Capitulo 2

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(Punto de vista de Justin)
-¿Qué es lo qué haces, maldita seas?
-Cállate, Bieber. Te dije que no azotaras la puerta y eso mismo haces.
De piernas abiertas, sobre mí, se dedicaba a tirarme del pelo. Mientras que yo intentaba quitarla de encima de mí pero como ella tenía mi cabello entre sus manos, era como si me lo estuviera tirando yo mismo. Quitó una de sus manos y me abofeteó.
-¡No me toques!
-No te atrevas a azotar una puerta, otra vez.
Pude quitarla de encima de mí, quedó en el suelo. Con el ceño fruncido, los ojos destellando furia y rabia, y su cabello todo despeinado. 
-No vuelvas a hacerlo.
Me arreglé el cabello mientras le hacía burla. Maldita estúpida, loca y anormal. ¿Quién se creía?
-No vuelvas a tirarme del cabello.
-¿Y qué si lo hago?
-Azotaré la puerta.
-Bastardo
-Estúpida.
Christian entró a la habitación y nos arrojó un almohadón a cada uno.
-Ya déjense de bobadas. Parecen dos niños.
______ frunció el ceño y le devolvió el almohadón, arrojándoselo a la cara. Chris hizo una mueca, pero me tragué la risa. Nada que ella hubiera hecho o provocado, me debería hacer reír.
-Puedes irte a tu habitación.
-Hago lo que quiero, porque es mi casa.
Chris bufó y se cubrió ambos oídos con las manos.
-Dios, por favor, no de nuevo.
-Si me voy, es porque quiero, no porque tú lo hayas dicho.
-Si, vete, vamos, vete.
Me dedicó una última mirada repleta de enojo y salió de la habitación, dejando la puerta abierta. Me senté en la cama y me sobé la cabeza.
-Me tiró muy fuerte –dije.
Christian rió.
-Eres una mariquita, pero frente a ella te haces el mucho machote.
-Tú cállate, no sabes nada.
Volvió a reír y recostado en la cama, se removió para observarme. 
-¿Justin?
-¿Qué?
-Esta noche Payton va a dormir aquí.
Volteé a verlo y rodé los ojos.
-Mierda, Christian, ¿tendré que presenciar porno?
Comenzó a reír como un loco estúpido y luego se acostó observando el techo.
-Tienen sexo  todo el tiempo, Beadles.
-No es cierto.
-Que si lo es.
-No es sexo, Justin. Tú tienes sexo con todas esas, lo que Pay yo tenemos, es mucho mejor que sexo.
-Mira, Chris me puse de pie para terminar de ordenar mi ropa-, lo que yo tengo con “todas esas”, no es solo sexo.
-No me vengas con pavadas.
-Que no lo es.
-Si esa cochinada no es sexo, ¿qué es?
-¡Sexo salvaje! –grité.
-Linda conversación –dijo Caitlin desde la puerta.
Christian comenzó a reír, yo solo le dediqué una pequeña sonrisa.
-Justin, ya resolvimos el problema –intervino Ryan.
-Vamos cuéntame –le dije con fingida emoción.
-Payton va a dormir aquí y yo me voy a dormir con Cait –sonrió mientras abrazaba a su novia por detrás.
Le guiñé un ojo y volteé para seguir con mi tarea, que nadie me dejaba terminar.
-¿Sabes, Justin? Deberías buscarte una novia –me dijo Ryan-. Últimamente, siento que tú y ______ están más enojones y fastidiosos que nunca, podrían juntarse.
-La tercera guerra mundial –dijo Payton entre risas.
Muy lejos no estaba.
-No me hables de esa cosa.
-¿Y ahora qué? –Preguntó Caitlin riendo.
-Tuvieron una pelea de niñas.
Fruncí el ceño y enterré los dientes en mi labio inferior.
-Yo no iba a golpearla, es una mujer.
-Se tiraron del cabello –dijo Chris fingiendo una fina voz.
Los cuatro comenzaron a reír como estúpidos. No iba a quedarme para que se burlaran de mí. Empujé a los dos enamorados de la puerta, mientras seguían riendo, y salí de la habitación para buscar las sábanas de mi cama.
-Tía, Mary –le grité a la mamá de ______.
Ella volteó a verme y me sonrió.
-¿Qué tal la habitación?
-Me gusta, en serio –le sonreí-. ¿Puedes darme sábanas para la cama?
-Oh –frunció el ceño-, ______ se encargaba de poner cada conjunto de sábanas en cada cama.
-Ya veo por qué no tengo –dije en un cantito.
-Voy a decirle, que chica tan maleducada.
-No, no, tía, yo le digo.
-No peleas, por favor –me pidió.
-Está bien, no peleas –le sonreí
Si bien _______ era una bastarda estúpida con cara de rana, su mamá era genial. Al igual que su papá. Ellos dos eran prácticamente como mis tíos, también los padres de Cait y Chris, Ryan, y Payton. Pero mis preferidos siempre habían sido los padres de _______, aunque ella era como la prima maldita que me caía mal y no me dejaba vivir.
-¿Qué haces en la puerta de mi habitación?
-Vengo en son de paz –alcé mis manos.
Bufó y se puso frente a mí.
-¿Qué quieres?
-Te estoy hablando bien, bájame un tonito, niña.
-Vamos, Justino, habla, ¿a qué vienes?
-No me llamo Justino.
-Ya, comienzas a fastidiarme, ¿a qué vienes? –lo dijo sin mirarme.
-Quiero sábanas para mi cama.
-Se acabaron.
-¡Oye! Tu mamá me dijo que ibas a darme unas. Vamos, no juegues.
Hizo una mueca y abrió bien sus ojos. Recargó todo su peso sobre su pierna derecha y colocó una de sus manos en su cadera. Iba a sacar su lado más agresivo, ya la conocía
-No hay más.
-Dame las tuyas.
-¡Estás mal de la cabeza! –juntó sus labios en una línea.
-Vamos, primero las visitas.
-No, te callas.
Dio media vuelta y entró a su habitación, echó llave. Bien, me acababa de cerrar la puerta en la cara, cuando yo había sido demasiado amable, más de lo normal cuando se trataba de ella. Iba a pagarlas, lo juro. Quería sábanas para mi cama y esto no iba a quedar así.
(Punto de vista de _____)
-Bastardo –murmuré.
Debía tender mi cama, ya se acercaba la noche. Luego de cenar y darme una buena ducha, iba a querer dormir bien cómoda. Así que ya debía comenzar a arreglar un poco esa habitación que había estado desocupada por prácticamente tres años. Me coloqué los auriculares y puse la música al máximo. Siempre hacía eso, amaba desconectarme de todo.
-It's time to feel a rush. To push the danger away on us… (1) –canté mientras abría la pequeña maleta.
Puse la sábana de abajo, la que cubre el colchón y luego, saqué los perfumes que había llevado, las cremas y mi maquillaje. Lo dejé todo en mi baño y luego volví a la habitación. Tomé la otra sábana, con la que te cubres por la noche, y cuando volteé para seguir con la cama, ya no estaba la del colchón. 
-¿Ah? –murmuré.
Quizá estaba loca y ni siquiera había colocado la sábana. Dejé esa sábana sobre la cama, echa un bollo y entré al baño. Si había estado en el baño antes, había dejado la sábana ahí. O eso pensé, pero cuando no vi la sábana en el baño, entré nuevamente a la habitación. La otra sábana había desaparecido. No me tomó tanto tiempo hilar los hechos. 
¿Quién necesitaba sábanas y era un maldito fastidio?
-Justino –hice mi mano un puño y fruncí el ceño.
Salí de mi habitación hecha una furia y cuando entré a la habitación de ellos, no había nadie. La cama de Chris estaba perfectamente hecha, la de Ryan también, y la de Justin estaba desecha. Entré al baño de esa habitación y no había nadie, cuando salí, Justin entraba a la habitación con mis sábanas rosadas con flores lilas, en sus manos.
-Te atrapé.
Abrió sus ojos con sorpresa y antes de que yo pudiera hacer algo, se cubrió la cabeza y salió corriendo fuera de la habitación. Salí detrás de él, con clara desventaja, pero lo vi bajar las escaleras, con mis sábanas al hombro.
-¿Qué es lo que haces? –comenzó a reír la mamá de Payton.
-No, no, no, no –gritó Justin cuando me vio bajar detrás de él.
Las risas de todos en la sala, se hicieron presentes, mientras eran testigos de una persecución. Justin y yo, teníamos muy claro que a la hora de pelear, éramos demasiado estúpidos e inmaduros.
-Te las doy, te las doy –gritó mientras rodeaba el sillón.
-Ya mismo, Bieber.
-No me persigas, no, _______, ya te las doy –gritó.
Las risas se hicieron más fuertes y sentí a Jazzy gritarle “corre, Justin”. Me frené en seco y observé a Justin seguir corriendo, con la sábana en la cabeza, me llevó por delante. Ahora sí, iba a matarlo.
-Mierda –murmuró en el suelo.
Y ahí fue cuando no aguante más la risa, le quité las sábanas de la mano y reí como una loca anormal.
-Pásame el cereal, ¿quieres? –preguntó un Justin con ojeras.
-¿Noche salvaje, Justino? –pregunté riendo.
-Si, pero no para mí –apoyó el codo sobre la mesada y su cara en su mano.
-¡Qué asco!
Estábamos solo nosotros dos en la cocina. Todos los viejos, o sea nuestros padres, habían salido a caminar, a “tomar aire fresco”, según todos ellos. Caitlin y Ryan, Christian y Payton, habían dormido juntos, ya se los resumí. Y Luke y Jazzy, se habían ido cada uno con sus padres.
-Dímelo a mí –murmuró y se sirvió leche-. Malditos asquerosos, podrían intimidar en otro lado, no en la misma habitación.
Reí. Aunque si eso me hubiera ocurrido a mí, los mataba.
-¿Y…?
-¿Y qué? –alzó los hombros.
-¿Te aseguraste de que usaran protección? –pregunté.
Alzó la mirada y comencé a reír. Pobre Justino, no estaba de humor ni para pelear conmigo.
-No es divertido.
-Está bien. Veo que estás con las defensas bajas, no voy a atacarte.
-Ya lo has hecho.
-Desde ahora, Justino.
Bufó y siguió con su desayuno. Lavé mi tazón y mi cuchara y me senté frente a él.
-¿Te quedaste en la habitación?
-Dime, ¿qué habrías hecho tú?
-Alejarme lo más rápido posible.
-Ahora, ¿qué crees que hice yo?
-No lo sé.
-Dormí en el pasillo.
Largué una risotada que debe haber despertado a todos allá arriba. Justin rodó los ojos y siguió desayunando mientras murmuraba un par de maldiciones…
-Va a ser así todas las vacaciones.
-Ni me lo digas –gruñó.
-Ya te lo dije –le sonreí.
-Dijiste que no ibas a atacarme, en serio no estoy como para defenderme, así que si molestas, voy a golpearte.
-Agresivo.
-Tu culpa.
-¿La mía? Pero por favor, Justino. Estás loco.
-Tú empiezas y luego te haces la víctima. Siempre has hecho eso, lo sabes. Desde niños que por tu culpa me pongo agresivo y me terminan regañando.
-Lo que sea.
-Es en serio. 
-Presiento que estas vacaciones van a ser las peores que he tenido.
-Por primera vez en toda mi vida, estoy de acuerdo contigo.
Una pequeña sonrisa dobló mis labios. Me sentía mal por él, debe de haber sido espantoso dormir en el pasillo, más cuando acababa de presenciar un acto sexual de sus amigos. Pero ¿qué digo? Que se la banque. Me reí por dentro.
Sus ojos se cerraban cada vez que dejaba la cuchara sobre el tazón. Me dio lastima, así que no me reí, pero cuando pasé por detrás de él, tenía que molestarlo un poco. Golpeé su nuca y pegué un alarido.
-Mierda, mierda –gritó.
Comencé a reírme como una loca. Frunció el ceño y me aventó un repasador. 
-No vuelvas a hacer eso.
-Disculpa, es que fue genial –seguí riendo.
Se dio la vuelta y terminó con su cereal. Subí las escaleras y sentí a Caitlin reír, luego Ryan habló. Mi mejor amiga seguía siendo “una gran bastarda inútil”, ¿por qué no quería contarme su relación con Ry?
(Punto de vista de Justin)
Lavé mi tazón y lo sequé para luego guardarlo. Si ______ no me hubiera pegado en la nuca, creo que me hubiera quedado dormido sobre el desayuno, y pum, cabeza dentro del tazón. Aunque no dejaba de ser una loca, le agradecía eso. Solo por dentro, porque nunca iba a agradecerle.

Unas Locas Vacaciones. (Justin y Tu) (ADAPTADA)Where stories live. Discover now