-¡Hola! ¿Pasó algo nuevo en el universo?- preguntó Samantha ajustando su mochila a los hombros mientras continuaba con su caminata hacia la parada de autobús.

-Amm... no mucho, solo quería invitarte a una noche de chicas- mencionó la castaña encogiéndose de hombros. Sam la observa con suspicacia por un par de segundos, intentando desentrañar los planes de su, en ocasiones lunática, amiga.

- ¿Por qué me suena a que no seremos las únicas?- inquiere Samantha deteniéndose de pronto con una ceja alzada y una mirada inquisitorial hacia la castaña frente a ella- No me digas que acabas de aceptar una de las invitaciones a la fiesta de Cristal de esta noche.

En respuesta América muestra una sonrisa nerviosa y se encoge de hombros denotando algo de culpa en su mirada. En ocasiones Sam lograba leer las expresiones de los demás e incluso lograba descubrir si aquella persona mentía, además que contaba con un instinto para predecir las cosas que sucederían que en ocasiones lograban espantar a su mejor amiga. Era extraño, pero de todas formas a América parecía no importarle mucho.

- Está bien me descubriste- Sam rueda sus ojos y bufa antes de continuar con su caminata hacia la parada- Aún no entiendo cómo lo haces.

- Es simple querida...- profiere la castaña tomando asiento en una de las bancas para esperar el bus- Confío en mi instinto, él solo me guía a tus mentiras- se encoge de hombros y coloca su mochila sobre su regazo para buscar en ella su celular. 

- ¿Irás a trabajar?

- No, Carl me dijo que hoy tenía la tarde libre- mencionó ella mientras revisaba su celular con varias notificaciones de su app de lectura. 

- ¿Vas a ir a la fiesta?- inquiera América de forma impasible, a lo que Samantha responde con un bufido- ¡¿Por qué no?! - exclama ligeramente ofendida.

- En primera no tengo a nadie con quien asistir- argumenta la castaña con el enojo creciente en su interior.

- ¿Y yo soy invisible?- repone América con insistencia- ¡Hey! Alguien que me de el uniforme de los cuatro fantásticos, se les escapó la mujer invisible.

- Ambas sabemos que en cuanto un chico lindo se presente me abandonarás como la última vez- le recordó con cierto reproche, haciendo que la lengua viperina de su amiga se silenciara por unos momentos. 

La última vez que ambas habían asistido a una de las fiestas de Cristal, conocida como la chica popular y la más falsa de la facultad, América se había quedado coqueteando con un chico dejándola a ella sola por el resto de la noche y a merced de Todd, quien al parecer no se rendía en insistir para que salieran a beber un café algún día o para que fuese a su departamento a ayudarle con su tarea.

"Lo menos que ese idiota haría sería estar pendiente de su tarea", pensaba Samantha cada vez que Todd aparecía en su camino. Aunque en ocasiones pensaba que al ser su cabeza expuesta al sol durante muchas horas de entrenamiento debido al equipo de fútbol debía dañar su cerebro, por eso la inteligencia no le daba sino para hacer sus necesidades básicas. Comer, dormir, jugar, defecar y coger. Sobre todo coger.

Esa noche Todd había estado demasiado insistente para su gusto y las cosas se habían salido algo de control.

Desde esa noche había jurado jamás volver a una de esas fiestas y mucho menos junto a Mere.

 Justo en ese momento el autobús que las llevaría a casa había llegado, y ambas lo abordaron a penas las puertas del vehículo se abrieron. Tomaron asiento en la parte de atrás cerca de la ventana, a Sam le gustaba observar el paisaje a su alrededor ya que en ocasiones le ayudaba a volver a casa cuando deseaba irse caminando.

1| Predictions (Elijah Mikaelson)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora