Capítulo 6

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Una situación embarazosa

- ¿¡QUÉ!?- chillé tras recuperarme del ataque cardíaco-. ¡Será una broma!

- ¿Tengo yo cara de ser bromista?- inquirió Pain cruzándose de brazos. Cada vez que hacía ese gesto, me intimidaba más. 

Hice rechinar los dientes antes de mirar a Itachi para ver qué cara se le había quedado. ¡Se limitó a mirarme sin expresar nada!

- ¿Pero a ti no te afecta nada o qué?- gemí, de los nervios.

- Ve a cambiarte- repuso él, dándole la espalda a la puerta 5. Yo fruncí el ceño y fui cantando el estribillo de Poker Face mientras entraba en la habitación.

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Itachi


Mientras Akira canturreaba la canción y se metía en mi habitación (ahora nuestra habitación) yo la miré. Emití un suave quejido al entender que esa canción iba por mí.

- ¡Ja! ¡La chiquilla tiene carácter!- se rio Hidan. Tan fiestero como siempre-. Ah, Itachi: espero que no me despierten vuestros gemidos y jadeos esta noche porque pienso sacar la videocámara.

- ¡¡¡TE HE OÍDO, PEDAZO DE MALPENSADO!!!- chilló Akira dentro de la habitación. Un segundo después salió, con la ropa de la organización ya puesta-. ¡Ya te tengo fichado, Hidan, no creas que no me pienso vengar!

- ¿Ah, sí? 

- ¡Sí! ¡Me da lo mismo que hayas masacrado a toda tu familia como ofrenda a Jashin, porque pienso partirte esa cara de bribón que tienes!

- Relájate un poco, que se te va a estallar la vena de la frente- dijo Hidan sin inmutarse dándole un toque fuerte en el centro de la frente. Ella respondió agarrándole de la garganta con una mano y levantándolo del suelo, apretándole. 

- Eh, no quiero peleas aquí dentro- dijo Pain antes de marcharse. 

- ¿Quién ha dicho nada de peleas?- sonrió Hidan. Akira ladeó la cabeza sin comprender-. Por algo te llaman la Bailaora del Infierno, ¿no? Aparte de breakdance... ¿qué más sabes?

- Breakdance, hip-hop, limbo, flamenco y claqué. 

- Demuéstrame lo que sabes de hip-hop. 

Ella enseñó los dientes antes de ir a zancadas a la habitación, dejar la capa sobre el futón y volver a salir con una maléfica sonrisa sobre sus rojos labios. 

- Vamos fuera- dijo, y apenas terminó de hablar se puso a hacer la rueda con una curvatura impresionante. Hidan me dio dos codazos en el pecho y yo le hundí mi puño en el estómago.

- A mí déjame tranquilo- le dije antes de ir fuera tras Kisame y Sasori. Hidan recuperó aire y fue detrás de mí, listo para su "altercado" con Akira. 

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Akira


- Para el hip-hop se necesita música- dijo Hidan, preparado a tres metros frente a mí (o sobre el cielo XD). 

- Un segundo- dije, metiéndome en el bosque. Con un par de palos, volví al camino e hice el gesto de silencio con el dedo sobre los labios. Golpeé tres veces los dos palos, y cuando la respuesta llegó fue un inconfundible pájaro carpintero. Volví a dar tres golpes, esta vez con más ritmo, y respondió una cigarra. Seguí así, cambiando de sonido y de ritmo, hasta que tuvimos una orquesta salvaje y maravillosa a ambos lados. Era un estupendo ritmo de hip-hop, y empecé yo. 

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- ¿¡Cómo demonios no puedes estar en el suelo!?- jadeó Hidan quince minutos después. Había caído al suelo, agotado, mientras yo seguía moviéndome como una serpiente alocada.

- Porque yo empecé a bailar cuando tenía tres años. Desde entonces he descubierto lo mucho que me gusta y no he parado- expliqué mientras hacía el pino puente.

- Pues ya lo sé para la próxima: ¡nunca enfrentarme en un combate contigo!- resopló, dejándose caer de espaldas sobre el camino. Solo entonces paré, respiré hondo un par de veces y me acerqué a él.

- Sería vergonzoso perder contra una chica tan joven, ¿no?

- Oye, que tan joven no eres. Si hace cuatro años que cometiste el asesinato de tus padres ahora deberías tener veinte y pocos años.

Me quedé en silencio, desvié la vista a la izquierda y suspiré. Extendí mi brazo para ayudarle a levantarse y me arreglé la capa. 

- Si alguien no sabe algo, es mejor callarse- comenté, entrando de nuevo en el edificio y con la cabeza gacha. Por culpa de mi mente en las nubes, me choqué contra alguien y de inmediato alcé la cabeza-. Lo sien... ¡Una mujer!

- Eh...- rio ella. Tenía un precioso pelo azul corto y una rosa blanca en él. En la barbilla tenía un piercing parecido a los de Pain, y era realmente hermosa-. Sí, soy una mujer. Debes de ser Akira, ¿me equivoco?

- Todos aquí me tienen fichada y yo no conozco a nadie- protesté con una sonrisilla nerviosa.

- Deja que me presente entonces: me llamo Konan.

- Encantada. 

Nos estrechamos la mano y ella siguió andando por el pasillo. Yo la miré y enseguida aparté la vista cuando la vi besarse con Pain. Continué entrando en el edificio y toqué a la puerta de Deidara, abriendo los ojos como platos al ver que le sentaba de miedo la ropa. Se había hecho un media cola alta y se había arreglado la riñonera en la que llevaba la arcilla sobre la capa. 

- Parece que esta ropa nos queda mejor de lo que pensaba- sonrió él. 

- Ya. Yo parezco un poco atrevida por como me queda la camiseta y el pantalón- gemí. Nunca me había gustado nada ir vestida demasiado coqueta. A pesar de que aún no había dado mi primer beso, yo no tenía mucha confianza en los hombres. Deidara era una excepción: nos conocíamos desde niños y éramos los mejores amigos. Además de que éramos muy parecidos en gustos. 

- Bueno, ya va siendo hora de cenar- dijo Pain con un brazo sobre los hombros de Konan-. Pedí comida china antes y está todo sobre la mesa. Como no sabía qué te gustaba a ti te pedí arroz de la casa y un rollito de primavera, Akira.

- Me das miedo... ¡Esos dos son mis platos chinos favoritos!- reí nerviosa. 

- ¡Pues a comer!- ladró Hidan, corriendo a la cocina. Y de tan rápido que fue... ¡cuando fue a sentarse se resbaló en la silla y se cayó al otro lado! Me entró un ataque de risa y se me lloraron los ojos, y aún mientras comíamos me seguía riendo.

Una Akatsuki nueva en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora