tostadas que engulló sin especial entusiasmo.

- El desayuno de los campeones –murmuró haciendo una mueca de desagrado al comprobar que el sabor ácido de aquel mejunje no hacía buena combinación con el tomate que había untado en el pan.

Antes de que diesen las diez y diez, Albert ya estaba saliendo del garaje y agradeciendo la media hora de coche que le quedaba por delante, en la que al menos el ronroneo del motor le acompañaría y le entendería, logrando mantener sus manos alejadas del teléfono móvil durante aquellos kilómetros que separaban La Latina del aeropuerto.

Adelantamientos, frenadas, arranques. Aquella acción tan simple como era conducir para la mayoría de los mortales se había convertido en todo un placentero ritual para el catalán, permitiéndole descargar su frustración y serenar su mente en cada cambio de marcha. Hacía tiempo que no conducía con el ceño fruncido y la mandíbula apretada y el hecho de darse cuenta le hacía sentirse aún peor, pero a base de hablar consigo mismo finalmente logró convencerse de darse un respiro y disfrutar del reencuentro con Gerard, quien sin saberlo había provocado el primer cisma en la relación de aquellos dos jóvenes tan enamorados como exagerados.

Antes de salir del coche, Albert se examinó a conciencia en el retrovisor central. Por fortuna, sus ojeras habían decidido darle una tregua y tanto la ducha como el chute de cafeína habían tenido un efecto positivo sobre su aspecto, haciéndole lucir bastante más descansado de lo que en realidad estaba. Satisfecho con la imagen que le devolvió el espejo, abandonó el vehículo y se dirigió a la terminal de llegadas del aeropuerto, donde los pasajeros del vuelo Barcelona – Madrid hicieron su aparición sin demasiada tardanza.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2016 ⏰

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