C A P Í T U L O: 07.

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— Gracias por el almuerzo y el heraldo. — Crystal deja un beso en su mejilla y baja del auto junto conmigo.

Me acerco al lado del conductor y Luxs baja la ventanilla, me sonríe y asiente.

— Gracias.

— No ha sido nada — mira como Crystal corre hacia la puerta y toca el timbre, segundos después aparece Rose y saluda hacia nuestra dirección con la mano —, bueno debería irme, piénsalo y ya tienes mi número. — me guiña el ojo y se despide.

— ¿Desde cuándo eres amiga de Luxs Campbell? — pregunta Rose una vez que estoy dentro de la casa.

Me encojo de hombros ante su pregunta y me siento en el sillón de la sala. La casa de Rose es hermosa y acogedora, lo suficiente para Eliot y ella, además de tener un cuarto de invitados que siempre utilizamos con Crystal.

— No lo sé — acepto el vaso de limonada recién preparada —, es muy extrovertida y para nada egocéntrica, como creía que eran los de su clase. Ha venido a mi trabajo para ofrecerme que sea su nueva modelo.

— Eso es genial. Tienes que aceptar.

— No lo sé — miro hacia mi hija que está concentrada dibujando —, quiero lo mejor para Crystal, pero no quiero estar tan alejada de ella. Parece que nunca nos vemos entre mi trabajo y la Universidad.

— Entiendo. — me mira con algo de pena, algo que odio que las personas hagan — Pero sabes que me tienes a mí, siempre.

— Lo sé — miro la hora en mi teléfono y me doy cuenta lo tarde que es para ir a mi primera clase —, debo irme o llegaré tarde.

— ¿A qué hora vienes por Crystal? — me pregunta cuando me acerco a mi hija para dejarle un beso en la cabeza.

— Vendrá Danny por ella a la tarde.

Me despido y salgo de la casa de Rose, para mi suerte la Universidad quedaba más o menos a quince minutos caminando.

...

— Entonces nos veremos el viernes para comenzar el trabajo. — recuerda Andy, mi compañero de redacción.

— Si — le sonrío mientras ambos salimos de la Universidad, había faltado nuestro último profesor lo que significa que salíamos antes —, podremos hacerlo en mi casa.

— Me parece perfecto — para el andar y mira por enfrente de mi hombro —, ehh debo irme. — susurra apresurado y apenado — Mándale besos a tu hermosa niña, cuídate.

Se despide dejando un beso en mi mejilla y es ahí cuando me giro y encuentro a Kade a pocos metros de mí y algo enfadado.

— Hola. — le saludo con la mano y me acerco hacia él.

Está tan guapo como siempre, cabello desaliñado y un perfecto traje de color azul a combinación con sus ojos, sin corbata y los primeros botones de su camisa blanca están desprendidos.

— ¿Me dirás solamente "Hola"? — responde molesto juntando sus cejas.

— Lo más normal es saludar.

— Te he estado marcando — señala mi bolso —, no has respondido ni una puta vez y te encuentro aquí con ese tipejo.

Señala el camino por donde Andy salió prácticamente corriendo.

— Primero, no he respondido porque estoy en clases — meto la mano en mi bolso y saco el móvil moviéndolo en su cara — y está apagado. Segundo, ese "tipejo" es Andy. Y tercero... ¿quién te crees que eres para aparecer aquí y dar una escena?

Me mira unos instantes y su rostro se suaviza, aplaudo mentalmente por haber ganado la discusión ésta vez.

— Tienes razón — acomoda su chaqueta —, pero ahora vamos.

Veo como camina hacia la puerta del acompañante de su flamante Mercedes, abre la puerta y hace señales para que suba.

Es imposible comenzar otra discusión, porque sé que me obligaría a subirme de igual manera.

El interior del auto es tan moderno como pensé y el aroma refrescante a la masculina loción de Kade te invade desde que entras en el auto.

— ¿Cómo sabes que estudio allí? — pregunto rompiendo el armonioso silencio una vez que el auto se puso en marcha.

— Se muchas cosas sobre ti — coloca su mano en mi pierna haciendo que el aire abandone mis pulmones —, más de las que crees.

Da un apretón un pequeño apretón y retira su mano para seguir conduciendo.

Me quedo callada y el ambiente parece tan pesado que comienzo a tener calor.

— ¿Puedo bajar la ventanilla? — susurro con timidez.

Ese hombre podía arrasar con todas mis fuerzas, dejándome sin palabras.

— El aire afuera es muy pesado — me mira cuando para en un semáforo —, ¿Quieres que ponga el aire?

Asiento y susurro un "gracias" cuando siento el frío aire golpear mi rostro.

— ¿Un café o una cena? — pregunta segundos después.

— ¿Qué?

— Lo que has escuchado, teníamos un café pendiente, pero si quieres podemos ir a cenar, conozco un lugar estupendo.

— Oh es que no estoy vestida para una cena. — miro mi atuendo; jeans oscuros, camisa celeste dentro del jeans y zapatos negros.


— Estas hermosa — sonríe haciendo que mi rostro se ruborice —, hasta parece que vamos combinados

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— Estas hermosa — sonríe haciendo que mi rostro se ruborice —, hasta parece que vamos combinados. Además no vamos a nada formal.

— Entonces acepto.

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Multimedia: Luxs Campbell.

Ella, Mi Dama De Compañía. |Pausada|Where stories live. Discover now