Parte 4 El torneo de los tres magos

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—¡Peeves! Peeves, baja aquí Ahora mismo! —gritó una voz irritada, acaba de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor, la profesora McGonagall, resbaló en el suelo mojado y para no caerse tuvo que agarrarse al cuello de Hermione.

—¡Ay! Perdón, señorita Granger. —pude ver como Hermione hace un esfuerzo para que no caigan las dos.

—¡No se preocupe, profesora! —dijo Hermione jadeando y frotándose la garganta.

—¡Peeves, baja aquí ahora! —bramó la profesora McGonagall, enderezando su sombrero puntiagudo y mirando hacia arriba a través de sus gafas de montura cuadrada.

—¡No estoy haciendo nada! —contestó Peeves entre risas, arrojando unos nuevos globos a chicas de quinto, quienes gritaron y entraron corriendo al gran comedor.

El Gran Comedor, esta decorado para el banquete de comienzo de curso, tiene un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente es mucho más cálido que en el vestíbulo. A la luz de cientos y cientos de velas que flotan en el aire sobre las mesas, brillan las copas y los platos de oro. Las cuatro largas mesas pertenecientes a las casas están abarrotadas de alumnos que charlan. Observe a Draco sentado en la mesa de Slytherin charlando tranquilamente con Blaise, suspire porque se que hoy no podré verlo, me tendré que aguantar hasta mañana.

—Buenas noches —dijo Nick casi decapitado una vez no sentamos, sonriéndonos alegremente.

—¡Pues cómo serán las malas! —conteste, quitándome las zapatillas y vaciándolas de agua.

—Espero que se den prisa con la Ceremonia de Selección, porque me muero de hambre. —dijo Ron, la selección de los nuevos estudiantes para asignarles casa tiene lugar al comienzo de cada curso; debido a infortunados hechos no he presenciado nunca una selección excepto por la mía. Estoy deseando que empiece. Justo en aquel momento, una voz entrecortada y muy excitada me llamó.

—¡Eh, Harry! — es Colin Creevey, un alumno de tercero para quien soy una especie de héroe. Según Draco está enamorado de mí, rayando a la obsesión y por la mirada que me acaba de lanzar mi novio, como me encanta llamarlo así, si no lo alejo pronto me meteré en problemas y lo que menos quiero es que Draco se enoje conmigo.

—Hola, Colin —respondí con poco entusiasmo.

—Harry, ¿a que no sabes qué? ¿A que no sabes qué, Harry? ¡Mi hermano empieza este año! ¡Mi hermano Dennis! — no deja de saltar lo cual me está irritando.

—Eh... bien —dije tratando de concentrarme en él y no en Draco, quien ríe alegremente con Pansy, no pude evitar mirarla molesto, sé que le gusta Draco, como explicar que todo el tiempo se la pase pegada a él.

—¡Está muy nervioso! —explicó Colin, casi saltando arriba y abajo en su asiento.

—¡Espero que le toque Gryffindor! Cruza los dedos, ¿eh, Harry? —dijo emocionado.

—Sí, vale —accedí me volteé hacia Hermione, Ron y Nick Casi Decapitado.

—Los hermanos generalmente van a la misma casa, ¿no? —comente. Estoy pensando en los Weasley, que son siete y todos han pertenecido a Gryffindor. Por la mirada que me está dando Colin, lo que menos necesito es estar interactuando más de lo indispensable.

—No, no necesariamente, la hermana gemela de Parvati Patil está en Ravenclaw, y son idénticas. Uno pensaría que tenían que estar juntas —repuso Hermione tranquilamente. Vi que la mesa de los profesores está casi vacía, sé que Hagrid está trayendo a los de primero y la profesora McGonagall seguro está supervisando que todo esté bien.

—¿Dónde está el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? —preguntó Seamus, que también mira la mesa de los profesores. Nunca hemos tenido un profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que nos durara más de un curso. Con diferencia, mi favorito ha sido el profesor Lupin, que ha dimitido el curso anterior. Recorrí la mesa de los profesores de un lado a otro: no hay ninguna cara nueva.

Destinos EntrelazadosWhere stories live. Discover now