Esta es la historia donde los cuentos de hadas se vuelven realidad y una verdad oculta en ellas está. De cómo una chica común se volvió la protagonista de su propio cuento y como encontró el amor en alguien que se creía irreal.
Pero antes de un fina...
Algo extraño que recuerdo es a un chico frente de mí, el cual me durmió y no supe más hasta ahora que voy despertando. Abrí los ojos poco a poco, al abrirlos por completo mire el lugar en el que estaba, era como una pequeña cabaña únicamente con la cama y una mesa de madera a un lado, me levante para ver el lugar y sentí algo raro en mí.
Me mire en un espejo de cuerpo completo y mire una pijama como vestido color blanco, me miraba bastante rara así que me cambie con tan solo pensar en un atuendo más decente... creo yo...
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Salí de la cabaña, alrededor había árboles y plantas por todas partes, recordé al chico misterioso y recordé que me había secuestrado o algo por el estilo, escuche pasos acercándose así que me subí a uno de los árboles esperando a que un grupo de 3 chicos se acercaron.
- ¿Dónde está?- dijo uno de ellos.
- Escapó, debemos decirle a Pan-
- ¡No! Si le decimos nos regañara por no haber cuidado de ella, le diremos que aún sigue dormida o algo. No debe de estar muy lejos del campamento, vamos...-
Al irse aquellos chicos baje sin cuidado, pise mal y caí de una altura bastante mala y caí torciéndome el tobillo, me quejé del dolor pero pude levantarme y correr. No fue mucho lo que llevaba y comencé a escuchar pasos detrás de mí, no era de varios sino que solo era una persona la que venia persiguiéndome...
Un poco más adelante deje de escuchar los pasos, me detuve un momento a tomar aire y después seguí pero fue un error... cuando di el paso una soga me sujeto del pie y quede colgada, lo peor es que me había tomado del tobillo malo.
Ahora estaba colgada haciendo gestos de dolor, suspire pesadamente y pude distinguir una silueta, era aquel chico...
- ¿Querías escapar?-
- Tú que crees...- dije sarcástica.
- No vas a escapar tan fácilmente, toda la isla tiene trampas. Tuviste suerte, si estuvieras en la otra parte de la isla de seguro ya estarías muerta-
- Bájame de aquí-
- No- dijo burlón-
- ¡Bájame o perderé mi pie!- dije en voz alta.
- Eso te pasa por escapar- sonrió
- Prometo que volveré a donde sea que haya estado-
- Estarás aquí quieras o no, aquí yo mando ¿okey?- dijo
- ¿Y quién te crees tú para darme ordenes?- me cruce de brazos.
- Soy Peter Pan, dueño de Nunca Jamás-
- ¿Dueño? Hahaha sigue soñando cariño- reí
- Escúchame bien ________, no llegues a faltarme al respeto o te irá muy mal- me miró molesto.
- A mí nadie me da ordenes y menos personas como tú-
- Bien, entonces te quedaras ahí colgada todo el día- dijo y comenzó a irse.
Lo miré irse, cuando se fue intente zafarme y nuevamente fue mala idea, la soga aún sin tocarla se rompió y caí.
- ¡Au! Aghhh diablos- me queje.
Intente levantarme pero no sentía mi pierna, me quede en el suelo acostada y pequeñas lagrimas salían por el dolor en mi tobillo y pierna. Cerré los ojos un rato y escuche pasos de nuevo...
- Te ves muy mal- dijo aquella voz que... me hartaba.
- ¿Tú crees?-
- ¿Necesitas ayuda?- preguntó muy normal
- ¿Estás siendo amable conmigo?- lo miré parado detrás de mí.
- No quiero ser grosero, ven dame la mano- extendió su mano. Dude un poco en tomarla- vamos no te haré nada-
Al final tomé su mano y me ayudo a levantarme, me tomo de la cintura y me ayuda a caminar hacia no se donde...
- Gracias- dije
- No tienes por que darlas- dijo
- Por cierto, ¿Cómo sabes mi nombre?- pregunté
- Sé todo de ti, eres hija de la reina malvada, desde que se pelearon y te olvido después de años... te volviste malvada-
- No soy malvada- susurré
- ¿En serio?- elevó una ceja.
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