-Más rápido- jadeé. Él aceleró sus movimientos-Más rápido- demandé, él sonrió y lo hizo con mas rapides. Mis gemidos salían de mi boca sin poder controlarlos. Harry se sostenía con sus manos a los lados de mis cabeza y sentía como su abdomen chocaba con el mío produciendo un sonido que me excitaba aún más, sentía como una corriente de placer aumentaba en mí.

-Vamos, Jane, siéntelo- el sonido de su voz aumentaba el placer de la corriente- Vamos-decía entre dientes. Mis gemidos aumentaban.

-¡Por Dios! Harry- arañaba su espalda.

-¡Rápido, Jane!- gruñó. Yo sentía esa corriente de placer que se intensificaba. Harry salió de mí y con brúscamente me puso en mis rodillas y manos y me tomó por atrás, con mucha fuerza.

-¡Harry! ¡Ah!- gemía.

-¡Vamos, Jane! ¡¡Ahora!!- entró en mí con mucha fuerza lo que causó que me desvaneció en un orgasmo intenso, caí al suelo débil, Harry se lanzó a la par mía y me abrazó, me dio un beso en el cuello.

-Eres grandiosa- me susurró.

-Su voz me...-¿Cómo se dice?

-Lo sé, por eso lo hago-sonrió- Te vas a enfermar- se levantó.

-¿Cómo es que tiene energía después?- dije rendida.

-Porque yo hago ejercicio, me alimento, trabajo y no vivo sentada frente al manicurista- bromeó.

-¡¡Que!!- me levanté- ¿Me está diciendo inútil?

-No- rió- Es que no estás acostumbrada a esto.

-Y usted si ¡Semejante prostituto gratis!- corrí hacia la casa.

-¡Jane, espera!- me seguía- ¡Estás desnuda!

-¡Igual que usted!- caminé y caminé.

-Nisiquiera es por ahí- me señaló en otra dirección, yo corrí hacia allá hasta que encontré las luces de la casa- ¡Jane, por favor! Danielle no me puede ver entrar así.

-¡Pues póngase una hoja!

-No me cubre- dijo orgulloso, yo rodé mis ojos.

-Claro que sí, con un pétalo de diente de leon más que suficiente para cubrirlo- entré a la casa. Ni idea de como entró Harry ni me interesaba, me di un baño y me dormí.

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Tengo frío ¿Quién dejó abierta la ventana? Hoy abrá ojos licuados a quien lo haya hecho, abrí mis ojos y vi que la ventana estaba cerrada. Me arropé lo más que pude pero el frío seguía, busqué varios sweaters en mi clóset y me puse todos los que pude, pero el frío seguí, temblaba como pollo remojado ¡Mierda! ¡El diablo ya me está llamando! Me arropé todo lo que podía pero el frío dentro de mí no se detenia, me levanté y fui a golpear la puerta de Edward, casi la boto de tantos golpes.

-¡Ábreme, purro milimétrico!- pateaba la puerta. La luz de la habitación de Harry se abrió ¡Shit! Corrí hacia mi habitación pero Harry abrió su puerta antes que pudiera entrar, restregaba sus ojos, su torso estaba descubierto y traía unos bóxers azul marino que resaltaban cualquier exaltación, ufff eso me calentó; bueno, mentalmente...y hormonalmente. Mi sicópata interna se la imaginaba restregándose sobre el purro de Harry ¡Abajo calzones!

-¿Qué haces despierta?- se acerco a mí, estaba descalzo. Hummm.

-Nada, quiero ver a Edward- dije ronca.

-¿A las cuatro de la mañana? ¿Qué pasa? ¿Te duele de nuevo?- se acercó a mí en la oscuridad, apenas llegaba una poca luz proveniente de su habitación- Dime- pegó su frente con las mía, cerró sus ojos y acarició el borde de mi cara, desde mi oreja hasta mi barbilla, no me podía concentrara con sus toques- Dime, Claire.

-Tengo frío- dije aún más ronca, él se apartó y sonrió.

-Estás enferma- frunció el ceño.

-¡No!- tosí, la flema se acumulaba en mis bronquios, me dolía el pecho y un poco la cabeza.

