—Hombre, ya que he venido hasta aquí, no pienso largarme sin nada —responde con la sonrisa torcida.

—¿Y que tienes en mente, muchachito? —responde ella con la misma sonrisa torcida que le muestra él.

—De momento, voy a darme un bañito —dice quitándose su camiseta y sus pantalones, mostrando a la rubia unos Calvin Klein a juego con el color de sus tatuajes —. ¿Quieres una foto? —le pregunta cuando ve que ella le recorre con la mirada de arriba abajo.

—No, gracias. Estaba pensando en que es una buena idea eso de un baño —le responde Mey.

Ella se levanta y empieza a retirar su parte de arriba quedando en sujetador, se gira dándole la espalda y se agacha para descalzarse siendo consciente de la mirada que debe estar echando Ryder a su trasero. Una vez descalza, se retira el vaquero con lentitud, lleva un tanga rojo a juego con su sujetador, respira en profundidad y lo encara.

—¿Quieres una foto, muchachito?

—Lo prefiero en físico, nena —dice acercándose y rozando su cuerpo.

—No juegues con fuego, muchachito, o te quemaras.

—Ya estás tardando en quemarme, preciosa —su voz ronca le indica a Mey el nivel de excitación que ha provocado en él.

—Pues vayamos a apaciguar algo ese fuego —responde ella dando unos pasos hacia el lago.

Ryder camina, sin apartar sus ojos del increíble cuerpo de la chica que lleva deseando desde que los gritos de Thomas les interrumpieron en la caseta del lago.

Cuando el agua les llega por la cintura, ambos se detienen, uno a pocos centímetros del otro. Sin tocarse pero sin dejar de mirarse de manera provocadora.

— ¿Va a tener que ser el muchachito el que de el primer paso? —pregunta Ryder colocando una mano en su cintura.

—Que poco me conoces —contesta ella acercandose mas a él, sintiendo el roce de su excitación en su cadera.

Mey levanta la mano rodeando el cuello de Ryder, y se muerde el labio inferior. Está excitada porque lleva tiempo sin disfrutar de un buen revolcón y Ryder le parece más que deseable en este momento. Sin previo aviso, se lanza a besar sus labios y rápidamente ambos entreabren sus bocas y sus lenguas se juntan.

—Seguro que viniste al bosque tu sola porque sabías que vendría a buscarte —dice Ryder sujetando su culo y levantándola para que le rodee con sus piernas.

—No, no lo hice por eso. Pero este plan me gusta más que el que tenía en mente antes —responde ella moviendo su cadera un poco para provocarle.


•••


Mey baja una mano pasándola entre sus cuerpos hasta llegar a la entrepierna de Ryder y lo masajea.

—Creo que tu polla necesita algo de atención.

—Lo mismo digo, rubia —dice Ryder haciendo a un lado el tanga de la chica e introduciendo un dedo en su interior.

Mey gime dejando caer su cabeza hacia atrás. El chico sonríe y se relame mientras continúa moviéndolo con lentitud.

—Me muero de ganas de follarte, pero primero —camina con ella en brazos —, voy a comprobar algo que me quedó pendiente la otra vez.

—No juegues conmigo Ryder, estoy cachonda y quiero follar.

—Todo a su tiempo, preciosa —la deja sobre la tierra mientras ella le observa—, túmbate.

FRICTIONWhere stories live. Discover now