CAPITULO 8 EL GUANTELETE "MAGICO"

Start from the beginning
                                    

—Estoy bien... la tome hace un momento, disculpa por preocuparte.


Me entero de que Sara se encontraba bajo la afección de una enfermedad pulmonar, combatiéndolo tanto con voluntad como con medicamentos administrado por la alquimista.


—La razón del porque te pedí venir, es que necesito de tu ayuda –Hablo la Eldar.


— ¿Ayuda?, ¿de un niño de 4 años sin talento para la magia?, ¿me pregunto qué puede esperar de mí? –Dije con un tono sobreactuada de ignorancia.


—No te hagas el listo –Agrego Naya —Muchos se ha hablado de ti, un niño no mago que usa extraños artefactos mágicos capaz de hacer frente un mago y eventualmente lograste vencer solo a una cantidad destacables de bandidos pertenecientes a los forajidos de Lars, la bruja que estuvo allí presenciándolo todo me detallo de lo ocurrido, sonaba imposible de creer pero al ver los cuerpos... empecé a dejar mi incredulidad a un lado.


De modo que esa joven bruja que estaba vigilando sola esa parte sobrevivió, veía venir que ella terminaría contando todo lo sucedido, llame la atención más de la necesaria.


—Te lo suplico que nos prestes tu fuerza un momento, tras logras repeler con éxito a los bandidos, muchas brujas terminaron heridas y se encuentran en este momento siendo trasladados con urgencia al hospital, algunos sufrieron heridas tan graves que no lograron sobrevivir, nuestras fuerzas han mermado y si fuéramos atacados otra vez, quizás esta vez no tengamos oportunidad –Explico la Eldar.


— ¡Me niego! –Respondí de inmediato.


— ¡Miserable!, ¿¡cómo puedes decir eso después de que te lo ha pedido con toda humildad!? –Protesto Naya.


—Esa es mi opinión, pero la respuesta final no depende de mí.


Mire a madre al decir eso, deje que ella tuviera la última palabra de esta decisión, si aceptaba yo me quedaría a ayudar, de lo contrario nos iríamos como teníamos planeados desde ayer.


—La respuesta es no, nos vamos de aquí Roz –Respondió ella por su parte.


— ¡Espera!, se lo ruego... Windaz podría correr el riesgo de perecer –Suplico Sarán con sus manos juntas.


—Y cuando mi hijo estuvo cerca de perecer también, ¿quién le ayudo?, ¡cuándo fue el centro del trato indiferente de todos!, ¿¡quién de este pueblo estuvo para darle una mano siquiera!? –Añadió mi madre conteniendo su rabia —Nunca en mi vida he despreciado a alguien, las enseñanzas y educación que recibí de mi madre no me lo permitían, pero estos últimos acontecimientos... ¡hicieron posible eso!, ¿sabes lo que es sentir tanto rencor e impotencia suprimida en años?, ¡cuando vi a mi Roz, a mi único hijo y razón de vivir soportar todo ese tormento y casi morir!, ¡no lo podía soportar!, ¡lo odio!, ¡odio a todos los que se atrevieron a hacerle daño a mi hijo!, ¡ODIO A TODO ESTE PUEBLO!.


Ni Naya o la misma Sara tenían una respuesta para sofocar tanta frustración, sea que algunas de la dos esté al tanto o no sobre nuestras vidas, nada iba a cambiar la decisión de madre, al dejar en claro su punto nos dirigimos a la puerta.

Metalord RevolutionWhere stories live. Discover now