—Podemos hacer otra cosa, no es necesario ir al parque —dice Ryder.

— ¡Yo quelo! —exclama Noah.

—Entonces iremos tú y yo —el chico tatuado le guiña un ojo.

—Yo también me apunto —Damon y Carter aparecen—. El lago ya me aburre.

—Lo mismo digo —añade Carter.

—Bueno, ya pensaremos lo que hacemos. De momento hay que decidir si vamos a Phoenix o no, para reservar en algún hotel.

—Eso va a salir muy caro, perra —Thomas pasa un brazo por los hombros de Alex.

—También puede ser un hostal o algún albergue. Aunque Noah no puede dormir en ninguno de esos, yo me lo llevo a un hotel.

—Puedo pagarlo, muchachito —Mey coge al niño de los brazos del chico y le mira con suficiencia.

—Me da igual, ha sido mi idea y Noah es mi nuevo socio así que pagaré por él. Y si tú quieres —le guiña un ojo con la sonrisa ladeada—, también por tí, rubia.

—Ni pensarlo.

—Como quieras —mira al resto—. ¿Entonces vamos o no?

—¡Shi! —exclama Noah, emocionado.

—Me parece buena idea —Emma se encoge de hombros.

Después de que todos den su opinión y debatan sobre lo que podrían ver, dónde podrían comer y los días que estarán, se dividen para preparar el viaje. Han decidido que lo mejor para no gastar mucho dinero y también lo más divertido, es acampar en una zona acondicionada para ello, junto al zoológico.

Emma, Dakota, Carter y Kendall preparan bocadillos, mientras que los demás van metiendo las cosas en el coche.

Cater, yo quelo un bocadillo de Nutella —pide el pequeño, entrando en la cocina.

—¿Tenemos Nutella? —le pregunta Carter a Emma, y ésta se encoge de hombros.

—Creo que he visto un bote —dice Dakota, rebuscando en los armarios, hasta que da con ello y lo levanta, sonriendo.

—¡Bieeen! —exclama Noah, emocionado, y Dakota se pone a hacer su bocadillo.

—Haced otro para mí, anda —Ryder sonríe con inocencia fingida mientras pasa por delante de la puerta con varios sacos de dormir.

— ¡Y para mí! —grita Alex.

—Entonces, ¿Nutella para todos? —suspira Carter.

—Noah no debería comer Nutella a estas horas, después no tendrá hambre —comenta Mey suspirando.

—¡No, yo quelo! —grita el pequeño, haciendo un puchero, y se gira hacia la rubia con ojos suplicantes—. Mey, pofi.

—Si dice que no —el chico tatuado se arrodilla junto al pequeño—, yo te doy el mío —finge que Mey no le está escuchando.

—Te estoy oyendo, idiota —la rubia se cruza de brazos mientras mira a ambos con el ceño fruncido.

—¡Nos ha pillado! —le dice al pequeño—. ¡Corre!

Noah sale corriendo lo más rápido que puede, mientras que Ryder lo mira con una sonrisa.

—¡Ry! —grita el niño, mirando a Ryder—. ¡Corre!

El chico le saca la lengua a Mey y sigue al pequeño. Ambos salen de la cabaña y se dirigen al coche, el cual tiene el maletero abierto para meter todas las cosas.

FRICTIONWhere stories live. Discover now