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5 horas durmiendo hicieron efecto para que pueda estar de pie practicando una clase de aerobica, 2 chicas muy delgadas y bonitas la dirigían. Sin dudas esto no era un fuerte para mí, ya que mi coordinación no estaba bien desarrollada, pero el ejercicio me iba a hacer bien. Estaba muy feliz con el cuerpo que tenía, lucia grandes curvas y mi color de tez resaltaba con mi cabello rubio, lo cual lo hacía parecer muy lindo.

Permanecí por 1 hora en la clase y ya sin sentir mis pies decidí ir a tomar agua, no por necesidad si no que la hidratación me importaba demasiado, era la primera vez que abría la heladera desde que estaba allí, no había tomado más que un licuado sin apetito, y de comer, nada. Nunca veía gente alimentarse en la cocina, pensé en que tal vez lo harían mientras yo dormía, pero realmente era extraño, ya que cada vez que despertaba todos estaban haciendo la misma acción.

Siempre estaban las mismas personas, por lo tanto todas las caras se me hacían familiares. Me puse a pensar cuanta gente estaría dentro y fue entonces cuando recorrí el lugar contándolos, a estas horas nadie estaba en su habitación. Uno, el chico de pelo largo. Dos, la pequeña morocha. Y así hasta llevar en mi cabeza 19 caras diferentes, incluyéndome, claro. Esperaba que no me falte nadie ya que llevaba al rededor de 40 minutos buscando a las personas, pero caí en cuenta de que todavía no había visto a Mike ni a Tate. A sí que contándolos a ellos la cuenta sería de 21, si, 21 personas, ahora estaba entendiendo el número de el lugar donde estábamos, lo que me hacía preguntarme qué significaba la P, no creía que la P acompañada del 21 significaría personas, así que tendría que centrarme más en averiguarlo. Me propuse buscar a Tate y a Mike, aunque seguramente estarían en su escondite así que subí los cuatro pisos y empecé a llamarlos, ninguno me respondía. Me mantuve gritando sus nombres casi diez minutos hasta que me di cuenta que no lo estaba logrando. O no estaban ahí o simplemente no querían abrirme. Así que bajé otra vez.

- Emma, ven -gritaba Thomas al verme bajando por los últimos 5 escalones.

- ¿Qué pasa? -por alguna razón no estaba de humor para escucharlo.

- Tu amigo, tu amigo, el gordito -repetía de una manera un tanto desesperada.

- Si ¿qué?, ¿qué pasa?.

- Salió, salió hace un rato con la chica del cabello azul, salió de la casa -decía muy asombradamente.

- ¡¡¡¡¿Qué?!!!! ¿Cómo que salió? ¿Y Mike? -no podía creer que fuera verdad, no podía ser verdad, intentaba convencerme en mi cabeza de que aún no me había despertado, pero no era así.

- Si, salió hace como una hora, a Mike no lo he visto, intenté buscarte varias veces para decírtelo pero no te encontraba, pensé que tú también podrías haber salido.

- Gracias Thomas, me voy a buscar a Mike.

- Espera -dijo él antes que diera un paso- quiero ir.

No sabía si dejarlo ir sería una buena idea, teniendo en cuenta que Mike podía estar en esa especie de altillo y el no podía saber que eso existía. Pero también había tenido un muy buen gesto conmigo y tal vez solamente Mike estaba solamente encerrado en su habitación.

- Ven, vamos, apúrate -dije con prisa.

Salimos corriendo en la busca, Thomas era mucho más rápido que yo así que me llevaba una gran ventaja, no me esperó, lo que no me molestó porque necesitaba saberlo cuanto antes. Llegó a la puerta y ni siquiera se molestó en tocarla cuando la madera ya estaba callando al piso, no sabía si eso había sido necesario, pero tampoco me limité a pensarlo, la puerta ya estaba abajo. Thomas entró rápidamente y seguido de él fui yo. Mike estaba tirado en su cama, con una pinta horrible, el olor a encierro predominaba en la habitación y el no paraba de llorar.

- Ey Mike, soy yo, Emma, ven, levántate, ven conmigo, por favor, cuéntame, ¿qué pasó? - intentaba decir calmada cuando en realidad no lo estaba.

- Para Emma, no va a poder con tanto -Thomas me estaba diciendo la verdad, pero no lo podía evitar, necesitaba saber todo.

- No se, no se que pasó, no sé cómo pasó, estábamos los dos aquí, y creo que Tate estaba encima de mi, pero no, no en el sentido que ustedes se imaginan, no lo recuerdo, pero creo que me dolía. De pronto entró una chica de pelo azul al cuarto, y se lo llevó, no recuerdo más, nada más. Es realmente frustrante, no entiendo qué pasó -decia Mike entre lagrimas.

Mientras Mike contaba lo ocurrido, con Thomas nos mirábamos y mirábamos su cuerpo, Mike tenía leves lastimaduras en su cuello y en su muñeca. Examiné todo su cuerpo pero no encontraba más que esos dos moretones, si es que eso eran. Thomas corrió al baño para buscar una pomada y un analgésico.

- ¿Cómo te sientes ahora?

- Bien, me siento bien, pero no sin Tate -respondió Mike muy tristemente.

- Cálmate Mike, todo estará bien. ¿Quieres que pase la noche contigo?

- Si, por favor, quédate -decía con su voz tan rota.

Lo abrazaba muy fuerte, lo quería mucho como para verlo así. Thomas volvió y pasé la pomada por las partes de su cuerpo dañadas, aunque para mi sorpresa, cada vez disminuían más. Pudimos sentarlo para darle el analgésico y en dos segundos ya estaba durmiendo. Thomas levantó la puerta, la colocó donde iba y se fue. Fue Entonces cuando me acosté a dormir.

- Emma, despierta, vamos, yo ya estoy de pie.

Me levante rápidamente al escuchar la voz de Mike a mi lado, era la segunda vez que despertaba con él y eso me encantaba. Se lo veía bien, era una persona totalmente diferente a lo que aparentaba hace unas horas y las marcas en su piel ya no estaban. Tenía ganas de que se acostara al lado mío y quedarnos juntos todo el día. Se lo pedí y así fue. Estábamos acostados los dos mirando boca arriba, por más que la conversación no era seria era muy lindo estar con el. No habíamos vuelto a hablar de Tate, creo que los dos teníamos la esperanza de que volviera. Pasaron unas horas y la puerta sonó.

- ¿Quién? -dijo fuertemente Mike.

- Soy Thomas.

A Mike no le simpatizaba mucho Thomas, pero sabía que ayer había sido de gran ayuda.

- Pasa -gritó Mike con su masculina voz.

- Hola, no los quería interrumpir pero venía a ver si estabas mejor. Rebecca y Tris estuvieron muy preocupadas por ti -pasó a decirme a mí- pensaron que podrías llegar a salir y ellas ni te habían visto.

Era verdad, no había ido a decirles nada, pero entre todo lo que había pasado tampoco tenía tiempo. Lo bueno fue que Thomas ya le había contado lo ocurrido, así que a mí solo me quedaría pasar por la habitación.

- Tris, Rebecca -golpeaba la puerta y gritaba sus nombres para que me escucharan y me abrieran.

- Ya va -dijo Rebecca desde adentro, mientras abría la puerta- ven pasa, pero has silencio que Tris aún duerme.

Entre a la habitación haciendo el mayor silencio posible, agarré las pocas cosas que me permanecían en la habitación y volví a salir con Rebecca a el comedor.

- Lo siento, voy a abandonarlas -le dije en un tono triste- quiero estar con Mike el mayor tiempo posible para alivianar el peso de la pérdida, además, pasaron cosas muy raras con la ida de Tate, no sé si Thomas te habrá contado algo.

- Si, ya se todo lo que ocurrió, y descuida, no te hagas problema, con Tris estaremos para ti siempre que lo necesites.

- Muchas gracias -dije dándole un abrazo a Rebecca.

Enseguida me fui a la habitación de Mike.

Él estaba ordenando las pocas cosas que quedaban de Tate y dejando espacio para poner las mías.

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⏰ Last updated: Jul 20, 2016 ⏰

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