Objetivo: Cuervos

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- ¡Una más! – Tronó eufórica Risu. El sudor estaba empapando completamente sus mechones azulones, su frente, el cuello y su camisa, pero ella aún seguía insistiendo con energía.

- No creo que debas seguir así, Nanazaki-san. Mañana tiene un partido, no sería bueno que te desgastases así... - Le aconsejó el armador, un muchacho de cabellos castaños y lacios.

- Se-senpai... Una más... - Jadeó Risu. Estaba agotada, eso lo sabía ella, pero en sus normalmente ojos apagados y crueles destellaba una fuerte llama de emoción que incluso alguien poco afín a ella podía notar, como era el caso de su senpai.

- ¿Lo hago? – Preguntó el chico al mirar al vice-capitán del equipo; Reon, un chico corpulento de cabellos negros y cejas pobladas que estaba sirviendo de bloqueo junto al pelirrojo de Tendo.

- Hazlo. – Le permitió con voz gruesa, asintiendo al mismo tiempo.

- De acuerdo... - Dudó un poco el chico. Se tomó unos segundos y él mismo se colocó la pelota para realizar el pase rápido hacia la red.

Era un pase complicado, por lo menos debido a su estado actual. Había perdido la cuenca de cuántas veces llevaba ejecutando el mismo movimiento y cuántas horas le estaba dedicando, pero no le importaba, una casi sádica y psicópata sonrisa estaba formada en su rostro, enseñando incluso sus pequeños colmillos. Pegó un gruñido y elevó su cuerpo con toda la fuerza de su tren inferior, de sus piernas sólidas. Alcanzó el cénit de su altura, y frente a ella ya tenía esos cuatro brazos tapándole todas las salidas. Pero no iba a rendirse ahí. Afinó sus ojos como si se tratase de un lince, encontró el más mínimo hueco y con un poderoso tiro logró penetrar esos cuatro brazos, logrando que la pelota cayese en la otra cancha con fuerza, anotando un punto.

- ¡Usaaaaaaaaaaa! – Gritó endiablada, apretando sus puños en exceso.

Reon carraspeaba como un viejo, Tendo se hacía un poco el loco, y Shirabu no podía creérselo. Estaba atónito por todo. Primeramente ese pase lo hizo rápido y complicado a posta para que no llegase, para que no siguiera forzándose de esa manera, diría que muy pocos jugadores podían alcanzar un balón tan relativamente mal colocado. Lo segundo fue la manera de golpeo que usó que le recordó al estilo de su propio capitán. Ahora entendía el porqué se hablaba tanto de ella, incluso llegó a tenerle algo más de respeto, no, no era respeto, podía decir terror al verla de rodillas en la cancha con una cara de... ¿satisfacción?... Fuera lo que fuese, debía de estar orgullosa de ello, había roto el bloqueo de dos jugadores titulares.

- Tienes que irte ya, Nanazaki-san. – La voz de Ushijima la despertó de su gloria. Sus ojos celestes se depositaron tímidamente en la mirada de color aceituna del capitán del equipo.

- M-me gustaría intentarlo de nuevo... - Sus labios temblaron, algo que dejó de piedra a los tres chicos que la ayudaron durante el entrenamiento. Podían decir que estaba actuando como una chica tímida y delicada frente a los ojos del mayor.

- De acuerdo. – Consintió el capitán ante la asombrada mirada de su equipo –. Pero tendrás una condición. – Propuso. Su cara no reflejaba juego o duda alguna.

- ¿Cuál?... – Preguntó desconfiada Risu, manteniéndose en el suelo.

- Bloquea uno de mis remates. – Expresó Ushijima, abriéndole los ojos a la pequeña, llenándolos de un tímido brillo, pero no un brillo de ilusión, sino de miedo –. ¿Y bien?

- ¡Senpai, eso es una locura! – Bramó Goshiki ansioso.

- ¡Él tiene razón, no tiene sentido eso, Ushijima-san! – Incluso Reon se alteró al otro lado de la red.

Haikyuu: Shiratorizawa /#Wattys2016Where stories live. Discover now