Ventanas rotas a mi alrededor,
puertas que se abren a un abismo sin color.
Tus ojos que me miran exigiendo una respuesta.
Cartas escritas destilan sus letras,
y al filo de cada una de ellas bailo un vals eterno, despiadado.
Quiero detener los pasos que me llevan a la muerte,
pero aferrada como cuchillo se clava la culpa en mi pecho.
He decidido seguir el compás de las últimas horas que mi corazón late, ardiente, feroz, mortal.
Camino sintiendo el calor que pronto dejará paso al frío hielo de una mala decisión.
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Poesías del alma
RomanceDe esas poesías que escribimos de vez en cuando, y que he decidido compartir