27 || LA MUJER DE LA CAPA ROJA || Parte I.

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Cuando pasé aquel letrero de advertencia y estuve por subir la colina, varios hombres con capa color oliva se cruzaron en mi camino obligándome a detener. Todos rodeando mi caballo sin dejarme alguna salida.

No podía ver sus rostros, pero sabía con exactitud quienes eran.

De entre ellos salió una mujer en un caballo blanco, cuando llegó a mí, bajó su capucha hasta sus hombros dejando a la luz sus grandes ojos color verdes.

—Detente—. Pronunció con autoridad. —No lo permitiré—. Lancé una mirada de desprecio. —Tendrás que pasar sobre mí primero—.

—Esta no es tu pelea, así que apártate—. Saqué mi espada apuntando en dirección a su pecho, enseguida todos los guardianes se pusieron en su defensa apuntándome también. —No me importa quien se atraviese en mi camino, pero llegaré a él—.

—Entonces deberás matarme primero—. Pronunció sin ningún temor. —La única...—. Gritó, haciendo pausa por un par de segundos. —Que va a arriesgar su vida esta noche por su salvación, soy yo. ¡Es mi deber! Si mi única opción es usar la fuerza contra ti, entonces créeme que no dudaré en hacerlo. Lo lamento, Ana—.

Con un movimiento con sus manos, apuntó hacia mi cuerpo empujándome hacia atrás, por su gran fuerza caí del caballo soltando mi espada. El dolor se apoderó de mí, imposibilitándome el ponerme de pie.

—¡Jack!—.

—Sí, heredera—.

—Llévatela—.

—¡Espera!—. Grité con mis últimas fuerzas. —No lo hagas—. Levanté mi mirada hacia ella. —No lo hagas... Elena—. Mis ojos con el paso del tiempo se fueron acumulando de lágrimas. —Tengo que ir, el tiempo corre, no puedo dejarlo solo...—. Se mantuvo en silencio. —Si estuvieras en mi lugar, sé que harías lo mismo. Darías todo por Walter y no lo dejarías morir de esa forma, no quiero que mi hijo viva sin un padre, así que por favor...—.

—¡No estás pensando con claridad, sabes que las cosas no son tan fáciles!—. Interrumpió mis palabras. —Allá arriba hay miles de Coins a tu espera, es lo que quieren, que tú misma vayas a salvarlos. ¿Qué no entiendes que es una trampa?—. Lanzó un leve suspiro intentando calmarse. —Lo mantendré a salvo así me cueste la última gota de mi alma, sin embargo, no te pondré a ti en peligro. ¡Eres una guardiana y en este momento no puedes cegarte, tienes que mantenerte fuerte y luchar o de no, él morirá!—. Miró a Jack, él se bajó de su caballo acercándose a mí.

—No puedes hacerme esto—. Me moví en el suelo intentando alejarme. —¡Elena!—. Sin embargo, el dolor no me permitía ponerme de pie y huir. —Morirá—.

—Lo lamento—. El susurró.

Me alzó entre sus hombros llevándome a su caballo, me forzaba entre sus brazos mientras mis lágrimas caían sobre mis mejillas, sentía una fuerte presión en mi pecho, hasta ver como poco a poco mis ojos se oscurecía, perdiéndome entre la oscuridad.


Tres días después.

—Entonces, lo que debemos de hacer es enviar tropas hacia las rutas uno y cinco, exactamente en estos puntos—. Jack Wellington rozó con sus dedos dos caminos marcados de color rojo. —Así podríamos distraerlos para poder tomar el camino central, que es la ruta tres y llegar a la entrada, no tenemos tiempo para luchar contra ellos, los segundos corren—.

—Podría ser una buena estrategia. Después de su desaparecimiento ha habido más Coins en esas dos zonas, debido a que son las rutas más accesibles—. Dijo otro de los guardianes.

Academia Valemont. El Amuleto De La Muerte [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora