Capítulo 4: Me debes una

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Bo:

Marie salió desspués de haber demorado unos 10 minutos, (los cuales se me hicieron eternos) caminando torcida y tarareando la canción que estaba sonando dentro de la casa. -Vaya estado-

-Acaso te perdiste? dije yo molesta a la vez que me incorporaba.

-Es que no sabía donde- dijo atravesando todas las palabras provocando que yo la parara para que no siguiera mareandome intentando darme una explicación.

-No importa, dame las llaves del auto, porque tu así no puedes manejar- dije extendiendo mi mano a la vez que movia los dedos hacia adelante y hacia atrás en señal de que me las diera.

-No claro que no, yo estoy super bien- dijo, pero la verdad es que solo le entendi el no, porque el resto era un trabalenguas.

-Que no que? tu no manejarás- le grité con cara de enojo

Sus ojos se abrieron a la par, pero habia entendido perfectamente mas allá de su estado que no iba a manejar y que me tenía que dar las llaves.

-Bueno, bueno- dijo acercándose a mi, torciendo todos los pasos, para luego abrazarme y susurrarme -Te quiero tanto amiga-.

-Ya, yo tambien, pero dame las llaves- le dije alejandome un poco de ella

-Estan en mi cartera- dijo riendose, pero no sabía de que.

Abri su bolso, busqué sus llaves y la colgué a mi homrbo sirviéndole de apoyo para el trayecto desde la casa hasta el auto, incluyendo los escalones. Vaya trabajo me dió, cada vez que iba a bajar uno, daba un pequeño saltito y se reía. Al llegar este, la apoyé contra la puerta trasera mientras intentaba abrir la del copiloto, pero no podía porque la tonta se me resvalaba y si la dejaba, se iba al piso. Sosteniéndola con una mano y con la otra abriendo la puerta, logré mi objetivo. 

Cuando por fin la metí dentro, le puse el cinturón y cerré la puerta, para luego rodearlo, y hacer lo mismo. Encendí la música para despejarme y emprendí el viaje de 20 minutos hasta casa. En el trayecto, pensé en dejar a Marie en su casa, pero no quería que sus padres la vieran en ese estado, además yo no tendría como volver, ya que era su auto.

Al llegar a casa, estacioné, baje y rodeé el auto y saque a mi amiga. También tuve que hacerle de muleta hasta la puerta y sostenerla para abrirla. Ni bien entré la paré cerca del sillón la solté, sabiendo que esta, se iba a caer sobre él. Busqué su celular en su cartera y mande un mensaje a su madre diciéndole: Me quedo en lo de Bo

Una vez enviado, la levanté del sillón y la llevé al cuarto de huéspedes el cual disponía de una cama. Le saque los tacones y la metí en la cama, obligándola a dormirse, pero ella lo único que hacía era reirse y tratar de abrazarme. La empujé varias veces para que se acostara pero lo siempre se incorporaba, a las cansadas se quedo acostada y me senté en el borde de la cama. No tuve otra mejor idea que comenzar a cantarle para que se durmiera.

Pasados unos 10 minutos, se durmío, y yo por fin me fuí a mi cuarto, rendida por todo lo que tuve que hacer por ella. Me saqué toda la ropa, para luego ponerme un cómodo pijama de seda, y meterme en la cama la cual ansiaba con muchas ganas.

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Desperté porque habia un rayo de luz que intentaba meterse en mi cuarto por medio de la persiana, y a medida que el tiempo pasaba, mas de uno se reflejaba en la pared provocándome una claridad que me imposibilitaba seguir durmiendo. Un poco somnolienta me levanté y me dirigí hacia el baño que se encontraba fuera de mi cuarto, mas precisamente al final del pasillo. Me cepille los dientes, el pelo y bajé a despertar a Marie, pero cuando vi el reloj, que indicaban las 10, la dejé dormir.

Lo imposible -Niall y Bo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora