Capítulo 1

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— Creo que al menos perder la memoria me ayudo a no extrañar tanto a mi familia, digo... — Aclaro mi garganta y prosigo. — De vez en cuando tengo pesadillas y despierto entre lágrimas, pero pude seguir con mi vida ¿Cree que eso esté mal?

El doctor Brauer se acomoda en su asiento y se quita sus anteojos.

— En lo absoluto, mereces vivir tu vida, tu familia lo querría así. ¿Sigues teniendo pesadillas con frecuencia?

Su absoluta atención está en mi respuesta, me recuesto en el sofá para no tener que verlo a la cara al responder.

— Sí. — Digo en un susurro.

— ¿Quieres hablarme sobre tus pesadillas?

— No. — Digo en un susurro casi inaudible.

— En cada sesión me dices que tienes pesadillas, pero no hablas sobre ellas ¿No te sientes lista para compartirlas?

— Es demasiado doloroso ¿Sabe? Hasta cuando pienso en esas pesadillas siento un nudo en el estómago, además no recuerdo todos mis sueños, a veces solo sé que tuve pesadillas porque me despierto sintiéndome triste.

— Puedes contarme el que más recuerdes.

— Hay uno en particular que sueño con mucha frecuencia, veo a un policía apuntando a mi madre con un arma, cuando grito al ver a mi padre en el suelo él le dispara, yo corro por un largo pasillo hasta llegar a una puerta entre abierta, cuando estoy dentro de la habitación un hombre con un pasamontañas comienza a apuñalarme, intento detenerlo, pero es inútil, despierto justo en el instante en que se detiene y está a punto de quitarse el pasamontañas, nunca puedo ver su rostro, ni el del policía.

— Quizás viste los rostros de esas personas, tu subconsciente está intentando recordarlos, pero aún no ha podido hacerlo.

— Desearía poder recordarlos, así tal vez podría ayudar a la policía a resolver el caso.

— Estoy muy seguro de que podrán resolverlo aun si no recuerdas lo que paso, hablando de eso ¿Has recordado algo?

— Solo esa imagen en mi mente del beso bajo la lluvia y... — Hago una pausa antes de continuar — El rostro de un hombre, pero no sé quién es. Intento recordar algo más, cualquier cosa, pero es imposible, solo sé que siento escalofríos cuando pienso en él.

Limpio las lágrimas de mis ojos y suspiro, no me di cuenta en qué momento comencé a llorar.

— ¿No recuerdas algún nombre? ¿Algún lugar?

De repente vino a mí la imagen de un bosque y mi cabeza comenzó a doler, el bosque se ilumina con la luz de la luna y al fondo veo una silueta.

— ¿Emily? ¿Estas bien? — Pregunta al notar que mi mirada está como perdida.

— Si. — Sonrío. — Después de casi dos años recordé algo más.

— ¿Qué lograste recordar? — Me observa expectante.

— Un bosque, sé que estuve en ese bosque.

— ¿Cuál bosque?

— No lo sé, pero estaba oscuro y al final vi una silueta.

— Bueno, creo que has progresado desde tu primera visita. Tal vez tu subconsciente está intentando recordar a alguien importante en tu vida.

— Si, eso creo. — Me encojo de hombros.

— Utiliza lo que has recordado como punto de enfoque e intenta recordar algo más sobre eso, pero no te esfuerces mucho, los recuerdos brotan por si solos, si te presionas nunca surgirán.

Nada es lo que parece (2/2) ✓ (Confía O Muere 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora