MARVEL //one-shots

002 || Steve Rogers

Título: Dormir
Partes: 1

Me despierto de golpe, en mitad de la noche, con el corazón golpeándome el pecho como un tambor, y mi cuerpo empapado en sudor frío.

Me levanto y me voy al baño a darme una ducha. Dejo que el agua caliente caiga en mi cuerpo y cierro los ojos.

Hace meses que tengo pesadillas,y después no vuelvo a dormir. Las pesadillas suelen ser sobre la muerte, ya sea mía o de la gente a la que amo.

Intenté de todo. Incluso probé a tomar pastillas para dormir. Pero nada ha funcionado hasta ahora.

Salgo de la ducha y me seco despacio, sin prisa. Después, cojo una camiseta grande y limpia y me la pongo.

Me tumbo de nuevo en la cama, esperando que esta vez consiga dormirme y no soñar. Sin embargo, eos no ocurre, y el miedo me recorre todo el cuerpo.

Sin poder evitarlo, comienzo a llorar. Al principio es en silencio, solo las lágrimas caen por mis mejillas. Pero después los sollozos empiezan a escaparse de mi boca sin control.

Oigo un fuerte ruido en el salón y, de golpe, mis sollozos cesan.

Ya está. Han venido a matarte, es tu hora -pienso asustada.

La puerta de mi habitación se abre y la luz ilumina la sala. A través de las lágrimas, consigo ver a la persona en la puerta.

Steve.

Él vive en frente de mi apartamento. Trabajo en S.H.I.E.L.D, y mi antigua casa quedó destruida por HYDRA, por lo que me asignaron un piso junto al del Capitán, donde él puede protegerme,y yo a él.

Steve se acerca y se sienta en la cama.

- ¿Lo mismo de siempre? -pregunta.

Yo asiento y él se recuesta a mi lado.

- No puedes estar así para siempre, T/N.

- Lo sé. Pero ya no es tan a menudo,lo estoy controlando -miento. No hay necesidad de que se preocupe por mí. Además, no quiero que piense que soy débil.

Steve asiente y pregunta:
- ¿Quieres charlar un rato?

- Por supuesto -respondo, sonriendo.

Prácticamente desde que llegué a este barrio empecé a sentir algo por el soldado favorito de América. Sus ojos azules me hipnotizan, y su característica e inusual caballerosidad es algo que puede conmigo.

- Estoy mejorando con el ordenador -empieza a hablar él.

- ¿Ah, sí? ¿Qué sabes hacer? -pregunto, interesada.

Steve me cuenta lo que ha aprendido. Y así, tumbados los dos y mirándole a los ojos, escuchando sus historias y olvidándome de mis miedos, me quedo dormida.

Despierto con una sensación de comodidad inmensa. Abro los ojos y veo a Steve mirándome.

- Hola -susurro.

- Buenos días -responde sonriendo.

- ¿Por qué te quedaste? -pregunto, levantándome.

- Lo necesitabas. Espero no haber sido una molestia -dice él rascándose la nuca.

- Para nada. Muchas gracias, Steve -contesto abrazándole. Hundo mi cara en su pecho y paso mis brazos por su cintura.

Él tarda un poco en reaccionar, pero finalmente responde a mi abrazo y suspira.

- No es nada, T/N.

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Me encuentro secándome cuando llaman a la puerta. Me envuelvo mejor en la toalla y voy a ver quién es.