Algo no le daba buena espina.








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Aisha estaba triste, muy, pero muy triste.


Había permanecido en la cocina durante aproximadamente una hora, dándole pequeñísimas mordidas a su manzana para que no se le acabará. Tenía mucho sueño, pero le daban ganas de llorar cada vez que intentaba cerrar sus bonitos ojitos y escuchar todas esas voces que pensó se habían quedado en la casa donde vivía con sus padres.


Le decían cosas feas y la obligaban a hacer algo que ella no quería. La estaban manipulando.


Pero eso no le importaba ni le ponía triste, lo que sí, era la forma tan horrible en la que hablaban esas voces, la forma en la que decían todas esas palabras de odio sobre su nueva familia.


Porque si, ella consideraba a los Mikaelson su familia.


Se levantó del taburete y dejo la manzana a medio comer en la isla de la cocina, arrastro sus pantuflas de unicornio por el pulcro piso hacia la sala para ir a su habitación, pero al pasar por la puerta principal escucho gritos y la curiosidad le ganó. Retomo la nueva dirección y salió por la puerta hacia el patio, donde Elijah, Freya y Klaus estaban parados dándole la espalda mirando algo frente a ellos, que no podía alcanzar a ver.


Se alzó en puntitas tratando de ver por encima de sus cuerpos pero sus 1.65 no le ayudaban de mucho. Soltando un suspiro pequeño, se acercó a los tres y puso sus manos hacia delante, extendiéndolas y metiéndolas entre un costado de Freya y Elijah. Seguidamente abrió los brazos empujándolos levemente con estos. Elijah fue el primero en percatarse de su presencia junto con su hermana e iba a decir algo cuando Aisha le ganó.


— ¿Quién eres?–pregunto curiosa hacia el hombre frente a ellos. Olvidando completamente que hace tan sólo unos momentos estaba triste.


Kol fruncido el ceño, mirando a la chica que le interrogaba. Tenía puesto un pantalón corto de franela, una blusa que tenía unos colmillos de caricatura y unas ridículas pantuflas de unicornios. Los ojos azules le examinaban curiosos y brillantes, mientras una sonrisita se formaba en sus labios.


—Yo debería de preguntarlo–responde cruzándose de brazos.


Klaus rueda los ojos.—Su nombre es Aisha.


-Me llamo Aisha–repite su nombre a forma de presentación–. ¿Cómo te llamas tú?

GHOST ➳ The Originals.Where stories live. Discover now