Cap. 1 "Pasaje en el hielo".

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El chico de tez blanca volvió a escuchar aquellas voces esa misma noche en la que su familia dormía plácidamente en sus respectivas habitaciones.

Hákon, las voces decían una y otra vez, produciendo en él un leve escalofrío. Sentía que aguardaban su llegada.

-¡Maldito insomnio! -decía cuando no podía conciliar el sueño por culpa de las susodichas.

Esperó unos minutos más, mientras observaba el techo de su cálida habitación hasta que por fin cayó en un sueño profundo.

Cuando despertó se dio cuenta de que no estaba en su habitación, sino en el frío suelo del exterior cubierto con una manta de nieve y hielo... pero no en Húsavik.

-¿Cómo demonios llegué aquí? -dijo para sí mismo.

-Nosotros te trajimos.

Esa voz... pensó.

Se levantó y miró a su alrededor, pero todo lo que pudo divisar fue un pequeño cuervo.

-¿Qué sucede? -el ave abrió el pico.

El chico lo miró, incrédulo, mas no con miedo sino asombrado.

-¿Y ahora se supone que los animales hablan?

-Eso creo; eres el primero que no se asusta, Hákon.

-¿Cómo es que sabes mi nombre? -quedó atónito.

-Has estado escuchando voces, ¿cierto?

Asintió con la cabeza.

-Pues nosotros somos los dueños de esas voces.

-¿Nosotros?

-Mis compañeros y yo, claro está. No es que tenga personalidad múltiple o alguna de esas enfermedades mentales -rio.

-¿Y dónde están ahora?

-Regresaron por donde vinimos.

-Vale, está bien. Por cierto... ¿en dónde estamos?

-Estamos en Mývatn. -dijo como si fuese obvio.

-¿Y qué rayos estamos haciendo en Mývatn? -alzó la voz, sorprendido.

-¡Hey, bájale a tu tono! -respondió tranquilo- Mi nombre es Hrafn y te traje aquí para que me acompañes a nuestro mundo.

-¿Cuál mundo? -preguntó intentando entender qué sucedía.

-Haces muchas preguntas, ahora cierra la boca y ve hacia el pasaje.

-No veo ningún pasaje, me estarás tomando el pelo...

En ese momento, algo gigantesco surgió del suelo.

Era totalmente de hielo colorido en algunas zonas y la entrada era oscura; el camino que llevaba a la entrada parecía tener vapor y hielo juntos.

Hákon se dirigió a la entrada con pasos lentos y torpes, parecía un poco temeroso; buscó con la mirada a Hrafn, pero éste ya no estaba.

-Cálmate. -susurró para sí mismo.

No sabía lo que le esperaba del otro lado... pobre Hákon.

Pasaje en el HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora