Prólogo

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Estaba un misterioso hombre en un bar abandonado, tan solo que daba miedo, pero por obligación, debía asistir .
Vió una figura femenina entrar por la puerta, caminando con estilo, llevando sus caderas lado a lado y taconeando como si de un desfile de modas se tratara.
Se acercó a él y lanzó una bolsa mediana en el mostrador, de ella sobresalían sobres.

-Vale, entonces, llevaremos estas cartas a cada joven, esperando a que asistan a un "campamento" desconocido que está oculto en medio de la nada, ¿es así?- preguntó la mujer de forma incrédula.

- Ay, como me desesperas- susurró el hombre- ¡Por supuesto que irán!, no hay duda de eso. Ahora, en marcha, hay que entregar todas estas cartas.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Querida, sabes muy bien quien soy, no tengo ni la menor idea de por qué a estas alturas me preguntas tal estupidéz. Veo todo, pasado, futuro, presente, absolutamente todo, nada se me escapa, si te digo que irán, es porque así será.- Concluyó el hombre mientras encendía un cigarro y lo metía en su boca.

La mujer solo hizo una mueca y fastidiada le dijo:

-Entonces deberíamos irnos ya, este lugar apesta.

Los dos se tomaron de las manos y salieron del bar, dispuestos a cumplir su misión.

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¡Holaa! Gracias por leer y de verdad espero que les guste esta historia.

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~vp~.

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