- Grandulón, ¿te volveré a ver? – sonreí como una pequeña

-  Claro, pequeña demonio, estaré también en University City, pero estudiare Finanzas y aparte estará otra persona, pero eso ya después lo veras – se acerco y me dio un beso en mi mejilla, aunque en verdad fue muy cerca de mis labios – cuídate.

Se alejo, hasta llegar a un hermoso Camaro rojo, donde otro hombre lo esperaba, mas no pude alcanzar a ver quién era.

-  Creo que el ambiente se puso caliente, eh – dijo Jessica mientras arrancaba el carro – no sabía que te gustara Sam

-  No me gusta – dije mientras un color carmesí adornaba mis mejillas – lo que si es que se ah puesto buenísimo

Y no es que antes fuera feo, más bien jamás pensé en el de esa forma, pero ahora verlo tan alto, fuerte, con ese cabello negro y ojos color miel, era como ver a otro Sam, ya no era ese niño que me molestaba, ni aquel con el cual jugaba luchas, había crecido y vaya que lo había hecho muy bien.

-  Pues si está muy guapo – se formo una sonrisa en los labios de Jessica

-   Vaya ¿y eso?- me sorprendía el comentario de mi amiga – pensé que…

-   Cállate Kate – y dio finalizada la conversación por el resto del viaje

A decir verdad no duro mucho el viaje. Unos 20 minutos a lo mucho y cuando al fin llegamos nos recibió un gran portón el cual escondía detrás la mejor de las universidades del país. Probablemente mi cara no reflejaba la suficiente emoción que por dentro sentía.

-  Sus identificaciones como estudiantes – nos pidió amablemente un anciano que supongo era el cuidador de la entrada

Entregamos nuestros dos gafetes y tras unos minutos donde nos registraba, entramos, difícil es describir como es el campus, lo único que se me viene a la mente es genial, asombroso.

Para comenzar era enorme el terreno que tenía el campus se podría decir que el lugar tenía una forma algo rectangular, donde estaba acomodadas las diferentes universidades que tenía el campus, definitivamente el carro no sería tan inútil después de todo, aunque tampoco es como si caminando no se pudiera llegar. Casi pasando ya todas las Facultades, se encontraba el dormitorio, por así llamarlo, porque parecía más un gran hotel, eran dos grandes edificios muy elegantes, donde supuse uno seria de mujeres y otro de hombre pues junto a nuestros horarios y libros venia la llave y edificio donde estaríamos el cual sería él A habitación número 21

Estacionamos el carro, algo lejos del edificio, mas era el único lugar disponible a la vista. Con un montón de cajas por cargar, no podrimos sin la ayuda de alguien

-  Deja de quejarte y empieza a llevar las cajas – decía mi compañera, mientras intentaba cargar unas cajas su maleta, sin tropezar y morir en el intento

-  Para tu carrusel – me interpuse entre ella y su camino – baja las cajas, tengo una idea – sonreí

Di media vuelta aun oyendo la voz de la pelinegra gritándome que volviera a ayudar y no huyera, vaya mujer de poca confianza, como puede ser capaz de pensar que la abandonare, simplemente iría a conseguir ayuda de algún universitario guapo.

(Brian):

- James ¿donde chingados estas? – estaba harto de este imbécil, lo único que le había pedido era que me trajera una estúpida maleta, lamentablemente ahí tenía mi horario, y en donde sería mi habitación

-   Tranquilo – que su voz sonara de lo más tranquila por el teléfono hizo que me enojara aun mas – digamos que tuve un pequeño inconveniente y voy algo atrasado, pero porque no vas y te encuentras una linda chica para pasar el rato, yo ya voy saliendo

-  Por favor ven lo más rápido… - colgó, maldito bastardo.

Bueno, probablemente hoy no tenga clases, pero que hare con todas las cosas y no sé hasta qué horas se le ocurra llegar a James, tal vez si debería buscar alguna chica con la que platicar.

