Capítulo 5: Un pacto para toda la eternidad

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Bastian se sentía eufórico. No recordaba haberse sentido tan bien en toda su vida.

En cuanto pudo, salió de comisaría y corrió hasta su gris y diminuto apartamento. Entró a trompicones, se abalanzó hacia el teléfono y se apresuró a marcar el número de su casa, aquella que compartía con su mujer e hijo.

Deseaba contarles que todo había terminado, que había atrapado al asesino y que podría volver a casa, que todo sería como antes.

No se oía nada, la línea estaba cortada. Desalentado, dirigió la vista hacia la luz encendida del salón: no se trataba de un apagón.

—¿Dónde diablos está mi móvil? —siseó rebuscando en los bolsillos de su abrigo y comenzando a revolver los cojines del sofá. Para una vez que realmente lo necesitaba...

Se giró furioso para dirigirse al dormitorio cuando se detuvo en seco al ver a Genevieve apoyada contra la pared, con una sonrisa traviesa y jugueteando con su móvil.

—¿Buscas esto? —preguntó.

—¿Cómo has entrado? —inquirió frunciendo el ceño.

—Te has dejado la puerta abierta —contestó ella.

—Ah. Bien, gracias —dijo secamente extendiendo el brazo para que se lo devolviera.

Genevieve rio:

—Pero no es cierto, ¿verdad? No te has dejado la puerta abierta, no eres tan descuidado.

—Devuélveme el móvil, Genevieve —le ordenó dirigiéndole una mirada amenazadora.

—¿Para llamar a tu familia? No creo que sea buena idea —opinó.

—Devuélvemelo —insistió deslizando la mano hacia el cinto donde tenía enfundada su pistola.

—Sería una pena darles falsas esperanzas.

—¿Falsas esperanzas? —preguntó listo para desenfundar.

—Decirles que volverás con ellos cuando no podrás —le explicó.

—Claro que podré. Devuélveme el móvil —gruñó.

—Me vendiste tu alma a cambio de que te ayudara a resolver este caso. Bien, te he ayudado, ahora me llevaré tu alma.

Los ojos de Genevieve se encendieron con un brillo rojizo y antinatural. Había maldad en sus ellos y Bastian no dudó. De un solo movimiento, desenfundó su pistola, apuntó a su pecho y disparó.

Pero la bala nunca alcanzó su objetivo. Quedó suspendida en el aire a pocos centímetros de Genevieve que había alzado la mano. La bala cayó al suelo de madera y repiqueteó hasta rodar y perderse bajo el escritorio.

—Un trato es un trato, Bastian —siseó.

Con movimientos fluidos, caminó hasta la puerta blanca del dormitorio. La cerró y sacó una daga de su bota. Sin vacilar, se cortó la palma y, cuando la sangre comenzó a salir a borbotones, deslizó la mano por la madera de la puerta tiñéndola de rojo.

Las luces se apagaron de súbito y, para cuando los ojos de Bastian se hubieron acostumbrado a la oscuridad, la puerta estaba totalmente pintada de rojo.

Genevieve se volvió hacia él con los ojos encendidos. Caminó hasta detenerse a escasos centímetros de su rostro y sonrió.

—Tu alma siempre fue mi objetivo, Bastian —susurró lamiendo su oreja.

Alzó la mano izquierda que se había convertido en una garra de largas uñas negras, y las clavó en su pecho, en el lugar exacto donde su corazón latía.

Bastian se quedó sin aire para gritar y solo logró emitir un jadeo quejumbroso, similar a un estertor. Inmovilizado, contempló cómo algo luminoso y denso comenzaba a salir de su cuerpo. Una extraña sustancia fluida y plateada se retorció entre los dedos de Genevieve resistiéndose a abandonarlo. Pero aquella mujer monstruosa era más fuerte y, tras un último tirón, logró extraerla del todo y atraparla en sus garras.

El cuerpo de Bastian Crawford se desplomó y el polvo del suelo se arremolinó a su alrededor.

Genevieve no le dirigió ni una mirada. Caminó hasta la Puerta Roja y la abrió. De ella rezumó una oscuridad que mataría a cualquiera, a cualquiera que no fuera un ser del abismo.

—Bienvenido al Infierno, Bastian —susurró acercando los labios al alma que acababa de robarle.

Genevieve atravesó el umbral y se perdió en la negrura. Tras ella la puerta se cerró, blanca de nuevo dejando el cuerpo intacto, pero sin vida, del inspector como prueba de aquel encuentro sobrenatural.

La puerta roja ✔️ [Almas encadenadas: relato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora