Nuevos Poderes

Untitled Part 1

Le había tomado meses encontrarlos a todos, pero ahora que sabía dónde estaba cada uno ninguna cantidad de hackeo iba a ayudarla en el siguiente pas. Bueno, quizás eso era una exageración. Aun tenía que encontrarse con una situación en la que una buena cantidad de hackeo no ayudara para nada, Todo había empezado años atrás, después de haber escapado.No recordaba mucho de su vida antes de ser capturada, pero sabía por qué estaba ahí. Sus captores se habían asegurado de hacerle saber eso.Estaban reclutando individuos dotados y a aquellos con el potencial de desarrollar poderes con el incentivo necesario para crear un ejército personal con el que poder destruir el mundo como era conocido y reconstruirlo como mejor les pareciera.Ella había sido la primera en ser capturada después de haber torcido las cosas a su favor demasiadas veces y que su extraña habilidad con las computadoras llamara la atención de los que estaban al cargo de aquel proyecto.De haber sabido que alguien estaba observándola hubiera podido evitar ser capturada, pero es difícil defenderse de algo cuya existencia se desconoce. Así que cuando al volver aquella noche de a su casa después de salir en busca de nuevas piezas para la computadora que estaba construyendo sintió un golpe contra su cabeza al cerrar la puerta, no había nada que podría haber hecho para cambiar lo ocurrido.Todo lo que conoció durante los siguientes años fue la misma habitación en la que había despertado horas después con un impresionante dolor de cabeza y un brazalete en torno a su muñeca que desde el que empezó a recibir órdenes en cuanto recuperó la conciencia.

"Bienvenida a Fuerte Kedon, prisionera 001."

La chica estaba de pie en medio de la habitación, observándola con atención en medio de su confusión. Quizás si encontraba una cámara podría hacerla trabajar para ella y podría escapar de esa manera. O quizás podría hacer que alguien abriera las puertas.

"Oh, adelante, tome su tiempo buscando rutas de escape. Déjenos saber si se nos ha olvidado algo para mantenerla ahí dentro."

"¿Qué es esto? ¿Qué quieren conmigo?" inquirió la chica a la nada.

"Ha sido reclutada para el mejoramiento de la humanidad. Sus dones nos ayudarán a reconstruir el mundo, a cambiarlo para bien."

"¿Quieren cambiar el mundo secuestrando personas?"

"Sacrificios necesarios. Y francamente, prisionera 001, sus dones son algo que hemos querido adquirir desde la primera vez que pusimos nuestros ojos en usted. Fascinante. Poder manipular las posibilidades y la tecnología con sólo pensarlo. ¿Cuál es la posibilidad de que todos los gobiernos del mundo nos deleguen su poder? La que usted quiera. Y ahora es la que nosotros queramos."

La muchacha estaba estudiando el brazalete del que salía la voz femenina que estaba embarcada en su "explicación". Quizás podría usarlo para salir de ese lugar.

"No se moleste. La habitación entera está hecha del mismo metal que su brazalete." dijo la voz con un toque de gracia. "Verá. Hemos estado observándola por meses. Estudiándola sin que se diera cuenta, haciendo pequeños experimentos hasta descubrir un aislante para sus poderes. Sí, estábamos ansiosos por tenerla con nosotros, pero no podíamos arriesgarnos a poner la operación entera en peligro si escapaba. Sin saberlo ha sido de gran ayuda, prisionera 001. El aislante no sólo funciona con usted, sino que con todos los demás dotados y es gracias a usted que hoy podemos usarlo. Es sólo adecuado que sea usted la primera en unírsenos, ¿no cree?"

Durante los siguientes años había pasado encerrada en aquella habitación, creyendo que cada nuevo día sería el día en el que finalmente perdería la mente. Las únicas veces en las que veía otras personas era cuando empleados de aquel lugar entraban para darle nuevas piezas para lo que le hubiera sido ordenado construir en el momento.

Al principio se había negado a colaborar con quien fuera que estaba a cargo de Fuerte Kedon, incluso después de haber pasado días sin comida o agua, o después de la tortura de las ondas sonoras que habían hecho sangrar sus oídos.

Obviamente aquellas personas no querían matarla, les era demasiado valiosa como para matarla, y estaba usando eso a su favor.

No había sido nada que habían hecho a ella lo que le había hecho ceder al final.

Un día dos guardias habían entrado arrastrando a una pequeña chica con ellos.

No podía tener más que quince años, quizás menos. Su cabello rizado enmarañado le caía sobre el rostro, pero no ocultaba del todo la mordaza que le cubría la boca, o al menos algo parecido a una mordaza.

Era más bien algo entre un bozal y una mordaza que empezaba por piezas de metal que estaban montadas en sus orejas y descendían hasta sus labios, desapareciendo en el interior de su boca. Por la forma en que el cuello de la chica estaba moviéndose, estaba claro que estaba quejándose de forma contundente, pero de alguna manera aquel objeto estaba absorbiendo todo sonido que ella intentaba hacer.

Al bajar la mirada al suelo para evitar tener que ver aquello, su mirada cayó sobre los tobillos de la otra, haciéndole notar los anillos de metal que los rodeaban.

"Prisionera 001, esta es prisionera 024. Sus habilidades son grito sónico y volar. Ninguna de las cuales de imprescindible. Quizás podríamos encontrarle un uso en el futuro, pero usted es más valiosa."

Aquella era la voz salida del brazalete hablando de nuevo.

"Ya que se ha negado a colaborar con nosotros, hemos decidido hablar con usted en una lengua que quizás comprenda mejor."

Al escuchar aquello uno de los guardias apuntó su arma directamente a la cabeza de la chica, que estaba mirándole con odio, haciéndole pensar que si hubiera podido escupirle en la cara lo hubiera hecho repetidas veces.

 "A menos que a partir de ahora siga todas las instrucciones que le sean dadas, la muerte de la prisionera 024 estará en su conciencia."

Nunca antes había visto a aquella muchacha, pero había algo bajo aquellos ojos furiosos y la expresión salvaje que le hacía querer protegerla aunque no pudiera sacarla de ahí o devolverle la voz; por lo menos podría mantenerla con vida.

"Lo haré."