La Oscuridad un Winstead

III

Él no poseía un atractivo convencional, pero había algo en él, algo que le hacia a Elle apartar la mirada para momento después volver a mirarle.

—Oh.— dijo Jane, siguiéndole la mirada de Elle.— No me digas que es él...

Elle asiente.

El chico se para delante de ellas y sonríe descaradamente sin apartar la mirada de Elle.

—Interesante...— dice el chico sin dejar de sonreír.

Su acento es sutil pero familiar, Elle frunce el ceño intentando identificarlo.

— Interesante, es una de las palabras más banales que he oído nunca.— dice Elle sin poder evitarlo.—¿Qué quieres decir con eso, en realidad?

— Quiero decir que no tengo nada mejor que decir, así que interesante me viene de maravilla.

Sacude la cabeza, solo una vez.

—No creo que seas el tipo de persona que pueda encontrarse en una situación en la que no tenga nada mejor que decir.

Él tuerce una sonrisa.

Elle se frota la nuca como quien no quiere la cosa, para detener el escalofrío que empieza a extenderse por ahí.

—Bueno...— dice él joven, volviendo a despertar su curiosidad por el origen de su acento. Las sílabas unidas, la enunciación perfecta. Ingles, decidió. Eso sin duda añadía un plus a su atractivo, a Elle le encantaba los acentos.— supongo que te veré por ahí, Isabelle.

—¿Cómo?— preguntó ella sorprendida.

—Lo siento, he oído que prefieres Elle...— Aparecen unas lineas curvándose alrededor de su boca, formando una especie de hoyuelos.

Él negó con la cabeza, hizo una sutil reverencia en dirección a las chicas y se dispuso a alejarse hacia las escaleras.

—Caliente, solo hay una palabra para describir a Wesley Shuester— dice Jane entre risas.

Elle seguía sumergida en una especie de burbuja, cuando Jane entrelazó su brazo con el suyo y la arrastró hacía el comedor.