No lo puedo creer.

«Capítulo I: ¿Qué quieres decir?»

«Capítulo I: ¿Qué quieres decir?»

Las lágrimas no faltaron.

Limpié cuidadosamente mi rostro con la manga del suéter y arrugué la nota que había escrito la mujer que me había traído al mundo, con palabras que demostraban la profunda decepción y odio que sentía por mí. La arrojé al cubo de basura y arreglé mi rubia cabellera. Agarré con fuerza la maleta que se encontraba a mis talones y ajusté la cartera que llevaba en mi hombro.

Suspiré.

Salí de la casa cerrando con cuidado la puerta a mis espaldas. Caminé apresuradamente con destino a la parada de buses, la cual se encontraba completamente sola. No dudé en sentarme en las bancas para frotar mis manos en un intento de calentarlas aunque sea un poco. El clima era frío, la neblina invadía las calles, algo que podría considerarse común en las mañanas como esas.

Pronto un bus apareció, y subí recibiendo una sonrisa agradable del conductor, e hice un intento de sonreír tan solo logrando una mueca. El bus se encontraba vacío, y realmente no me sorprendió mucho al saber la poca gente que salía un domingo, me moví con cierta libertad hacia los asientos del final sentándome a un costado, junto a la ventanilla.

Saqué con paciencia mi celular y lo desbloqueé para ver que tenía solo dos llamadas perdidas, sin fijarme en quien había sido, rebusqué entre los contactos deteniéndome al encontrar al número correcto, y marqué, empezando a dudar cuando se escucharon los pitidos.

- ¿Si? -se escuchó del otro lado de la línea, y sentí como mis corazón se aceleraba y mis manos temblaban. Mi voz no podía salir, había quedado muda con tan solo escuchar su voz, y mi mente había quedado repentinamente en blanco- ¿Hola? ¿Hay alguien?

Inmediatamente reaccioné y las palabras comenzaron a salir.

- ¿E-ethan...?

Hubo un silencio momentáneo de las dos partes.

- ¿Kayla? -no supe como interpretar su tono de voz, pero reconocí fácilmente que no estaba muy alegre por mi llamada- ¿Qué quieres?

- Y-yo... -solté todo el aire que estuve conteniendo tratando de calmarme- ¿Podríamos vernos?

- ¿Para qué? -habló duramente- Estoy ocupado, ¿no puede ser después?

Apreté mi mandíbula. Seguía siendo como antes.

- No importa. Pero, tengo que decirte algo y...

- Habla rápido.

Relamí mis labios temblorosos antes de volver a hablar.

- Ethan... e-estoy embarazada...

Mordí mi labio con fuerza al no escuchar alguna respuesta de su parte, conteniendo mi respiración. Esperaba nerviosamente algún tipo de respuesta pero tan solo se escuchaba silencio, y eso me ponía los pelos de punta. Mis manos estaban empezando a sudar y cerré mis ojos dispuesta a colgar antes de escuchar algo más, pero por fin respondió.

- No es mío.

Mi respiración se detuvo. Y sentí como si todo se hubiera detenido, que tan solo estaba yo con un celular entre mis manos, escuchando palabras que me afectarían de alguna manera.

- No recuerdo haberlo hecho con alguien más. No soy una entregada como tú -solté con cierta irritación, dejando los nervios atrás. Realmente eso me había enojado.

- Ni me ofendes, ni me convences -rió-. ¿No tienes algo mejor con lo que atarme, eh?

Este chico sabía como provocarme.

- No soy ese tipo de chica, Ethan. Además, no te lo digo para atarte, solo te aviso que voy a tener un hijo tuyo, en ningún momento he dicho que lo vaya a tener contigo.

- ¿Qué quieres decir?

- Me voy a Irlanda, Ethan.