Y como si Dios me hubiera escuchado, una pelirroja que estaba como quería, largo cabello de un muy bello pelirrojo, casi tan alta como yo y con unas curvas lo suficientemente perfectas como para llamar mi atención, sus tetas eran de un tamaño muy considerable y tenía un gran trasero, definitivamente llamo mi atención, su mirada no se posaba en alguien concreto era como si buscara algo o alguien, y me alegro cuando sus ojos grises se posaron en mi

-   Buscas algo preciosa – dije en un tono un poco alto, ya que la pelirroja se encontraba aun lejos de mi

-  Pues a decir verdad, creo que tú eras lo que buscaba – sonrió pícaramente

-  Estoy a tus órdenes – dije en un tono más bajo cuando me encontraba cerca de ella.

(Kate):

- Estoy a tus ordenes – su tono fue más bajo y su cercanía tremendamente incomoda, y no porque estuviera feo, vaya que esta buenísimo el tipo, pero simplemente lo necesitaba para un favor.

Di un paso hacia atrás, para poder observarlo mejor, cabello castaño claro, ojos azules un bronceado a decir verdad muy perfecto. Vaya que este hombre podría ser el sueño de cualquiera.

-  Te tomare la palabra – sonreí – necesito que me ayudes a subir unas cuantas cajas a mi habitación ¿Podrías?

-  Claro que podría, pero me tendrás que pagar de alguna forma – nuevamente se acerco más de lo que me gustaba

-  ¿Y de cuánto dinero hablamos? – pregunte algo inocente, perfectamente sabia que lo último que este hombre quería es dinero

-   No necesito tu dinero guapa, que tal si me pagas con una cita – estaba tan cerca de mí que sentía su aliento a menta

-   Trato hecho – dije mientras caminaba hacia donde se encontraban las maletas

Cuando llegamos a donde se encontraban todas las cosas que tendríamos que subir al cuarto, Jessica se encontraba adentro de su pequeño carro hablando por teléfono. Cuando me vio rápidamente bajo.

-   ¿Dónde estabas?, necesito tu maldita ayuda Kate, no puedo hacer todo yo sola – podía percibir como apretaba la mandíbula y ponía por instinto sus brazos en la cintura

-    Tranquila, mujer – dije riendo – he traído ayuda, el es… la verdad no se su nombre pero nos ayudara

Jessica voltio a ver al hombre que se encontraba justo a mi lado, aun en silencio, y siendo como siempre cordial Jessica, sonrió a pesar de lo enfadada que se encontraba

-  Mucho gusto  eh… - hizo un pausa.

-  Brian, Brian Price, el gusto es mío – tomo la mano que le ofrecía Jessica y además se acerco para depositar un beso en su mejilla

-   Jessica Foster – respondía mi amiga, mientras ponía un considerable espacio entre Brian y ella – y ella es Kate Evans, supongo que no se presento contigo.

-  Bueno, basta de charlas a subir cajas – dije en un pequeño grito

Todos tomamos al menos dos cajas y mientras Jessica se adelantaba para ya tener la puerta abierta de la habitación, Brian nuevamente se acerco a mí

-   Kate – dijo algo dudoso – tú crees que podríamos cambiar la cita, digo, no cambiarla simplemente modificarla, mira yo con Jessica y te puedo presentar a un amigo

Levante una ceja, para después soltar una carcajada.

-  Con mucho gusto – dije mientras aguantaba un poco la risa – es más que la cita solo sea tu y Jess, solo que tengo que advertirte algo.

No hubo respuesta solo una pequeña seña para que continuara

-  Digamos que no puedes tener oportunidad con Jessica – hice una pausa dramática – ella es… lesbiana

La expresión que tuvo Brian era para un fotografía sus grandes ojos azules estaban tan abiertos como podían y varias veces intento decir algo, pero fue inútil solo salían balbuceos de su boca.

TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora