-No es fácil explicártelo. Para empezar, esto te cambiará la vida, tu forma de pensar y ver las cosas, tu concepción del mundo; descubrirás que nada de lo que creíste cierto realmente lo era. Por ejemplo... tu origen.

-¿Qué hay sobre mi origen? -preguntó Alejandra, curiosa por conocer la teoría de Lilum.

-No eres lo que crees, tu familia no es quien crees... es complicado.

-Explicáte mejor -sugirió Alejandra, sintiéndose un poco confundida.

-No eres por completo humana -le dijo Lilum al fin, después de haberlo dudado por unos instantes.

-¿Qué? -preguntó sorprendida. Nunca se había sentido parte del resto, siempre se había considerado diferente a todos, pero no creía que de verdad lo fuese. Tan solo pensaba que esa era su manera de proyectarse y nada más.

-Eres mitad humana y mitad de otra especie. Y eres la única en el mundo.

-¿Qué otra especie? -cuestionó Alejandra. Necesitaba saberlo.

-Eres mitad hada -dijo Lilum, al fin.

Alejandra necesitaba procesar lo que se le estaba diciendo. ¿Cómo era posible?, ¿ella, un hada?, ¿una maldita hada? Eso realmente elevaba su concepto de lo que era ser un bicho raro.

-¿Cómo puede ser? -preguntó cohibida, tratando de mantener la calma y no entrar en un ataque de pánico.

-Verás -continuó Lilum-, aquellos que creíste que eran tus padres nunca lo fueron. Fuiste adoptada cuando tenías tan solo unas pocas semanas de edad. Se te ocultó por tu bien, para que los vampiros y las brujas no pudieran encontrarte... Pero ahora lo han hecho.

-¿Qué quieren conmigo los vampiros?

-Usarte... usarte para sus oscuros propósitos. No debes dejar que lo hagan. Ellos pueden manipular tu mitad humana, pero nunca tu mitad hada. Debes buscar la fuerza dentro de ti. Lo que te permite poder comunicarte mentalmente conmigo... tu mitad hada... lo tienes allí, y es algo poderoso; tan solo debes despertarlo para poder hacer muchas más cosas; cosas maravillosas.

Alejandra oyó el ruido de otras personas en el jardín y vio cómo una mujer rubia con trenzas y vestida de rojo bajaba los escalones, acompañada de dos fuertes guardias. Miraba a Lilum con una cara llena de reproches y la pobre pelirroja lucía bastante asustada al verla, se notaba que le temía.

Escuchó la voz de Lilum por una última vez.

-Haz lo que te he dicho. ¡Busca esa fuerza en tu interior!, ¡encuentra tu propio poder!

Los guardias habían tomado a Lilum y se la estaban llevando. ¿A dónde?

Alejandra en serio comenzaba a temer por la seguridad de esta chica.

Trató de volver a comunicarse con ella, preguntándole lo más fuerte que pudo.

-¿Cómo lo hago?

Pero no hubo respuesta. Nunca la hubo.

De inmediato, una vez que vio desaparecer a los guardias, se dirigió dentro del palacio para ver adónde se la llevaban. Caminó por el largo pasillo con paredes de piedra que ellos habían atravesado, y los vio bajar unas escaleras, de las que no tenía idea hacia dónde conducían, ya que nunca había estado allí. Es más, ni siquiera recordaba haber visto esas escaleras antes.

Una vez transcurrido un tiempo prudente de espera, se encaminó hacia los escalones y descendió. Pero se sorprendió al ver una enorme pared de piedra justo a dos metros del final de la misma. «No es posible que hayan traído a Lilum aquí», pensó sorprendida, tocando la pared para comprobar si no habría allí alguna especie de interruptor que abriese un pasadizo secreto de algún tipo, como aquellos que había visto en películas de misterio. Sin embargo, no lo había.

Sangre Enamorada: Sangre enamorada #1 (Versión original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora