V.La Claridad dentro de La Oscuridad-Fin

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— ¿Iras a la ciudad mañana? —me pregunta Eleonor sentada en las escaleras de la cabaña.

    Ya han pasado dos días desde lo de mis quemaduras y la pintura que hice con ella presente.

—Sí, tengo una reunión en el castillo con el alcalde y su asistente.

    Asiente como distraída y yo curioso me le acerco. Dejo el pincel a un lado y le toco las manos, protegidas por los guantes.

— ¿Sucede algo? —observo como traga saliva, parece que quiere decirme algo pero no puede, lo cual me extraña.

    Eleonor no se caracteriza por callarse lo que piensa.

—Nada —termina por hablar igual de distraída que hace unos minutos. Decido no presionarla; sé que si ella me quiere decirme algo me lo dirá tarde o temprano.

—Está bien, mañana a la tarde te paso visitando.

    Y ahí acaba la conversación, el resto de la tarde se la pasa sumida en un silencio, ordena la cabaña mientras yo pinto y a veces se queda recostada bajo la sombra viendo hacia el infinito con una mueca en la cara que no logro descifrar.

    Prefiero darle su espacio y quedarme pintando sentado, disfrutando de la brisa.

    A las seis de la tarde termino la pintura, el sol ha bajado y el cielo se destaca con diminutos luceros alrededor. Subo las escaleras y rodeo la cabaña hasta dar con mi chica, que está sentada en el piso cabizbaja del otro lado de la cabaña. Solo el cristal del ventanal me impide tocarla.

    Me agacho hasta su altura y hago como si estuviera tocando una puerta.

    Su carita de ángel hizo aparición con una sonrisa triste.

    Le pregunto en silencio que le pasa y ella simplemente me devuelve la seña diciendo en el mismo silencio que me acercara más, pego mi nariz al cristal y ella me sorprende con un beso en los labios; claro que no es real, solo un toque de sus labios con el cristal donde del otro lado están mis labios.

    Le sonrío y le señalo el reloj instándole que ya es hora de ir a su casa.

    Su madre me ha invitado a cenar.

֍֍֍

    En el camino solo tararea la canción que pasan por la radio pero no me habla mucho.

    ¿Habré dicho o hecho algo?

    Llegamos a su casa y toda la velada ella se sienta cerca de su abuelo dejándome en manos de su mamá que ahora es un poco mas habladora con mi persona; sus hermanas están muy incomodas y no le hablan o dicen algo a Eleonor. Dafne; la menor de ellas, esta retraída en su cena y Leila solo come sin participar en la conversación de la señora Ducke y yo.

    Me fijo en la hora y pienso en pasar un rato a casa de mi abuela para ver qué tal se encuentra.

—Bueno señora Ducke, me fascinó su comida, le diré a su hija que algún día me prepare esto de nuevo —la susodicha levanta la mirada de la plática que tiene con su abuelo y entrecierra los ojos juguetonamente del otro lado de la mesa devolviéndole a mi cuerpo la calma de saber que estamos bien.

— ¿Ya se va joven Meller? —pregunta Leila.

—Sí, me gustaría pasar a visitar a mi abuela y luego irme a dormir temprano —digo a medias parándome del comedor.

ACÓNITO "LA CLARIDAD DENTRO DE LA OSCURIDAD" (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora