Una Argentina En New York

capítulo 35: una cita

Los aros y las sandalias eran de ellas me los prestaba por esa noche, otra vez los nervios, y parece que es común en mi ponerme nerviosa cuando veré a mi esposo. La puerta suena y mi suegra abre, escucho que es seb yo me encontraba en el baño haciéndome los últimos retoques, lo escuché que le hablaba a benja quien estaba despierto salí del baño y me encontré con mi bello esposo

No paraba de mirarme con una gran sonrisa y con benja en brazos
Sebastian: creo que está noche te raptare amor
Yo: hola amor que cosas dices y delante de mamá con mis mejillas súper coloradas
Mamá Stan: por mi ni se preocupen después de haber visto sus cuerpos hace meses atrás después de su noche de bodas ya nada me sorprende de ustedes dije riendo
Yo: ay mamá por dios que cosas dices jajjajjaja
Sebastian: las extrañe mucho y a vos hijo te súper extrañe amor decía besándolo y haciendolo jugar
Yo: los miraba y hablaba con mamá sobre lo hermoso que seb juntos, mama decía que verlo a benja era volver el tiempo atrás y verlo a seb recién nacido.
Sebastian: bueno amor vamos? Dijo cuando benja se durmió
Yo: estoy lista dije parándome despacio del sillón que estaba en la habitación.
Sebastian: amor realmente creo que te arreglaste demasiado y sólo vamos a cenar en el bar del hotel porque no quería ir lejos por benja y aparte porque se que no podés andar mucho
Mamá Stan; no importa siempre que ella salga con vos debe ir muy hermosa y mostrarle al mundo que es una bella dama y sobresale siempre, aunque vaya a comprar pan a la esquina siempre debe verse bien.
Yo: tienes razon mamá me gusta verme bien aunque no use ropa de marca ni cara ni joyas preciosas ya que no es mi estilo siempre quiero verme bien para mi misma y para seb
Sebastian: si pero yo me vuelvo loco de celos de que todos vean lo hermosa que sos dijo besándome
Yo: demente dije rozando nuestras narices, agarre mi bolso y salimos, íbamos caminando de la mano hacia el ascensor, mientras esperábamos que llegue sólo nos besábamos, subimos al mismo y bajamos al hermoso bar del hotel, era un hotel bastante lujoso así que se imaginarán lo que era el bar acá le dejó una imágen

Nos sentamos en nuestra mesa que estaba alejada del resto de la gente, seb estaba enfrente mio tomando mi mano
Sebastian: te ves hermosa
Yo: gracias y vos más aunque no me gusta dejar a benja
Sebastian: a mi tampoco pero necesitamos tiempo solos también
Yo: lo sé pobre mamá sola con benja
Sebastian: esta feliz tranquila. Con respecto a lo de anoche..... lo interrumpí
Yo: ya pasó y no quiero hablar de eso ya pasó sólo no lo vuelvas a hacer porque no habrá segunda oportunidad
Sebastian: no lo volveré hacer te amo con todo mi corazón. Lo que hiciste hoy me dejó sin palabras, no puedo creer que sólo agarres las cosas al bebé y te vengas a buscarme y a salvar nuestro matrimonio. Gracias por haber confiado en mí, cuando salimos la primera ves te dije que la prensa sería muy cruel viste que no me equivoqué?!!!
Yo: pero no les daré con el gusto sos mio le guste a quien le guste y a quien no también
Sebastian: y lo que me hiciste en el camarín también me gustó. Aunque te fuiste y me quedé como idiota ahí parado sin saber que hacer o cómo reaccionar. Me encanta como y cuando me seducís, siempre encontrado la forma de que tengamos intimidad saliendo de la rutina y de diferentes formas
Yo: la idea es no caer en la rutina y me encanta sorprenderte y hacerte sentir que puedo cumplir con todas tus fantasías. Porque yo también tengo fantasías
Sebastian: mmmm eso me calienta dijo y parándose inclinándose sobre la mesa y besándome lujuriosamente, pero nos interrumpió el mesero que nos traia la carta, con seb nos reíamos ordenamos la comida y el vino aunque yo sólo tomaría una copa porque no podía beber tanto alcohol aún. La velada fue genial espléndida como todos los momentos románticos con seb. Terminamos de cenar comimos el postre y nos dimos cuenta que entre los dos terminamos la botella de vino le dije a seb que se me había ido la mano así que por esa noche no le daría la teta a benja jajjaja ambos reíamos como si alguno hubiese contado un chiste más que bueno, subimos a la habitación llenos de pasión, era en vano seb y yo somos tan pasionales que es demasiado difícil no hacer el amor, llegamos a la habitación y notamos que ni mamá ni benja estaban pero sobre la cama había una nota de mamá