Orígenes

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Todo parecía tan aburrido, siempre la misma rutina, las mismas obligaciones y las mismas tareas. Me levanto, me visto, desayuno, me lavo y salgo por la puerta.

Los fines de semana leo un libro o estudio. Toda aquella colección ya estaba más que leída, pero había un libro en especial. No era de aventuras ni de intriga. Era de amor, un amor entre dos estudiantes. Si título ya no es más que un recuerdo, un recuerdo que no volverá.

Sólo tenía una amiga, Rei. Reisuko Miyamoto... Una chica dulce y hermosa. Cuyo cabello rubio despistaba a cualquier chico. Yo era una excepción, no me fijaba en ella no una sola vez. Nunca me preocupé por tener novia, sólo estudiar.

Recuerdo la envidia de mis compañero cuando me vian con ella. Esos insultos y esas palizas... Todo aquello por ser distinto. Era el más listo de mi clase, no bajaba del sobresaliente y siempre esperé un gran futuro.

Siempre que castigaban a todos los chicos de la clase yo no estaba incluido, pues los profesores sabían perfectamente como era. Sincero, obediente y buen chico.

Al volver a casa siempre iba a mirarme al espejo, no por ser presumido, sino para ver alguna... diferencia.

Nada, siempre la misma cara pálida, esos ojos blancos y el pelo albino como la nieve. Delgado, pero no débil.

Esa expresión sería acompañada de una delgadas gafas. Le dí un puñetazo a aquella expresión, el resultado fue un cristal roto. Roto como mi corazón.

La expresión suele ser "un corazón negro", en mi caso es "un corazón blanco".

Siempre busqué la neutralidad, finalmente lo conseguí... aquella mañana de verano. Faltaban dos semanas para acabar bachillerato.

En el recreo, me senté en un banco del patio para leer un rato. No había pasado ni la primera página y se me acercó Rei con una maravillosa sonrisa.

Me quitó el libro de las manos y lo tiró al suelo.

-¡Deja los libros de una vez! - gritó enfadada. - El verano está a la vuelta de la esquina. Vendrás conmigo a la playa, ¿verdad?

Suspiré y recogí el libro del suelo. Le quité el polvo y lo dejé encima del banco.

-Tengo que adelantar para la universidad - dije limpiando las gafas con la camisa de estudiante. - Supongo, que podré ir algún día.

Se sentó a mi lado, en ese momento todos los chicos me miraron con una cara con la que cualquiera saldría corriendo.

-¡No quiere ir con Rei-chan! - murmuró uno.

-¡Que poca vergüenza!

-¡No me lo puedo creer!

Temiendo mi seguridad, miré a Rei y sonreí.

-Pensándolo mejor... - dije al fin. - Iré.

-¡No sabes como me alegro! - exclamó Rei abrazándome.

Los chicos me miraban peor que antes. Supongo que era porque tenía a la chica más guapa del instituto como amiga.

Todo comenzó en sexto de primaria,en un cumpleaños.

Mientras los demás niños jugaban, yo estaba escribiendo en una libreta.

Rei charlaba con unas amigas hasta que se fijó en mi. Se acercó a no y me preguntó por que no estaba jugando. Yo le respondí porque no tenía amigos.

Entonces se acercó a mi y dijo:

-Yo seré tu amiga.

-Yo seré tu amiga

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