Finjamos que es primavera

Capítulo 2

*Narra Jude*

Ya habían pasado casi 9 años desde la última vez que había visto mi hermana pequeña.

Cuando nos separaron, el señor Dark, me llevo a la casa de un hombre llamado Sharp, él decidió que yo sería su nuevo hijo.

Hace algún tiempo conseguí hacer un trato con mi "padre", si conseguía ganar durante 5 años seguidos el premio en un campeonato de fútbol podría traer a mi hermanita a casa y poder estar junto a ella.

De momento ya llevaba 4 años seguidos ganando el mismo premio, solo me faltaban 1, entonces podría traer a Celia.

Me levante de mi cama y como siempre me puse el uniforme de la Royal Academy, hoy he empezado el nuevo curso escolar y también un nuevo año para el campeonato de fútbol.

- Jude - oye una voz desde detrás de las puertas que le correspondía a Dark.

- ¿Sí? - respondí.

- Tu padre te está esperando para desayunar, date prisa - tras decir esas palabras oí como se alejada de la puerta.

Apreté los puños con fuerza y luego solté un suspiro para calmarme.

Tranquilo Jude, recuerda que pronto podrás volver a ver a Celia - pensé mientras cogía mi mochila y salia de la habitación - Solo aguanta un poco más - me susurré.

*Narra Celia*

Hoy es el día en que mi hermano mayor me abandonó...me dejo con los Hills y él se marcho con aquel hombre, ¿Tanto me odiaba?¿Tantos problemas le había causado?
Eso ya da igual, lo único que sé y que tengo muy claro es que...me abandono a mi suerte... Me dejó a cargo de dos extraño que, con el tiempo, tuve que empezar a llamar papá y mamá.

No tengo nada contra la familia Hills, ellos me han tratado con todo el amor que le darían al hijo que nunca tuvieron.

Dejando ese tema a parte... Hace poco descubrí que mi hermano no mentía cuando éramos pequeños, mis padres biológicos nunca iban a regresar, bueno, eso estaba bien claro, un muerto no se va a levantar de su tumba sólo para venir a ver a sus hijos.

Solte un suspiro y me levante de mi cama, como siempre me dirigí al baño y allí me peiné mi largo cabello azul oscuro.

Me puse mis gafas rojas junto al uniforme del Instituto Raimon, al cual "mis padres" hace poco me habían apuntado.

Con toda la sinceridad del mundo, no me apetecía para nada ir, se qué era el primer día de instituto y todo eso pero...simplemente no habían ganas.

- ¡Celia, baja ya o llegarás tarde a tu primer día de instituto! - grita mi madre desde la cocina.

- ¡Ya voy! - le contesté.

Cogí la mochila y salí de la habitación, me dirigí rápidamente hacia el salón para desayunar.

- Celia, hija, ¿No vas demasiado llamativa? - preguntó el señor Hills.

- A mí me gusta tal y como voy - le contesté mientras cogía una tostada de la mesa - Adiós.

- Que te vaya bien - me contestó mi "madre".

- Ten cuidado - me respondió mi "padre".

Al salir de casa pare y me mire en el reflejo de una ventana, tampoco llamaba tanto la atención...¿O si?

Comencé a caminar tranquilamente por las calles hasta que al girar en una esquina choque contra alguien.

- Lo siento - dijo el propietario de la voz masculina que me había hecho caer.

- No, lo siento yo, ha sido culpa mía - le respondí mientras cogía mis gafas que, por el impacto, habían caído al suelo.

-...¿Celia?...- oí a la voz preguntar.

- Esa voz...¿Jude? - pregunté mientras me ponía las gafas y miraba hacia la persona.