Salomé

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Salomé corría sin mirar hacía atrás, aquélla cosa que la perseguía no iba a rendirse tan fácilmente, quien sabe cuantas semanas habrá pasado sin cobrar una víctima.

Las lágrimas de Salomé no tardaron en salir en cuanto pensó en su familia, en su novio y en su futuro, se preguntaba si ella muriese ahora mismo la encontrarían, en un bosque inmenso. Salomé se sentía traicionado y quería venganza... si sobrevivía.

Su novio la había engañado y la había traído hasta este lejano bosque, se fue con la escusa de volver, pero pasaron los minutos, las horas.. y el novio de Salomé no regresaba.

Y seguía llorando, por su futuro, el cuál quizás no exista. Lloraba y lloraba, todavía mas cuando escuchaba que esa cosa gruñía, con ese gruñido describía que iba a asesinarla de una manera lenta y dolorosa.

Y en un momento rápido, Salomé tropezó, rápidamente la cosa peluda subió encima de ella para mirarla a los ojos.

Esos ojos, que extrañamente reconocía, esos ojos que había amado, esos ojos que gritaban su nombre.

-Perdón, Salomé. -Soltó la criatura-.

Para luego acabar con su vida.

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