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- No estes triste mi niña, yo te prometo que hoy si te vas a divertir.

- Siempre es igual nana, no entiendo porque me odia tanto, que le hice?

- Nada niña tu no le has hecho nada, es ella la que está mal, pero hoy te vestiras hermosa y vas a disfrutar de tu cumpleaños sin pensar en nada, si?

- Y si se dan cuenta que Soy la criada de los Obregón?

-No lo van a descubrir, tu mamá te obliga a disfrazarte con esos trapos y gafas horrendos que nadie te reconoce.

-Esta bien, hoy voy a disfrutar, ya que nunca más tendré una oportunidad asi.

Dos horas después que nana Calixta me ayudara a prepararme salí de la mansión, nunca había estado en una fiesta, ya que las que hacían en la mansión yo no podía asistir, pero hoy no voy a pensar en nada triste, hoy cumplo 20 años y estoy en una fiesta de intrusa para no estar sola encerrada en mi cuarto como todos los años.

Varios lord se me han acercado a pedirme un lugar en mi cartilla de baile, al presentarme como hija del Marqués Rodolfo Sixto de Obregón, adopte el nombre de mi hermanastra Griselda, la estaba pasando muy bien, las personas me trataban con respeto, y por primera vez desde que mi padre murió me sentí una verdadera Lady, y no una criada.
Mientras la noche avanzaba, note que me miraban con intensidad, me sentía incómoda no sabía si me habían reconocido o que pasaba.
Trataba de buscar a quien le pertenecía esa mirada pero no encontraba a su dueño o dueña.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien estaba a mi lado.

-Hola mi Lady, me permitiría esta pieza?

Era el hombre más guapo que hubiese visto en mi vida, quede muda al ver semejante espécimen.

-S....si por su... Supuesto- me puse roja enseguida estaba quedando como tonta frente a él. El me regaló una sonrisa seductora y nos dirigimos a la pista, después de un rato bailando el se presentó.

-Mi Lady le ofrezco una disculpa, por mi falta de educación- quede en silencio no sabía a qué se refería- Yo soy James Hidalgo Montero Duque de Debonshire, es un placer conocerla Lady...

Quede muda, estaba bailando con un Duque, pero no cualquiera sino el mas libertino de todos, pero era tan hermoso y se estaba fijando en mi, pero ahi me di cuenta que no podría presrntarme frente a el como Griselda y mucho menos como Samanta, asi que toco improvisar.

-es un placer su gracia, yo soy Lady Sam y debo retirarme. Con su permiso- haciendo una reverencia intente escabullirme, pero el me sujeto.

-Lady Sam? No va a desirme sus apellidos mi Lady? Quiero conocerla más a fondo.

LE PERTENEZCO -(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora