Capítulo 5

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5

Londres era maravilloso. Yo estaba en un pequeño restaurante con Niall.

-En muy poco tiempo me di cuenta de que eres muy especial en mi vida. No sé qué haré cuando te vayas.

Perfectamente sabíaque todo lo que decía era falso pero no podía hacer nada para evitar lo siguiente.

Se acercó a mí, tomó mi mentón con una mano y con la otra me metió un mecho detrás de la oreja, se acercó aún más y nuestras respiraciones se volvieron una sola, sus labios poseyeron los míos haciéndome saborearlos, nuestras lenguas tenían una guerra en la que ninguna se iba a rendir y siguió besándome hasta que nos quedamos sin rastros de oxígeno.

Abrí lentamente los ojos después de un beso que me quitó el aliento y me dejó sin palabras y ahí estaba él con una sonrisa de campeón sobre un sofá junto a un entrevistador y ambos se burlaban de mí.

Desperté sintiendo un choque en el corazón. Abrí los ojos con dificultad gracias a las poderosas luces que me rodeaban, vi a mi alrededor y me di cuenta de que me encontraba en una ambulancia.

-Bienvenida de vuelta. –dijo un chico con una sonrisa radiante que parecía paramédico.

-¿Qué… qué pasó? –llevé mi mano a la cabeza y traté de levantarme pero fue imposible ya que vi todo borroso y todo se movía.

-Chocaste y quedaste inconsciente por unos minutos pero no fue nada grave. –me ayudó lentamente a levantarme mientras seguía con una dulce sonrisa de ángel en el rostro- Sólo tienes un pequeño moretón arriba de la ceja. Fue un milagro que no te lastimaras el cuello. Según me dijeron fue algo fuerte el impacto.

-No lo recuerdo.

-¿Y recuerdas quién eres? Porque si no puede ser algo grave.

-Sí, bueno, no recuerdo el choque ya que estaba distraída completamente, sólo recuerdo el golpe en la cabeza.

-Entonces será mejor que te llevemos al hospital para que te revises mejor.

-No, no importa, nunca he tenido buena memoria.

-Entonces será mejor que te comuniques con un familiar para que puedas irte.

-¿Dónde está mi auto?  

-Será mejor que lo veas por ti misma.

Me ayudó a salir de la ambulancia y logré ver que mi auto estaba totalmente destrozado por delante y detrás.

-Sí, creo que será mejor que les llame.

-Si te sientes mal me avisas, estaré apoyando a mis compañeros con los demás pacientes.

Asentí y saqué mi celular de la bolsa de mi pantalón para marcarle a Chirs y después a mi padre para avisarles lo sucedido. Los dos se asustaron y en cuestión de minutos ellos ya se encontraban conmigo.

Mi padre hablaba con los dueños de los otros autos disculpándose por mi descuido y asegurándoles que pagaríamos todos los daños mientras Chirs estaba conmigo abrazándome muy preocupado por los mareos que me daban cuando me movía muy rápido.

Llegamos a casa de mi padre y mi padre y Chirs seguían preocupados así que informaron a mi madre. Mi papá no me regañó y dijo que compraríamos mi auto antes de que me tuviera que ir a Los Angeles. Por suerte todos estaban más preocupados por mi golpe y mi vista nublada que por el dinero que se tendría que pagar por todos los daños que ocasioné.

Pasaron dos semanas desde el choque y desde entonces no he vuelto a soñar con Niall. Algo bueno tenía que traerme ese fuerte golpe en la cabeza para poderme olvidar de él.

Hoy era mi último día en casa, con mis amigos y familia. Mañana mi madre y yo tomaremos un vuelo a primera hora a Los Ángeles. Mi hermana se mudaría con mi padre un tiempo en lo que regresa mi mamá.

El plan era que mi madre fuera conmigo a LA para ayudarme con mi mudanza mientras me acostumbro. Mi hermana viviría con mi papá ya que sigue en clases.

Todo el día de hoy estuve en una fiesta de despedida que me organizaron mis amigos. Todas las personas importantes, amigos de secundaria, preparatoria y vecinos estaban ahí, todos menos Chris. No lo había visto desde unos tres días atrás, no tengo llamadas ni mensajes de él y he llegado a creer que se alejó de mí para no tener una despedida dolorosa ya que él siempre ha estado enamorado de mí, desde que me conoció y yo no me di cuenta hasta que Ivan me dejó. Chris siempre estuvo para mí y ahora me iré, supongo que no es nada simple para él pero tampoco lo es para mí. Él ha sido uno de los chicos a los que más he querido sin contar a Niall y me duele dejarlo y alejarme de él pero estoy cumpliendo un sueño que jamás creí que sucediera.

Eran las 10 de la noche y salí de la fiesta. Iba de camino a casa de mi padre cuando recibí una llamada. Saqué el teléfono de la bolsa y la pantalla decía que era Chris pero al querer contestar ya se había cortado la llamada. Pocos segundos después recibí un mensaje.

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“Necesito verte. ¿Podemos vernos ahorita en nuestro parque?”

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Ya estaba yo a unas cuantas casas de la mía y cuando vi el mensaje me desvié y fui al parque que está cerca de mi casa. Nuestro parque.

Estacioné mi nuevo auto, me coloqué la chamarra y bajé del auto rumbo a la banca en la que siempre nos veíamos. A lo lejos logré ver a alguien sentado en la banca y enseguida supe que se trataba de Chris cuando vi  que llevaba puesta la chamarra que le regalé la navidad pasada. Me acerqué más hasta llegar a su lado y me senté junto a él. Hizo caso omiso a mi llegada y se limitaba a observar el suelo con la mirada perdida, tenía las manos sobre las piernas y en una sostenía una rosa con una carta.

-Hola.

-Llegaste rápido. –seguía mirando el suelo.

-Sí, estaba llegando a casa cuando me llegó el mensaje.

-No quería que me vieras así.

-¿Así cómo?

-Frustrado y con la depresión desbordándome.

-¿Es malo verte así?

-No sé, ¿lo es? –estaba inexpresivo sin mirarme.

-Para mí no. Eso sólo me demuestra que me quieres.

-Yo no te quiero, ____. –escucharlo decir eso me asombró y me confundió hasta que terminó de hablar- Yo te amo.

En un acto de desesperación por su actitud tomé sus manos sin importar que tuviera cosas en ellas llevándolas hacia mí.

-Y yo te amo a ti.

Besé su mejilla salada y al separarme vi lágrimas corriendo por sus mejillas que habían sido las culpables de un beso salado y húmedo.

-Yo sólo quiero que seas feliz. Pero no puedo evitar sentirme mal al saber que te voy a perder. –las lágrimas seguían cayendo y él no hacía nada- Te traje algo. –me dio la carta y la rosa- Tú más que nadie sabe que odio las despedidas. Perdón si no fui a tu fiesta y si no te he visto en estos días pero realmente no me he sentido bien. Te quería ver antes de que te fueras pero me tenía que preparar y aún así no me siento preparado para decir adiós.

-No tienes que decirlo. Yo tampoco estoy lista para despedirme de nadie y mucho menos de ti.

Mis ojos se humedecieron y comenzaron a caer lágrimas sin secar.

Pasamos toda la noche juntos. Nos quedamos dormidos en la sala de mi casa después de hablar durante toda la noche, lloramos y reímos juntos recordando todos los momentos que pasamos juntos. No supe a qué hora se fue ya que desperté y ya no estaba.

Together forever: Just trust me.Where stories live. Discover now