-Ven, nana, estás enferma- me dio un beso en la mejilla y me tomó en sus brazos, pensé que iba a entrar a mi habitación pero se dirigió directo a la suya, me recostó en su cama. Amaba su cama, era suave, cómoda y lo mejor de todo; olía a él- ¿Qué sientes?- me miró. Sus ojos brillanban y sus labios se miraban tan apetitosos.

-Me duele la garganta, el pecho, tengo mucho frío y tengo malestar general.

-Dame un segundo- me dio un beso en la punta de los labios ¡Por las mil y un putas que fajó Colón, te vas a contagiar! Me levanté y lo seguí, logré escuchar detrás de la puerta- ¡No me interesa que estés dormido!....Si ¡Ahora!...Tiene fiebre y tos, al parecer flema y le duele el pecho y la garganta...Sí, no, aún no...¿Qué más?....¡¡Maldita sea, te necesito!! ¡No me interesa que horas sean!....¡¡Por las mil putas, Louis!! ¡No puedo creer que me hagas esto!...¡Vete a la mierda!- lanzó el teléfono contra el suelo, cuando regresó yo me lancé a la cama, se acercó a mí furioso, tragó y suavizó su mirada al verme- Necesito que te duches...

-¿Qué? ¡Me voy a morir!- me quité la cobija.

-No te vas a morir, necesito quitarte la fiebre, luego veremos lo demás.

-¡Pero me duelen los pulmones! ¡Me vas a matar!

-No te voy a matar, quítate la ropa y entra al baño- empuñó sus ojos, no andaba mucha paciencia.

-¡No! ¡Usted me quiere violar!- Creo que no era momento para bromas, pero igual quería hacerlas. Me arropé de nuevo.

-¡Que te vayas al baño! Deja de decir incoherencias- Me quitó la cobija brúscamente- ¡Ahora!

-¡¡No quiero!!- meti mi cabeza en la almohada.

-¡Que vayas dije!- me tomó con fuerza en sus hombros y me metió al baño.

-¡No, no, no!- pataleaba. Cuando sin querer le di un golpe en las meras bolas, él se dobló del dolor y me bajó, se tiró al suelo en posición fetal- ¡Ay perdón! ¡Ahora si lo deje de planos sin hijos!- ¿qué hago? ¿Se las sobo?

-Mierda- decía entre dientes tocándose aquella zona.

-Por Dios ¡Le batí las bolas! ¿Qué hago? ¡Dios! ¡Yo quería hijos!- dije al techo, Harry me miró curioso.

-¿Tú quieres hijos?

-Digo...¡Usted!- me quité la ropa y entré al baño. Harry se levantó renqueando y modificó la temperatura del agua, me bañé y salí. Me volví a recostar en su cama. Él salió y regresó a los segundos.

-Voltéate- me quitó la bata y me frotó en la espalda una especie de aceite caliente, y en el pecho tambien, me miraba con deseo y estaba sonrrojado. Luego me dio un té caliente y me tomó la temperatura- Está bajando. En la mañana vendrá Louis a verte, duérmete.

-Quédese conmigo, lo necesito- ¿Yo dije eso? Él sonrió y se arrecostó a la par mía. Me abrazó e intentó besarme- Va a contagiarse.

-Jane, tú me has contagiado de la peor enfermedad para le hombre...le cœur.

-¿Qué?- dije con voz fina.

-Duérmete.

-¡Odio esto, Harry! ¡Necesito que hablemos! No puede estarme diciendo las mierdas en francés para que no las entienda. Vamos a hablar aquí con calzones abajo.

-¡Jane!- rió, yo rodé los ojos.

-¡Es una expresión!- volví a recostarme.

-¿Qué quieres que hablemos?

-Quiero saber su história.

-Bueno...eso será un poco largo.

-¡Al cuerno la história! Cuénteme que pasó con Paulette y ¿Qué siente por ella? No puedo contenerme, me hince un huevo pensar que aún piensa en ella- me empuñé.

-Eres bastante directa- mordió su labio inferior- ¿Quieres saber toda absolutamente toda la história?- asentí- Bien, aquí va..

Mala Jane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora