DOCE LUNAS [MH4] [Zodiaco/Yaoi]

Part I: El Juego

Sagitario abrió los ojos cuando su despertador empezó a sonar, se removió bajo las sábanas aún adormilado antes de estirar la mano y apagar el incesante sonido. Volvió a cerrar los ojos con intenciones de caer dormido otra vez, no recordaba por qué había puesto la alarma, seguro lo averiguaría luego, lo importante ahora era seguir durmiendo.

—Sagitario.

—¿Hm? —Escuchó su nombre, pero no abrió los ojos ni se giró a averiguar de quién se trataba.

—Se te hace tarde.

—¿Tarde para qué? -Preguntó, arrastrando las palabras.

—Por algo pusiste tu alarma, ¿no?

—Ah, qué molestó eres Cáncer.

—¡Luego no te vengas a quejar cuando Virgo te patee!

Sagitario abrió los ojos de golpe y lanzó sus sábanas por los aires, cayendo justo encima del signo de agua. Cáncer suspiró sin intenciones de quitarse el cobertor de encima.

—¡Debo recoger a Virgo del aeropuerto! —Dijo antes de ponerse en pie y vestirse de manera rápida. —¿Dónde están mis pantalones? ¡Dónde está mi bufanda! ¡Hace frío!

—Tu pantalón está en el segundo cajón de tu armario y tu bufanda está colgada justo ahí. —Cáncer apuntó hacia aquellos lugares sin necesitad de quitarse la manta, ya sabía todo de memoria. Desde que Capricornio había vuelto a cambiar el orden de los dormitorios tuvo que lidiar con un desordenado compañero de cuarto llamado Sagitario.

—¿Por qué mueves mis cosas, gasparín? —El signo de fuego corrió en busca de sus prendas para terminar de vestirse.

—Tal vez porque dejas tirado todo en el piso y no puedo caminar, siempre tengo de ordenar todo. ¡Y no me llames gasparín!

—Lo que dejo en el piso se queda en el piso, es mi orden.

—Mientras esté aquí será otro orden... —Cáncer había terminado de hablar cuando sintió su celular vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón y lo sacó de allí. Había llegado un mensaje de Virgo. —Virgo dice que si no vas en cinco segundos, él...

—..."Te meteré el destapador de baño por donde no te cabe y comerás jabón por una semana". Ya me sé eso de memoria. —Sagitario había imitado a Virgo, estilizando la voz y haciéndola sonar sería, tal y como lo haría éste. Cáncer rió ante la elocuencia del otro.

—Pues vete ya.

—¡En el nombre de gasparín rey del agua, pido a los dioses y los poderes del inframundo que Escorpio gobierna, llevarme al aeropuerto... Ya!

Cáncer pudo notar el característico brillo azul del portal de Sagitario a través de la tela y cuando éste desapareció supo que se había marchado.

—Idiota... —Dijo, antes de seguir limpiando.

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—¿Una bienvenida?

—Correctirijillo.

—No hables como retrasado, Géminis.

—Ah, ¿por qué tan amargado, Capricornijillo?

—No soy amargado y no me llames así.

—Capriceite.

—Basta.

—Capriputo.

—Que te calles.

—Caprigolfa.