Mis Hombres Favoritos [Eternos #1] [EDITANDO]

Capítulo Uno (Editado)

Llegada

29 de agosto de 2011.

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AVA

Suspiro una vez más mirando por la ventana cómo los árboles pasan ante mis ojos, mientras el auto se adentra en el conjunto residencial en el que viviremos de ahora en adelante, dejando atrás nuestro antiguo hogar en Bristol.

Noto que el auto se detiene poco a poco hasta parar, así que miro hacia adelante entre mis padres y veo la gran reja negra de gruesos barrotes abriéndose luego de que papá tecleea la clave en la pequeña pantalla a un costado.

-¿Por qué tanto rollo para entrar? -pregunto, distraída con la caseta de donde sale un hombre uniformado. Mamá se gira en el asiento del copiloto y me da una sonrisa dulce.

-Es por seguridad, cariño, es bueno que estemos protegidos -dice ella, como si le estuviese explicando a un niño pequeño.

Suelto un suspiro tembloroso y estudio las cámaras de seguridad a cada lado del camino y el alambre de púas coronando el imponente portón. Todo esto es tan diferente. Vuelvo mi atención hacia mis padres.

-En casa me sentía protegida -replico, observando al hombre que sigue hablando con papá. Tiene un gracioso bigote negro y lleva uno de esos típicos uniformes de guardias de seguridad.

-Bueno, ahora estamos mejor protegidos. Sabes que es necesario todo esto, ya te acostumbrarás, Ava -asegura mamá con su típica suavidad. Sonríe emocionada antes de voltearse hacia adelante, justo cuando el guardia le da un apretón de manos a papá. El auto vuelve a moverse.

Hago una mueca nerviosa, mis dedos jugando con los hilos sueltos de mi short de mezclilla. No dejo de pensar en cómo sería vivir en una ciudad nueva, un nuevo instituto, nueva casa, nuevas personas. Ni siquiera sé cómo es la casa en la que viviremos; mis padres la eligieron y me mostraron unas pocas fotos de la fachada, y de lo que pude ver, me di cuenta de que es más grande que la anterior. Más grande, más lujosa y más asegurada. Otro motivo para sentirme nerviosa, un nuevo vecindario en el que no sé si las personas serán viejos de sociedad superficiales y falsos, a juzgar por el ambiente de dinero.

Pero, por otra parte, sé que es necesario tener toda esta seguridad. El trabajo de papá como un empresario exitoso y la revista de mamá, los hacen personas reconocidas, y como toda figura social con dinero, son blancos de delincuentes que creen poder conseguir algo de eso de manera deshonesta y fácil. No quiero volver a pasar por una experiencia tan horrible como la de hace un tiempo. Fui secuestrada y luego el tipo pidió rescate. Claro, el hombre era un idiota inexperto no mucho mayor que yo, para mi suerte, y los policías dieron con él enseguida sin necesidad de negociar. Sin embargo, no fue un paseo de dos horas muy bonito.

Con eso llegó la preocupación de mis padres sobre nuestra seguridad, más que todo por la mía. Empezaron a buscar un lugar seguro para vivir. Yo creía que nos quedaríamos en Bristol, pero me equivoqué. Nos mudamos a cuatro horas de nuestro hogar y a un lugar mucho más seguro y con vigilancia por todos lados, todo el día.

No me doy cuenta de que el auto ya no se mueve hasta que mi madre da pequeños golpes con su mano en mi rodilla. La miro, su sonrisa entusiasmada causándome otro pinchazo de miedo.

-Ya estamos aquí, cariño, vamos. -Abre la puerta y baja del auto.

Suspiro una vez más y bajo del auto. La lujosa estructura frente a mí es intimidante y para nada parecida a algo en lo que hayamos vivido antes. Es hermosa, con un amplio jardín delantero, escaleras de piedra desde la acera hasta las puertas dobles de la entrada, lindas flores rojas a los costados del camino muy bien cuidadas. La casa es de tonos marrones, crema y algunos toques de rojo, con ventanales y de dos pisos.