Capitulo 1

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Karlie se abrió camino en el concurrido pasillo de la cede central de VMP, con la naturalidad que le daba la confiaza y la familiaridad.
Tampoco hacía daño que un simple vistazo a su expresión solemne bastara para dispersar al personal júnior en todas direcciones.

Había habido veces que algún becario, con prisas por apartarse de su camino, había chocado literalmente contra la pared. Su despacho estaba situado en la última planta del Edificio American Standard y la decoración respetaba el estilo del edificio original.

A Karlie le encantaba y normalmente entraba en la amplia estancia con ilusión, pero aquel día era diferente.
No le apetecía nada enfrentarse con otra diva del pop malcriada mientras todavía arrastraba el desfase horario de su último viaje a Europa de dos días atrás.

-¿Ha surgido algo importante mientras estaba en Londres?
Inquirió Karlie con brusquedad al pasar junto a Wanda Mayer, su ayudante.

-Llamó David Boyd. Dijo que tenía que hablar con usted urgentemente.

-El productor de Taylor Swift?

-Si. No parecía muy contento.

-¿De verdad? Bueno, será mejor que le devuelva la llamada. Dame dos minutos.

Karlie entró en su despacho. Encontró un ramo de rosas amarillas en el jarrón azul, sobre la mesita de café.
La madre de Karlie había empezado la tradición hacía años y Wanda la había continuado. Esta trabajó para la ayudante de la madre de Karlie, que la entrenó meticulosamente para sucederla.

Se detuvo ante la enorme mesa de despacho de roble estilo vintage. Recordaba perfectamente a su madre sentada tras aquella mesa: Severa y centrada sólo en obtener resultados, Tracy Kloss había sido una mujer en un mundo de hombres. Se había puesto al frente de la compañía en los setenta, a causa de la enfermedad de su marido.

Cuando Karlie había acabado de estudiar en el internado, empezó a trabajar con su madre, deseosa de complacerla y de aprender a convertirse en una mujer competente y ambiciosa.

Karlie se sentó ante el escritorio, sacó el ordenador portátil del maletín de piel y lo conectó al ordenador de sobremesa. Mientras esperaba a que le pasaran la llamada de David Boyd, actualizó los archivos en los que había trabajado durante su viaje a la sucursal de Londres.

-David Boyd por la línea uno, señora -Anunció Wanda por el intercomunicado.

-Gracias. -Karlie pulsó el botón correspondiente-. Al habla Karlie Kloss. ¿Qué pasa David? -ladró Karlie, asegurándose de sonar tan impaciente como se sentía.

-Siento molestarla, señorita Kloss, pero tenemos un pequeño problema -se disculpó David, que sonaba preocupado y estresado.

-¿Qué clase de problema? -preguntó Karlie, mientras abría el dosier de Taylor Swift. El rostro de la hermosísima cantante ocupó la pantalla del ordenador.

-Taylor está causando problemas. Se cerró en banda cuando nos reunimos para hablar de su segundo disco.
Ahora que lo pienso, ya se veía descontenta cuando grabamos su primer álbum en VMP. Te hace pensar cómo trataba a sus productores en los ocho primeros discos que hizo para las demás discografícas.

Karlie fue pasando unas cuantas fotos de la alta y atlética estrella del pop.
Tenía una voz que movía montañas y un atractivo sexual que encandilaba a estadios llenos.

Al parecer, Taylor Swift era una de esas niñas consentidas que encarnaban la nueva <<pandilla de mocosas>> del panorama musical.

-¿Qué ha hecho?

-Se marchó y nos dejó con la palabra en la boca. Nunca había hecho algo así antes y eso me preocupa. Por lo que sabemos, a lo mejor está consultando con un abogado y quiere arriesgarse a romper el contrato.

Kaylor - Obertura SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora