C A P Í T U L O: 08.

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CA P Í T U L O O8:
"Playa y acepto."

— ¿Es aquí? — miro el hermoso lugar en frente a la playa.

Kade asiente y baja del auto con rapidez para abrir mi puerta, le sonrío agradecida y ambos caminamos hacia el restaurante.

— Buenas noches. — una joven mujer en la entrada de la puerta nos recibe con una amplia sonrisa, o bueno le sonríe a Kade — ¿En qué puedo servirle?

— Servirnos — aclara Kade mirando hacia mi dirección, la mujer apenada asiente — Una mesa afuera, para dos.

La chica hace una señal y un joven mozo aparece para llevarnos hasta nuestra mesa, el lugar es simplemente hermoso; las mesas estan frente al mar dejando disfrutar de su vista.

— Esto es hermosos — susurro agradeciendo a Kade por haber apartado mi silla.

— Lo es. — se sienta en frente mío.

— Buenas noches, soy Christopher su mesero — asiento y sonrío hacia el joven mesero que sonríe — aquí está su carta.

Extiende el menú sin dejar de sonreír y segundos después se aleja.

— Te miraba mucho y te sonreía. — acota concertado en el menú.

— No lo creo, estaba siendo simpático, con ambos. — aclaro viendo que elegir.

— Te quiere en su cama — lo miro sorprendida por su sinceridad —, todos los hombres en sí.

— No digas tonterías Kade — bajo el menú —, yo no hago nada para que sea así.

— A eso lo sé — fija sus ojos en los míos —, cautivas a cualquier hombre, tu forma de caminar, sonreír, todo. Y más cautivados quedan cuando te escuchan hablar. — finaliza acercando su mano a la mía.

— Perdón por interrumpir. — Kade rodea los ojos y vuelve a tomar el menú, miro a Christopher que aún mantiene su sonrisa.

— Oh no interrumpes nada importante. — vuelvo mi vista a mi acompañante que sólo ve el menú con su ceño fruncido.

— En verdad si interrumpes — aclara Kade bajando el menú y fulminando al chico —, quiero Langostinos a la menta y el mejor vino de la casa.

Christopher asiente y comienza a anotar el pedido, mientras Kade me mira fijamente.

— Voy a pedir — pienso unos segundos bajo la atenta mirada de los dos hombres —, ternera con champiñones.

Luego de que Christopher desapareciera en busca de nuestros platos Kade me preguntó cómo fue mi semana y hablamos de cosas tribales, no es tan malo escuchando como creía.

Vive solo, con su perro, el que me tiró en el parque. Es dueño de una enorme cadena de Hoteles, lo que siempre lo mantiene viajando. Su color preferido es el gris, le gusta leer más que nada la sección de misterio, y su deporte favorito es el tenis. No es casado y tampoco tiene hijos, aunque algún día le gustaría formar su familia.

— Ahora cuéntame tú. — toma un sorbo de vino.

— Tengo una hija. — sonrío esperando su reacción.

Me mira abriendo sus ojos y ahogándose con el vino, respira profundamente y me mira impresionado.

— ¿Una hija? ¿Estás hablando de una mascota que quieres como a un hijo?

— No Kade, — niego — una niña de cinco años. Permiso, deja que te la muestre. — saco mi celular y le muestro la foto de fondo de pantalla.

Estábamos las dos sonriendo, Crystal con sus manos llenas de pintura y yo con mi mejilla manchada por ella.

Mira varias veces la foto, abriendo y cerrado la boca, sin saber que contestar.

— Se parecen mucho... — me mira extendiendo mi celular — Y es muy linda. En verdad no sé qué decir, nunca me lo hubiera imaginado.

— Lo sé, no me arrepiento. Crystal es el pilar de mi vida, sin ella no sé donde estaría hoy.

Kade comienza a hacerme preguntas sobre ella y más detalles en mi vida, cuando hemos terminado la cena Kade paga, a pesar de que he querido colaborar, y ambos vamos hacia la playa.

— Espera — me saco mis zapatos y doblo el jeans para no mojarlo, él hace lo mismo y luego extiende su mano, la tomo y ambos comenzamos a caminar por el borde de la playa.

— Ha sido sensacional — miro hacia algún punto fijo en el mar —, la cena y todo esto.

— Debía esmerarme para pedirte disculpas — lo miro a los ojos, que son aún más azules bajo la luz de la Luna —, me he comportado como un idiota. Lo siento.

— Disculpas aceptadas — sonrío —, sé que no soy una persona muy fácil de llevar.

— Me encanta que no lo seas — susurra acercando su rostro al mío.

Es un beso perfecto cuando une sus labios con los míos y los mueve de una manera lenta y precisa, nunca habría imaginado que Kade Campbell tuviera su lado tierno.

Sigo su beso llevando mi mano libre hacia su cabello, mientras él coloca la suya en mi cintura.

— Ahora si ha sido perfecto. — me sonríe mostrando sus perfectos dientes si sacar la mano de mi cintura.

— Creo que es hora de irme — murmuro luego de otra sesión de besos y charlas —, Danny aún está con Crystal.

— Bien.

...

— ¿Aceptaras mi propuesta? — a estado todo el camino tratando de convencerme de que acepte ser su dama de compañía — Sólo son algunas reuniones, los empresarios les importa mucho el tema familiar y necesito una novia.

— ¿Por qué yo?

— Porque me gusta pasar tiempo contigo, y eres perfecta para esto... sabes cómo comportarte en este tipo de reuniones, eres hermosa y si algún día me llego a comprometer sería con una chica como tú.

Aquello último me deja desconcertada por varios minutos, incluso a él mismo.

— Además te pagaría muy bien — retoma la conversación luego de un incómodo silencio — no tendrías que ir más a aquel club nocturno.

— Acepto, sólo porque tienes razón.

Y si la tiene, por fin dejaría de bailar allí gracias a este trabajo y al que Luxs me ha ofrecido.

— Genial, tendremos que hacer un contrato
— estaciona frente a mi edificio y me mira — pero a eso lo hablaremos luego.

— Ni que lo digas, estoy muerta. — bostezo.

Kade baja del auto, abre mi puerta y me acompaña hasta la entrada del edificio.

— Espero que descanses — deja un rápido beso en mis labios —, nos vemos.

Susurrando un "chau" me despido de él entrando al edificio con una amplia sonrisa.

Ese hombre despertaba cosas en mí, que no quería volver a revivir.

— ¿Por qué esa sonrisa de enamorada? — pregunta Danny apagando la TV cuando entro a la sala.

— Por nada. — dejo el bolso y cojo un vaso con agua.

— Esa sonrisa tiene nombre. — toma su mochila negando — Crys está dormida, ya debo irme.

— Gracias por todo Danny — camino detrás de él hasta la puerta —, mañana te doy tu paga.

— No hay problema Sasha.

Se marcha segundos después y sólo pienso en tirarme en mi cómoda cama y dormir pensando en esos ojos azules.

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Besos Cam.

Ella, Mi Dama De Compañía. |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora